martes, 21 de abril de 2009

Aportación de novela 2 E

72 comentarios:

  1. CATALINA LOZANO GARCIA

    Novela: El pequeño Lord

    Capìtulo 1

    Cedric no sabìa siquiera cuàl era su situacìon social.

    Sòlo sabìa que su padre habìa sido inglès, porque su madre asì se lo habìan asegurado, pero cuando su padre muriò èl era muy pequeño aùn y de el solo recordaba sus ojos azules, su gran bigote y su elevada estatura. Algo que tampoco pudo nunca olvidar era el placer que sentìa cuando su padre lo paseaba por toda la casa en sus hombros.

    Cedric habìa oìdo siempre a su padre llamar a su madre Cariño, y por eso tambìen se habìa acostumbrado a llamarla asì.

    Conocía a muy pocas personas y su vida era bastante solitaria. Cedric no daba mucha importancia a esto, acostumbrado como estaba desde que era pequeño, y por tanto, no le importo no que recibieran pocas visitas hasta que fue mayor. Entonces alguien le explico que su madre: Había sido una muchacha muy hermosa que trabajaba como señorita de compañía de una vieja muy rica que no la trataba demasiado bien.
    Cierto día el capitán Cedric Errol llego a visitar a la anciana y encontró a la joven tan bonita, tras de muchos obstáculos y oposición, ambos jóvenes llegaron a conocerse bien se enamoraron mutuamente y se casaron.
    Ello les creo la enemistad de muchas personas, pero nadie se sentía más herido y disgustado, y también intolerante, que el padre del capitán, tenía otros 2 hijos mayores que el capitán Cedric y según la ley el mayor de los hijos heredaría el titulo y la gran fortuna de la familia. En el caso de que muriera el hijo mayor el segundo seria el heredero. Por eso el padre de Cedric no tenía posibilidades de ser rico .El capitán era guapo, amable y arrogante. Tenía un corazón bondadoso y una simpatía. Sus 2 hermanos por el contrario, ya incluso en la universidad habían logrado la antipatía de sus compañeros.

    Llego un momento en que la actitud de los 2 mayores llego a indignar de tal manera al padre que para evitar tantos disgustos envío a su hijo a América

    Pág. 5,6, 7,8

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  2. ¡Qué tal Catalina!
    Muy buen resumen, agrega por favor la ficha bibliográfica de tu novela, puedes consultar tu Antología de Primer Semestre.
    Estaré al pendiente de la siguiente aportación y también recibí tu correo.
    Saludos.

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  3. Catalina Lozano Garcia

    La vida que ahora llevaba el capitán era bien distinta, pero jamás se arrepintió de haberse enamorado de la hermosa americana

    Ella era dulce, cariñosa, y el niño era hermosísimo. Tuvo desde su nacimiento una buena salud, apenas lloraba y por el contrario su carita sonriente cautivaba a todos cuantos le conocían. Sus piernas eran robustas y aprendió a andar sin que nadie tuviera que ayudarle. Todos le querían y hasta el tendero de comestibles, hombre considerado de mal carácter sentía gran afecto por él y se mostraba encantado de verle llegar a su tienda. Eso se debía que cedric había vivido siempre en un hogar feliz, en que el cariño era el componente principal. Creció pues con un corazón bondadoso y no podía soportar que nadie junto a el fuera desgraciado. Cuando ya pudo hablar y expresar sus sentimiento, estos eran ingeniosos y divertían y agradaban a todo el mundo era la única compañía de la señora errol.

    María, el aya, le tenia un gran cariño y se desasía en elogios de el. El aya hubiera dado su vida por el, servía en casa desde el nacimiento de cedric y desde la muerte del capitán paso a ser todo en una pieza, su mayor ilusión era cuidar al niño. Y sobre todo acostumbraba a decir ¡hay que ver lo aristocrático que es!

    Con decir que cuando pasea con su trajecito negro no hay quien no se vuelva para mirarle ¡Parece un verdadero lord en pequeño!

    Solo que cedric aun no sabia lo que era un lord. Su mejor amigo era un tendero, que se llamaba hobbs.le admiraba y le consideraba un gran personaje, tan amigos eran que no pasaba ni un solo día sin dejar de ir a verle. El señor hobbs, apasionado patriota se entusiasmaba cuando hablaban del 4 de julio, día de la independencia americana. Sentía un gran odio por los británicos y le contaba a cedric historias de la revolución en las que agrandaba las villanías de los enemigos y de la nobleza de los héroes revolucionarios.

    A cedric le entusiasmaban estas historias, fue el señor hobbs quien despertó el interés en cedric por la política. En épocas de elecciones, llevo el tendero un día al niño a contemplar las marchas de antorchas. Poco después de estas elecciones ocurrió el extraño acontecimiento que cambiaria la vida del pequeño cedric, un caluroso día de verano el pequeño entro a la tienda según acostumbraba para oír hablar a su amigo. Cedric le escuchaba sentado en un barril ¿a conocido usted a muchos condes y marqueses señor hobbs? Dios me libre jamás permitiría que un aristócrata se sentara sobre ((mi)) caja de galletas , - al mejor ellos no tienen la culpa – dijo cedric –tal vez no fueran marqueses si pudieran ser otra cosa

    -¡Yo creo que lo serian¡ ¡lo llevan en la sangre que dicen que es azul!. En ese momento maría entro a la tienda llena de exaltación ¡vamos cedric! ¡tu mamá quiere verte! ¿Qué ocurre maría? ¡estas muy rara! ¿esta mamá enferma? No era eso ala puerta de su casa vio un carruaje y oyó que en el interior de la casa alguien hablaba con su madre, maría le llevo a su habitación y le puso su traje nuevo, cedric estaba sorprendido por esto pero esperaba que su madre le explicase todo como siempre lo hacia.

    Ya preparado, corrió escaleras abajo. En el salón vio a un caballero anciano, de mirada penetrante y muy bien vestido. Viendo que su madre lloraba el niño se emociono, cuando el momento paso, el caballero se levanto de su sillón y se acerco a el. Su rostro expresaba satisfacción, mientras se frotaba la barbilla con aire satisfecho – así que este es nuestro pequeño lord Fauntleroy- dijo sonriendo
    Pág. 9-13

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  4. La vida que ahora llevaba el capitán era bien distinta, pero jamás se arrepintió de haberse enamorado de la hermosa americana
    Ella era dulce, cariñosa, y el niño era hermosísimo. Tuvo desde su nacimiento una buena salud, apenas lloraba y por el contrario su carita sonriente cautivaba a todos cuantos le conocían. Sus piernas eran robustas y aprendió a andar sin que nadie tuviera que ayudarle. Todos le querían y hasta el tendero de comestibles, hombre considerado de mal carácter sentía gran afecto por él y se mostraba encantado de verle llegar a su tienda. Eso se debía que Cedric había vivido siempre en un hogar feliz, en que el cariño era el componente principal. Creció pues con un corazón bondadoso y no podía soportar que nadie junto a él fuera desgraciado. Cuando ya pudo hablar y expresar sus sentimiento, estos eran ingeniosos y divertían y agradaban a todo el mundo era la única compañía de la señora errol.
    María, el aya, le tenia un gran cariño y se desasía en elogios de él. El aya hubiera dado su vida por él, servía en casa desde el nacimiento de Cedric y desde la muerte del capitán paso a ser todo en una pieza, su mayor ilusión era cuidar al niño. Y sobre todo acostumbraba a decir ¡hay que ver lo aristocrático que es! Con decir que cuando pasea con su trajecito negro no hay quien no se vuelva para mirarle ¡Parece un verdadero Lord en pequeño!
    Solo que Cedric aun no sabía lo que era un lord. Su mejor amigo era un tendero, que se llamaba Hobbs.le admiraba y le consideraba un gran personaje, tan amigos eran que no pasaba ni un solo día sin dejar de ir a verle. El señor Hobbs, apasionado patriota se entusiasmaba cuando hablaban del 4 de julio, día de la independencia americana. Sentía un gran odio por los británicos y le contaba a Cedric historias de la revolución en las que agrandaba las villanías de los enemigos y de la nobleza de los héroes revolucionarios.
    A Cedric le entusiasmaban estas historias, fue el señor Hobbs quien despertó el interés en Cedric por la política. En épocas de elecciones, llevo el tendero un día al niño a contemplar las marchas de antorchas. Poco después de estas elecciones ocurrió el extraño acontecimiento que cambiaria la vida del pequeño Cedric, un caluroso día de verano él pequeño entro a la tienda según acostumbraba para oír hablar a su amigo. Cedric le escuchaba sentado en un barril ¿a conocido usted a muchos condes y marqueses señor Hobbs? Dios me libre jamás permitiría que un aristócrata se sentara sobre mi caja de galletas , - al mejor ellos no tienen la culpa – dijo Cedric –tal vez no fueran marqueses si pudieran ser otra cosa
    -¡Yo creo que lo serian¡ ¡lo llevan en la sangre que dicen que es azul!. En ese momento María entro a la tienda llena de exaltación ¡vamos Cedric! ¡tu mamá quiere verte! ¿Qué ocurre María? ¡Estas muy rara! ¿Esta mamá enferma? No era eso ala puerta de su casa vio un carruaje y oyó que en el interior de la casa alguien hablaba con su madre, María le llevo a su habitación y le puso su traje nuevo, Cedric estaba sorprendido por esto pero esperaba que su madre le explicase todo como siempre lo hacia. Ya preparado, corrió escaleras abajo. En el salón vio a un caballero anciano, de mirada penetrante y muy bien vestido. Viendo que su madre lloraba él niño se emociono, cuando el momento paso, él caballero se levanto de su sillón y se acerco a él. Su rostro expresaba satisfacción, mientras se frotaba la barbilla con aire satisfecho – así que este es nuestro pequeño Lord Fauntleroy- dijo sonriendo

    Pág. 9-13

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  5. Muy bien por tus correcciones Catalina, y leí tu mensaje en msn.

    También fui a la zona militar y ya estaban agotados tal cual me dijiste.

    Te doy el tip que a partir de las 10 am habrá disponibilidad de cubrebocas en las farmacias del ahorro. Te dejé un mensaje con otras opciones en tu correo.

    Animo que espero que pase antes de las 4 semanas que auguraron...

    Sabes... me pongo a pensar un poquito en el novela que estamos leyendo en el aula: Diario de Ana Frank... si ella estuviera ¿tu qué crees que haría ?

    Mtra. Laura Patricia

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  6. Pues yo creo que seria valiente, pero precavida, siguiendo todas las indicaciones.

    Ayudaria en lo que ella pudiera y sin arriesgarse,

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  8. CLEMENCIA
    J. Cecilia Aguilera 2e
    Autor: Ignacio Manuel Altamirano
    Titulo del libro: Clemencia
    Ediciones: leyenda S.A. de C.V.
    Año de edición: 2005
    Num. De páginas: 155 contiene 37 capítulos

    Paginas 9 y 10

    I
    Dos citas de los cuentos de Hoffmann
    Una noche de diciembre, mientras una lluvia menuda y glacial, ahuyentaba en las calles, varios amigos del doctor l… tomaban el te en su casa.
    El doctor nos dijo: -caballeros sigue lloviendo, y creo que cae nieve, seria una atrocidad si decidieran partir así. Me parece que harían ustedes mejor en permanecer aquí un rato más. Vendrán ustedes a mi gabinete, y verán buenos libros y algunos objetos de arte.
    Viendo allí, más preciosos estantes de madera rosa, estaban llenos de libros ricamente encuadernados.
    El doctor L… que es un guapo joven de treinta años y soltero, ha servido en el Cuerpo Médico-Militar y ha adquirido algún crédito en su profesión, pero no le han quitado el gusto por la literatura es un gran literato. Es más que todo nos ha hecho quererle y buscar su amistad.
    Bueno continuando con la historia, el doctor pidió a su criado lo necesario para preparar un ponche, y mientras que el se preocupaba por hacer la mezcla, nosotros examinábamos, ora un cuadro, ora un libro, miles y miles de retratos, cuando derepente descubrirnos un cuadro pequeño, era un papel blanco con algunos renglones que procurábamos descifrar. La letra era pequeña, elegante, y parecía de mujer, estos renglones decían: Nunkun ser puede amarme, porque cada hay en mí de simpatía ni de dulce. Hoffmann. El corazón de Agatta.
    Ahora que es ya muy tarde para volver al pasado, pidamos a dios para nosotros la paciencia y el reposo…Hoffmann, la cadena de los destinados.
    -Doctor- le dijimos- ¿será indiscreto preguntar a usted, que significa este papel con las citas de los cuentos de Hoffmann? Acabo e leerlo y me llamo la atención.
    -pues no hay indiscreción en la pregunta. Pero no es ni imprudente ni imposible de contestar. Este papel tiene una historia de amor y desgracia, y, si ustedes gustan, la referiré mientras saborean mi famoso ponche.
    - Sí, doctor, las historia, venga la historia con el ponche. Viéndonos impacientes comenzó su narración









    Paginas 11 y 12

    II
    El mes de diciembre de 1863
    Estábamos a finales del año de 1863, año desgraciado en que, ocupó el ejercito Frances a México y se fue extendiendo poco a poco. Comenzó por los estados centrales de la republica, nuestra táctica consistía solo en retirarnos para tomar posiciones en los estados lejanos y preparar en ellos la defensa.
    Estábamos en nuestros días, nefastos, la desgracias nos perseguía. De esta manes las tres divisiones del ejercito francomexicano, mandadas por Douay, Berthier y Mejia, a fin de envolver al ejército nacional y apoderarse de las mejores plazas del interior. Los franceses se apoderaron de Querétaro y Morelia. Uruaga se vio obligado a dirigirse al sur de Jalisco. Debo volver ahora un poco atrás, yo bastante enfermo y sin colocación en el cuerpo Médico-militar, conseguí licencia del cuartel general para dirigirme a Guadalajara, y aproveché la salida de un pequeño cuerpo de caballería que el general envió a Arteaga para incorporarme a el.

    Paginas 13 a 15

    III
    El Comandante Enrique Flores
    Ahora comienzo mi novela, es una historia de sentimiento, historia intima y no militar.
    El comandante enrique flores, joven perteneciente a una familia de magnifica posición, buen mozo, y era de ser absolutamente simpático. Era idolatrado por sus soldados, muy querido por sus compañeros y el favorito de su jefe, porque el coronel no tenía otra voluntad que la de Enrique.
    Por otra parte flores no perdía la oportunidad de hacer uso de sus relevantes prendas, encontraba momentos a propósito para galanear a las mas hermosas mujeres de los lugares que tocaba, no siendo nada difícil para conducir una conquista en breves días, y a veces, en horas, cuando enrique se marchaba de algún lugar lo que dejaba eran pañuelos de lagrimas de sus amadas y no perdía la oportunidad de despedirse de ellas,
    Flores era seductor, tenia grandes ojos azules, grandes bigotes rubios, era hercúleo, bien formado, y tenia fama de valiente de modo que era el dady por excelencia del ejercito.
    Flores no esquivaba jamás la ocasión de prestar un servicio, y sus amigos le adoraban por su generosidad.












    Paginas 16 a 18

    IV
    El Comandante Fernando Valle
    Había también en el mismo cuerpo, y mandado el segundo escuadrón un joven comandante que se llamaba Fernando Valle, era justamente lo contrario a flores, valle era un joven de 25 años como flores, de piel morena pero no tan morena porque tenia una piel a la vez pálida y enfermiza, tenia los ojos pardos y regulares, nariz un poco aguileña, bifote pequeño y negro, manos flacas y trémulas. Siempre distraído, metódico, sumiso con sus superiores económico laborioso, reservado, frío esté joven tenia un aspecto repugnante era antipático.
    Sus jefes le soportaban y se veían a tenerle en consideración pues en más de una ocasión había dado pruebas de valor en batallas. Parecía que escondía algo muy dentro de su corazón. Era un ambicioso, un malvado encubierto. Valle nunca pedía servios ni nada, y si comía lo hacia solo para no compartir, ni gastar por eso se decía que era económico.
    El solía esta herido, una vez tuvo una herida y nadie le hacia el menor caso. Francamente, hasta nosotros los médicos, repugnábamos acercarnos a él.
    - la tinasa que me receto, usted, doctor, no me ha servido- me dijo un día en Querétaro.
    Me lo había dicho en un tonito que no aguante y le replique – Pues si no le hace a usted provecho, arrójela. Y me voltio la cara y se acostó y rápidamente salí de su habitación y le dije a un compañero que lo fuera a ver pues sabia que se pondría mal pero nadie lo quiso ir a ver.
    Al día siguiente salimos de Querétaro, íbamos acordándonos de el, en la columna de camino se veía callado, sereno y llevando el brazo envuelto y colgando del cuello. Y así siguió hasta que sano sin hacerle nada.

    Paginas 19 a 21

    V
    Llegada a Guadalajara
    Una día cuando llegamos a Guadalajara vimos transformarse a valle, en la mañana se peino, se vistió esmerablemente y salio del cuartel dirigiéndose a unas de las calles centrales.
    Se le vio volver con una cara aparentemente sonriente, por ahí le preguntaron. – parce que usted viene contento cosa rara, además trae flores.
    - ¡Oh¡ es una cosas muy sencillas- respondió- hace tanto tiempo que no veo a mi deudos es decir mis parientes.
    Todos nos quedamos muy admirados pues nunca pensamos que Valle tuviera familia. Y eso fue lo que le preguntamos a lo que el nos respondió –aquí tengo una prima guapa muy guapa, esto lo escucho flores y se acerco a la platica y un poco burlón le hacia preguntas a Valle sobre su prima, y el con aparenta amabilidad le respondía.
    Flores siendo un pícaro le pidió que se la presentase cuando fuera posible a lo que Valle accedió.
    Desde ahí como que valle y flores empezaron a convivir un pocas mas, pero no era tan amistosa la relación.

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  9. Paginas 22 a 25
    VI
    Guadalajara de Lejos

    Hallábase Guadalajara en aquellos días llena de animación. A propósito, me parece conveniente hacer a ustedes la descripción de esta hermosa cuidad. Yo particularmente sentía un placer inmenso en ir acercándome a esta bella ciudad la tierra de los hombres valiente y las mujeres bellas. Por el occidente se alza gigantesca y grandiosa una cadena de montañas cuyos picos azules se destacan del fondo de un cielo sereno y radiante.
    Guadalajara parece una ciudad oriental, pues, rodeada como está de una llanura estéril y solitaria, encierra en su seno todas esas bellezas que traen a la memoria la imagen de las antiguas ciudades del desierto.
    La brisa es tibia y seca, y el suelo, pedregoso o tapizado con una espesa alfombra de esa arena menuda. Casi sin apercibirse de ello toca uno en ese pueblecillo delicioso que se llama san pedro, por el cual se entra a Guadalajara como por una portada de verdura y de flores. San Pedro es un lugar de recreo con lindas casas de campo y bien cultivados jardines.

    Paginas 25 a 28
    VII
    Guadalajara de Cerca

    La distancia de Guadalajara a san pedro es muy corta, al entrar a Guadalajara se nota como la gente te tratara, porque en cada mirada se ve algún pícaro y gente amable es indiscutible ver como la gente es aquí, en otras ciudades donde e estado debo decirles que salgo hasta con dolor de cabeza pues la gente es muy chocante.
    Guadalajara fue para mi una cuidad simpática veíamos las tiernas miradas de las mujeres Con sus grandes ojos negros. Esta cuidad procura embellecer lo propio a los ojos del extraño. La gente te invita a comer, o a pasear, se hacen tu amigos y te brindad gran confianza. Las mujeres tenían, amigos, un grande corazón ¿lo entienden? un grande corazón. Por eso amo a Guadalajara: allí todavía el amor tiene un santuario y adoradores fieles; allí se sabe amar.

    Paginas 29 a 32
    VIII
    La prima

    Nuestros oficiales eran todos bien educados, elegantes, y amables. Nuestro cuerpo de caballería y digo nuestro porque ya me consideraba parte de el.
    He dicho antes que Valle promedio a su amigo flores llevarlo a casa de su prima.
    El don Juan, deseoso estaba de conocer a las beldades de Jalisco, y no perdió oportunidad de recordarle a Valle su oferta, y al día siguiente los 2 jóvenes se dirigieron a la plaza principal, presumiendo como era natural, que allí abría bellezas que contemplar.
    Era domingo, la reunión más notable se hallaba en el atrio de la catedral en la que se celebraba la misa de doce. Nuestros oficiales, llamando la atención por su elegante uniforme, y más Flores. Atravesaron la puerta de la reja y penetraron al interior del templo, cuando ellos entraron la misa ya estaba concluyéndose, y mientras que Valle miraba la fabrica del templo, sus arquitecturas, sus colores, la riqueza de los altares, Flores, mas inclinado a contemplar las bellezas humanas recorría con admiración los diversos grupos de encantadoras hijas de Guadalajara.
    -Hombre, Valle, deje de contemplar santos como un bobo y mire los primores que hay aquí- Dijo Flores, Valle miro y quedo asombrado. Todas se fijaban en los dos jóvenes pero más en Flores quien estaba soberbio de belleza y elegancia. La misa ya había terminada Valle murmuro en el odio de Flores -¡Mi prima!, enrique sonrió, la rubia, al través de las rejas del atrio aun volvió una vez el semblante y, sin hacer casaos a los pisaverdes, dirigió una última mirada al gallardo compañero de su primo.
    -entiendo- dijo Flores a éste- que tendrá usted el buen gusto de seguir a su linda prima, y yo creó que es de mí deber acompañarle. Se dirigieron a la calle del carmen, deteniéndose a la entrada de una casita linda.

    Paginas 33 a 36
    IX
    La Presentación

    Los dos jóvenes atravesaran, alegremente los umbrales de la linda casita. Ya los esperaban. Las hermosa rubia se adelantó hacia ellos y les dijo con la más dulce de las voces humanas.
    -pases ustedes. Y los introdujo en el pequeño y fresco salón, en donde se encontraba una señora de 40años la tía de Valle, y una joven que cubría el rostro con un velo, después se lo quito y mostraba el mas lindo semblante que hubiera podido soñar un poeta musulmán.
    Los jóvenes quedaron deslumbrados.
    -Querida tía- dijo Valle- tengo la honra de presentar a usted a mi buen amigo Enrique Flores, comandote de cómo yo, en el ejercito. Flores se inclino graciosamente, después Valle le presento a su prima Isabel que se ruborizo al ver a Flores.
    -Ahora, como compensación- dijo la señora, por presentarnos a su amigo, le presentaré a la mejor amiga de Isabel una de las señoritas mas distinguidas de Guadalajara. Querida Clemencia, mi sobrino Valle y su amigo. Los dos se inclinaron respetuosamente, Valle se encontraba confuso pues no estaba acostumbrado a acercarse a mujeres bellas, su tía algo preocupada por el le dijo que si se sentía bien pues se puso pálido y el le contesto que no.
    Después empezaron a platicar la señora y Valle la hacia pregustas de porque nunca estaba con su familia y él le contentaba que desde pequeño se alejo de su familia, además el se ponía enfermo algunas veces y por eso no podía esta con su familia.
    Una joven era blanca y rubia, la otra morena y pálida, los ojos azules de Isabel inspiraban una afección pura y tierna, los ojos negros de Clemencia hacia estremecer de deleite. Flores no sabía por cual decidirse y como pocas veces se lo dejo a la suerte, se acerco a Isabel y entablo con ella una de esas conversaciones frívolas de primera visita. Isabel se sentía contenta. Las dos jóvenes tenían dos dones físicos e intelectuales. Y Clemencia miraba a Flores, por otro lado Valle seguía conversando con su tía pues no habla porque no sabía hacer conversaciones con las jóvenes pero no dejo de observar la impresión que causaba su amigo a ellas. El necesitaba un ángel y su prima lo era pero la rubia sonreirá a Flores un momento más y los jóvenes salieron de aquella casa.




    Paginas 37 a 39
    X
    Las Dos Amigas

    -Clemencia ¿Qué te pareció mi sobrino? Pregunto la señora.
    -me parece un joven instruido y bueno, algo encogido.
    -Fernando debe estar enfermo- añadió Isabel con cierta compasión, su palidez no es natura.
    - es un muchacho serio- dijo la tía, y n su vida debe culotarse algún misterio. Hemos estado en México y en Veracruz, hemos visitado con frecuencia su casa: jamás le hemos visto. Al preguntar por el, la familia y sus 3 hermanos contestaban con desagrado al hablar de el, sus hermanas son muy lindas y jamás se les vio una mirada de tristeza por el, en fin yo supongo que este joven debe Haver causado en sus padre algún disgusto pasado, estoy admirada de ver a Valle con el uniforme liberal cuando su padre es uno de los mas notables conservadores mi primo hubiera preferido matar a su hijo que verle de oficial del ejercito republicano, pero debemos tratar a Valle como un pariente nuestro.
    Yo no le veo nada repulsivo- dijo Clemencia, es muy serio tal vez su carácter se haya agriado con alguna enfermedad, porque esta muy pálido, porque lo comparamos con su amigo que esta brillante de salud.
    -¡Oh! en cuento a ese –dijo Isabel -¡Que simpático es! ¡Que guapo!
    -¿te agrada, Isabel? Pregunto Clemencia con una imperceptible malicia.
    -Si -dijo Isabel
    -mi pobre primo Fernando, será un observador, pero no es nada divertido ni galante, creo que nunca ha estado en sociedad, pues tartamudea y se avergüenza, Flores es diferente
    –dijo Isabel.
    Isabel sintió una mirada rara en Clemencia y pudo también sentir un gran dolor en su corazón pues comprendió que Enrique había cautivado a su amiga, y tal vez presintió que iba a tener una rival.
    Isabel y Clemencia eran bastante lindas, estaban acostumbradas a dominar como reinas.
    Clemencia estaba invitada a almorzar en casa de Isabel, cualquiera podría notar en el semblante de la conversación una preocupación.
    Iban a ser rivales o, más bien dicho, ya lo eran.

    Paginas 40 a 46
    XI
    Los dos amigos

    En el camino Valle venia muy callado y le comento a Flores que se sentía mal por no poder hacer conversación con ninguna de las jóvenes, y flores le dijo que se le notaba quien estaba enamorado porque sus ojos lo demuestran y lo a descubierto por ser el un experto.
    Valle le confeso a Flores que estaba enamorado por primera vez, pues nunca le había pasado, desde que conoció a su prima había quedado impactado de tan hermosura belleza, esa belleza encantadora y inocente. Pero se sentía mal al ser tímido, y no ser simpático con las mujeres.
    De repente Valle empezó a comentar que desde niño había carecido del dulce placer de sentirse amado, y con deseo de amar.
    A lo que lo que Flores le contesto -¡Canario!, que singular filosofo salio usted, parece un casto soñador, un poeta, de otra época. ¿Quién diablos le ha puesto a usted hollín en el cerebro? ¿Pues que usted toma las cosas a lo serio?
    Valle- pero usted siempre habrá sido feliz.
    Flores- feliz absolutamente, no; necesitaba muchas cosas yo para ser feliz, mi ambición es insaciable.
    Valle- ¿Qué uste no tiene corazón? Por que yo si y mas ahora.
    Flores- ¿cree usted en el corazón? De mi se decir que nuca lo he tenido, me e reído de aquellos que creen en ese sentimiento, el corazón es como el diablo, solo existe en las leyendas. Yo, que sin facultad he apurado desde muy temprano los goces, y, he hecho de mi vida una especie de orgía de buen tono. ¡Ah, si! en cuanto a mujeres, he hecho llorar a algunos hermosos ojos, las lágrimas sinceras, peor si yo hubiese poseído un apéndice de ese sentimentalismo, el libro de mis aventuras estaría en blanco como el de usted. Todas aun amando acaba con las fuerzas de un hombre, lo enervan y lo entregan a los furores del destino, desarmando, imponente, y el amor no debe ser mas que el embellecimiento del camino de la ambición, y mire usted que le estoy hablando como no lo hecho con nadie mas, esto le probará a usted que le quiero. Dejemos esto, hablemos de la primita es una lindísima criatura, he notado que usted le simpatiza.
    Valle- si, es linda, cuando la mire hablado con usted sentí como un odio
    Flores- usted la ama y ha sentido celos.
    Valle se sentía mal al escuchar que el ídolo de su amada hablara de esa manera tan difícil de creer, pues no imaginaba que Flores no viera en una mujer algo angelical sino algo como un objeto de cruel diversión y de innoble placer.
    Flores de dijo a Valle que no le quitaría a Isabel pues se quedaría con la morena linda Clemencia, así que decidieron en ir nuevamente a la casa de Isabel.

    Paginas 47 a 51
    XII
    Amor

    Isabel, apenas estuvo solo, se puso a pensar con toda libertad en aquella aparición del gallardo mexicano Flores.- ¡Qué interesante! ¡Cuánta elegancia en su traje y en sus actitudes! ¡Qué delicadeza en sus maneras! Pero sobre todo, sus ojos tienen algo que subyuga, que atrae, que penetra hasta el corazón. Pero este hombre no debe tener libre el corazón, es seguro que ame a otra, que haya dejado en México a la querida de se alma. Con tantos pensamientos procuraba distraerse, se sentaba al piano, y ensayaba una melodía. Entonces se interrumpía, quedábase meditabunda otra vez, y recordaba a Clemencia. Le parecía que su amiga había habla de Enrique con más interés, pero Clemencia era orgullosa y dominadora sabia disimular sus inclinaciones. –Enrique no puede enamorarse sino de una mujer que hable a su alama- pensaba. Entonces un misterioso terror se apoderaba de ella, y había alguna voz intima que le decía que aquel hombre era peligroso para su virtud y para su reposo. Has que la llegada de algunos amigos jóvenes de Guadalajara, vino a distraerla de su penosa agitación, pero no lo logro no dejaba de compararlos con el y se decía en la mente que ninguno era como el.
    Vino la noche, y con ella el insomnio de la mujer enamorada, vino la imagen de Clemencia, unido al violento deseo de volver a ver al bello oficial. Al pensar en enrique la obligaba a rezar para buscar apoyo en dios, contra ese sentimiento que parecía domina su corazón. Al día siguiente, Isabel estaba pálida, pretextó un fuerte dolor de cabeza, procuró ocultar a los ojos de todas sus sensaciones. Así paso todo ala mañana piense y piense, llego la tarde y pensaba salir pero se acordó que podía encontrarse con los dos jóvenes y mejor no lo hizo, dieron las cuatro, y la voz de Enrique que sonó en los corredores la joven miro a la puerta por donde en efecto aparecieron los dos oficiales.

    Paginas 51 a 56
    XIII
    Celos

    Fernando noto, la impresión que causaba en su prima la llegada de él y de su amigo, se hallaba turbada visiblemente, alargo la mano pequeña y fina, para saludarlos y se conmovió al sentir la mano de Flores. –voy a avisar a mama: tomen ustedes asiento.
    A esta razón llego la señora con Isabel. Enrique fiel a su promesa de no hacer la corte a la prima y de proporcionar a Valle la oportunidad, entablo con la señora una conversación, mariana, así se llamaba la señora, parecía encantarse con Enrique, ella reía frecuentemente, Isabel por lo tanto dejaba de escuchar la pobre conversación de Fernando para oír a Flores.
    Ni siquiera reparaba en que su primo valle parecía más triste, más pálido y más sombrío. Y como este notó que Isabel apenas le respondía en monosílabos, acabo por quedar en silencio. Tenía celos ya. Era seguro que Isabel amaba a su amigo. Derepente se detuvo un carruaje en la puerta era Clemencia y se levantaron las damas para recibirla y la saludaron, depuse los caballeros hicieron lo mismo a lo que ella contento – me alegro mucho ver a ustedes por aquí, hemos hablado tan poco ayer, que me permitirían ustedes, que espere aquí tener noticia municiona de mis amigas de México. –Seré muy dichoso, señorita- le dijo- Enrique – si puedo dar a usted razón de sus relaciones en México, y empezaron a conversar. Fernando estaba en el olvido. – me han hablado del talento de usted en le piano- dijo Clemencia, ha de saber usted, Flores, que Isabel es una verdadera artista, conoce la música admirablemente, se sorprenderá.
    -¡Clemencia!- interrumpió Isabel. Yo toco también; pero Isabel que da muy superior de mi. Y para que usted pueda comprobar, voy a tocar el piano, después tocara ella. Enrique la acompaño y, permaneció de pie, a su lado, devorándola con los ojos.
    Fernando había notado de Isabel las contracciones del dolor de los celos. Para Valle no era dudoso que Isabel amara a Enrique. Jamás había sentido en su corazón la cruel puntada de los celos. El era allí un condenado. Aquellas dos mujeres, tan hermosas, que el hubiera soñado, estaban pendientes de Enrique, de aquel siempre afortunado galán. Entonces apartando sus ojos de aquel cuadro de dolor, miro la ventana, y vio horrible todo ese mundo que se revelaba sus ojos por el estrecho espacio de esa ventana, y… una lágrima.
    Enrique felicitaba a Clemencia peor ella le dijo que no fuera lisonjero, púes faltaba escuchar a Isabel. Isabel, ya puesta con semblante risueño y ruboroso, acompañada también de Flores.

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  10. Cecilia 3ra aportacion

    Paginas 57 a 64
    XIV
    Revelación
    Era una colección de melodías alemanas. Isabel eligió una para interpretar el estado de su corazón. Enrique tenía los ojos en algo invisible, y manifestaba de mil modos su admiración. Isabel, tocando, se había trasformado de la niña tímida a un ángel seductor. El joven no pudo mas después de esto, se puso encendida, sus manos temblaron y la pieza se interrumpió bruscamente - la joven concluyo la melodía, Enrique la condujo a su asiento, se la paso diciendo cosas bonitas y admirables de Isabel, ella le dijo que no fuera lisonjeo, a lo que el dijo que en cuestiones de arte no tenia ese defecto, era franco, muy sincero, y que no sabia a que altura había llegado, Isabel dijo que era provinciana, carecía de buena escuela, y por mas grande que haya sido mi su aplicación, no podía creerle.
    Clemencia dijo- ella es la artista, porque mientras ella tocaba yo estaba observando a usted, y comprendí que se hallaba transportado a otros mundos, solo los artistas hacen llorar y usted a llorado - ¿yo?- pregunto Fernando.- talvez lo que yo he tocado le recordaría a usted algo- no es eso- replico Fernando-
    Le confieso a usted Valle- dijo Clemencia que tengo gran curiosidad de conocer la vida de usted.
    -señorita, mi pobre vida carece de suceso que puedan existir el menor interés.
    -usted ha amado
    -no nunca
    -bien; ya halaremos de eso… deseamos oírlo a usted, dirigiéndose a Flores, alo que le dijo que ya era un poco tarde y que tenia una junta de honor de grande interés, pero de alguna manera al día siguiente con todo honor les daría a conocer sus encantos como músico.
    Los dos jóvenes de despidieron, Clemencia, al contrario de despidió de Enrique con la mas amable.
    Cuando los dos jóvenes estaban en la calle se dieron cuenta que se habían equivocado, y que el corazón los había engañado a los dos, Flores decía que se sentía enamorado de Isabel o que talvez la llegaría a amar, pero que sentía una gran atracción por ella, y notaba que Clemencia podía llegar amar a Valle, pero este no lo creía, pero Flores no animaba y le decía que si podría.
    -Lo que uste siente por Isabel no puede haber sido amor, en tres días no podría pasar eso, se es fácil olvidar, de modo que usted olvidará a Isabel, y tanto le costara sacrificio, en cuanto a Clemencia le abre a usted los brazos y le sonríe con todas las promesas de un amor.
    Fernando ya estaba realmente preocupado por aquella despedida tan linda de Clemencia, pues se sentía bien era la primera vez que se veía tratado bien por una mujer, esa noche durmió soñando en ella.

    Paginas 65 a 70
    XV
    Un salón en Guadalajara

    Trasladémonos, a una casa de Guadalajara, situada en la calle más lujosa de esa ciudad, atravesaremos la gran puerta de una casa vasta, en cuyo patio, en los meses de invierno los árboles no piden su ropaje de verdura, se siente menor calor eso es todo. Aquello no es un jardín pero tiene un aspecto risueño, alegre y elegante. Cuatro corredores anchos, el techo de estos corredores, cuyo cielo raso esta pintado con mucha arte, dos hileras de macetas de porcelana, y jaulas con zenzontles, con jilgueros. Uno de aquellos corredores conduce al salón, es una pieza en que se respira desde luego ese perfume que no da el dinero sino el buen gusto, es decir, el talento.
    Este salón era de la familia de Clemencia, Valle casi se arrepentía de haber ido pues no estaba acostumbrado a esas reuniones ni a ese lujo.
    Enrique y Valle penetraron al salón, donde había docenas de bellísimas mujeres, por supuesto Mariana e Isabel eran de la compañía. La encantadora morena Clemencia presentó a los dos amigos a su papá, la madre de Clemencia era una matrona y amable hasta el extremo.
    Clemencia invito a Fernando a platicar, y habrían dejado a los artistas (Flores y Isabel) lucir sus habilidades en el piano y mientras ellos hablaban de los asuntos del corazón. Enrique alcanzó triunfo completo. Por otro lado Clemencia enseñaba sus álbumes a Fernando para tener pretexto de hablar con él, procuraba en vano arrancarle los secretos de su vida, y sentía palpitar su corazón a cada palabra que le dirigía, Clemencia conocía a fondo el arte de sonreír y mirar, Fernando se sentía realmente sorprendido.
    - se conoce que usted ha sufrido mucho, Fernando- decía Clemencia al oficial, yo también he sufrido
    -¿usted, sufrir, señorita?... usted tan bella
    - ¡la belleza… el dinero… la juventud! ¿Cree usted que todo eso de la felicidad? ¿y el corazón?
    -¿ha tenido usted desengaños, han sido ingratos con usted?
    - yo no he amado nunca, me has cortejado mucho pero han sido tan frívolos, mi corazón ha permanecido siendo de nieve.
    Cuando derepente el papá de Clemencia invito a todos tomar el té, y Valle ofreció a la hermosa sultana su brazo, en que ella se apoyó con dejadez y confianza.

    Paginas 71 a 73
    XVI
    Frente a Frente

    Isabel y Enrique se hallaban en el colmo de la felicidad y Clemencia los miraba, los dos jóvenes parecía entenderse perfectamente. Para Clemencia esto era claro como la luz, para Fernando tampoco hubo duda, Fernando recordaba lo que le había dicho Flores, que era fácil olvidar, heme ahí enamorado de Clemencia, y que por ella no el inspiraba el amor dulce de su prima, si no amor irresistible, grande, que no anonada, Fernando estaba totalmente perdido. Una vez que Fernando le sirvió vino a Clemencia ella se paro de su asiento y con su hermosa mano toco la de él y le dijo –no tanto Fernando no tanto hoy podría perder la cabeza fácilmente. Fernando observo que Clemencia había dirigido a su amiga una mirada de celos. Clemencia le pregunto sonriendo -¿ha visto usted entrar mis flores, Fernando?
    -Si, Clemencia, de paso; y he notado que son exquisitas.
    Clemencia le contesto: -tengo muchas flores, pero hoy en la mañana se ha abierto una flor hermosísima, roja y perfumada, que no tiene igual, y que deseo que usted vea, yo se la ofreceré, para que la conserve en recuerdo mío.
    Fernando se sentía mal y le dijo que era una prueba de distinción que no merecía, que una flor tan querida para ella debería quedar plantada, y debe ser dada a alguien que ella amara.
    Clemencia no entendía lo que el quería decirle con esas palabras pues parecían dictadas de un sentimiento injusto, ella le comento que talvez eso le había pasado en otra parte pero en su casa es preciso que sea el ingrato para que lo crea. Arranco la flor y siguió con la idea de regalársela. Fernando volvió a creer que era amado.

    Paginas 74 a 76
    XVII
    La Flor

    Salieron a uno de los corredores. Aquello era un jardín encantado, un paraíso. Clemencia condujo a Fernando hasta donde estaba un soberbio tibor japonés,
    -Aquí esta mi planta querida, y vea usted, esta flor se abre en la mañana, pero todavía mas en la noche, y está mas perfumada.
    No aceptaba la flor Fernando y no sabia como agradecerle, ella simplemente le dijo que guardando la en su corazón. Y Clemencia la ofreció, con las mejillas llenas de rubor, a Valle, que él tomo temblando, la llevo a sus labios y la coloco en su ojal de su levita. Los dos sintieron perfectamente los fuertes latidos del corazón de Fernando, el joven perdía la cabeza, su aliento le abrasaba, esto le parecía un sueño, y estaba próxima desfallecer. Ella le tomo de nueva cuenta le brazo y dieron algunos pasos. Después Clemencia un poco turbada dijo que era una loca por lo que estaba haciendo Fernando le dijo esto su secreto – Mi secreto es, Clemencia, que he sido siempre infeliz, jamás he creído que nadie se aceptar mi amor, y que usted es el primer ángel que aparece en mi camino tenebroso y maldito, y las palabras de usted ha penetrado mi corazón y han hecho nacer en el un sentimiento desconocido, dulce, poderoso, que ha crecido en minutos. Ahora mismo esto me parece un sueño, he ahí mi secreto.
    - No me juzgue usted mal, Fernando, ni crea usted que soy una coqueta casquivana a quien calumnian en Guadalajara. Haced tres días que le conozco a usted, y con esto me basta…
    Derepente Enrique se acerco entre envidioso y alegre – ¿Clemencia quiere usted bailar una pieza?-, ella volteó a ver a Fernando –entiendo Clemencia usted quiere bailar con mi amigo pero de una vez le digo que el no sabe. Después Flores vio la flor de Fernando,
    - Es la que yo le ofrecí- dijo Clemencia
    - ¿Y para mi, Clemencia, no ha quedado otra por ahí?
    - Era la única, Flores, la única que se había entreabierto esta noche y que acabó de abrirse esta noche.
    - Es verdad, la felicidad consiste en verla a usted- dijo enrique llevándose a Valle y a Clemencia al salón donde ya empezaba el baile.

    Paginas 77 a 78
    XVIII
    Clemencia

    A las doce de la noche la reunión se disolvió un poco. Los oficiales se fueron también. Después Clemencia se despidió de Mariana y de Isabel y al darle el beso de despedía a Isabel Clemencia le dijo -¿Eres feliz, Isabel?
    - Creo que si; Clemencia
    - Pues bien linda sueña con el ángel.
    Después clemencia se despidió de sus padres quienes pensaron que se la había pasado muy feliz, ella cayendo al sillón dijo
    - ¡Isabel vencerme! ¡Haber preferido a Isabel! ¿Es pues, mas bella que yo?
    ¡Pobre Fernando! ¡He hecho, mal en jugar así con su corazón! No había necesidad de este engaño… mañana yo le diré que no lo tome en serio… ¡Y la flor! ¡Y tantas palabras! ¿Qué he hecho Dios mío? ¿Qué he hecho?
    Se reclino con dolor, apoyando la frente en sus dos manos, vertiendo lágrimas y diciendo en voz baja y entrecortada por los sollozos:
    - Enrique, Enrique ¡yo te amo! –Él me amará también. ¡Oh! me amará mucho, lo prometo. Después de decir esto se metió a la cama y durmió.

    Paginas 78 a 81
    XIX
    El Porvenir

    Por su parte Fernando se pasó gran parte de la noche pensando en los incidentes que acababan de ocurrirle, el nuevo amor ocupaba de una manera absoluta su corazón. El amor a Clemencia había llegado a su plenitud en el corazón de Fernando.
    Se puso a pensar en el porvenir de ese amor tan repentino como poderoso. El amaba a Clemencia, y era correspondido, según lo daban a entender las ardientes palabras de la joven. Pero el era soldado en el ejercito de la republica, los franceses se dirigían a Guadalajara y el tendría que salir de Guadalajara dentro de pocos días, y entonces ¿Qué iba a ser de Clemencia?, y sabiendo que era una de las mujeres mas bellas, temía que a los pocos días de ocupar el ejercito invasor aquella cuidad, clemencia tuviese un nuevo amor. Todo lo tenía en contra. Se resigno a perder todo aquel mudo de felicidad. Y Fernando a cada uno de sus pensamientos, mortales, sentía desfallecer su corazón. Se hallaba colocado entre sus deberes de patriota y de soldado y entre sus esperanzas de amante.
    Pero después de pensarlo tanto, no quiso renunciar al amor. Ya muy avanzada la noche se recostó en su cama, no sin besar primero y repitas veces la hermosa flor que Clemencia le había dado.

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  11. Los dias que siguieron a esta escena fueron una continua maravilla para Cedric.su madre le había contado una historia tan desconcertante y complicada, que el niño hubo de hacercela repetir 3 ó 4 veces antes de llegar a comprenderla.
    Cuando porfin lo entendió, lo primero que pensó fue en lo que diría su admirador el señor Hobbs. Por que su madre le havia relatado lo siguiente:
    Su abuelo era conde, como lo hubiera sido el mayor de sus tíos, a no ser por que había muerto. Igualmente, conde hubiera sido su 2° tío, a no haber fallecido.
    Y como el padre de Cedric, el ultimo de los hijos había muerto también, resultaba bien claro que a la muerte de su abuelo, Cedric seria conde, ya que el era el único desendiente de la familia. Como aun vivía el conde, el titulo que le correspondía era el de Lord de Fauntleroy.
    La noticia, como es natural, conmovió al niño.
    -pero cariño, a mi no me gustaría ser conde, por que ninguno de mis amigos lo es. ¿No podríamos decir que no?
    Se muy bien añadió la señora , que a tu padre desearía que lo hicieras. El quería mucho a su país y a la casa en que naciera. Yo seria una madre muy egoísta si te inpidiera ir a Inglaterra.
    pero sentiré mucha pena al marcharme de aquí, cariño. Lo hare aunque estoy seguro de que a ellos les ocurrirá igual.
    Cedric decidió ir a ver a su amigo sin perder tiempo.
    Señor Hobbs, ¿recuerda nuestra conversación de ayer por la mañana? ¡claro que sí ¡ Estubimos hablando de Inglaterra. Sobre todo de la aristocrasia.
    Sí, sobre todo de los condes. ¿recuerda? cuando María llego, Ud. Decía que jamás permitiría que un conde se sentase en alguna caja suya de galletas.
    ¡Y sigo diciendo lo mismo! ¡Que pruebe alguno hacerlo y sabra lo que es bueno!
    Señor Hobbs , siento decirle que en este momento un conde esta sentado sobre una de sus cajas.
    El tendero dio un salto. ¿Qué dices?
    Sí soy un conde… o mejor dicho lo sere. Tengo que decírselo porque no estaría bien que le engañara a usted.
    El calor se te ha subido a la cabeza. Has debido coger una insolación.
    No me duele nada, señor Hobbs, y me encuentro perfectamente. Todo lo que he dicho es cierto.
    El señor Hobbs cayo sobre una silla, secándose el sudor de la frente.
    -No entiendo nada- Pues tenemos que conformarnos con nuestra suerte, señor Hobbs. El señor Havisham no hubiera venido desde Inglaterra a decirnos esto si no fuera cierto. Ha venido de parte de mi abuelo, que vive allí, en un castillo.


    Catalina Lozano Garcia

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  12. El Lazarillo de Tormes
    Sonia Noreli Martìnez Castellanos 2e
    Autor: Anònimo
    Titulo del libro: El Lazarillo de Tormes
    Ediciones: Leyenda, S.A de C.V.
    Año de edicion: 2006
    No. De pàginas: 63

    TRATADO PRIMERO
    Cuenta Làzaro su vida y cùyo hijo fue.

    Pues sepa vuestra merced, ante todas cosas, que a mì me llaman Làzaro de Tormes, hijo de Tomè Gonzàlez y de Antonia Pèrez, naturales de Tejares, aldea de Salamanca. Mi nacimiento fue dentro del rìo Tormes, por la cual causa tomè el sobrenombre, y fue de esta manera. Mi padre, que Dios perdone, tenìa a cargo de proveer una molienda de una aceña, que està en la ribera de aquel rìo, en la cual fue molinero màs de quince años. Y estando mi madre una noche en la aceña, preñada de mì, tomòla el parto y pariòme allì. De manera, que con verdad me puedo decir nacido en el rìo.
    Pues, siendo yo niño de ocho años, achacaron a mi padre ciertas sangrìas malechas en los costales de los que allì a moler venìan, por lo cual fue preso y confesò y no negò y padeciò persecuciòn por justicia. Espero en Dios que estè en la Gloria, pues el Evangelio los llama bienaventurados.
    En este tiempo se hizo cierta armada contra moros, entre los cuales fue mi padre. Que a la sanzòn estaba desterrado por el desastre ya dicho, con cargo de acemilero de un caballero que allà fue. Y con su señor, como leal criado, feneciò su vida.
    Mi viuda madre, como sin marido y sin abrigo se viese, determinò arrimarse a los buenos por ser uno de ellos y vìnose a vivir a la ciudad y alquilò una casilla, y metiòse a guisar de comer a ciertos estudiantes y lavaba la ropa a ciertos mozos de caballos del comendador de la Magdalena. De manera que fue frecuentando las caballerizas.
    Ella y un hombre moreno, vinieron en conocimiento. Èste, algunas veces, se venìa a nuestra casa y se iba a la mañana.
    Otras veces de dìa llegaba a la puerta, en achaque de comprar huevos, y entràbase en casa. Yo, al principio de su entrada, pesàbame con èl y habìale miedo, viendo el color y mal gesto que tenìa; mas, de que vi que con su venida mejoraba el comer, fuile queriendo bien.
    De manera que, continuando la posada y conversaciòn, mi madre vino a darme un negrito muy bonito, el cual yo brincaba y ayudaba a callar.
    Y acuerdòme que estando el negro de mi padrastro trabajando con el mozuelo, como el niño veìa a mi madre y a mì blancos, y a èl no, huìa de èl con miedo, para mi madre, y señalando con el dedo decìa:
    -¡Madre, coco!
    Respondiò èl, riendo.
    -¡Hideputa!
    Yo aunque bien muchacho, notè aquella palabra de mi hermanico y dije entre mì:
    -¡Cuàntos debe de haber en el mundo, que huyen de otros porque no se ven a sì mismos!

    Al triste de mi padrastro azotaron y pringaron, y a mi madre pusieron pena por justicia sobre el acostumbrado centenario, que en casa del sobredicho comendador no entrase, ni al lastimado Zaide en la suya acogiese.
    Por no echar la soga tras el caldero, la triste se esforzò y cumpliò la sentencia. Y por evitar peligro y quitarse de malas lenguas, se fue a servir a los que al presente vivìan en el mesòn de la Solana. Y allì, padecimiento mil importunidades, se acabò de criar mi hermanico, hasta que supo andar, y a mì hasta ser buen mozuelo, que iba a los huèspedes por vino y candelas y por lo demàs que me mandaban.
    En este tiempo vino a posar al mesòn un ciego, el cual, parecièndole que yo serìa para adiestrarle, me pidiò a mi madre y ella me encomendò a èl, dicièndole còmo era hijo de un buen hombre, el cual, por ensalzar la fe, habia muerto, y que ella confiaba en Dios que no saldrìa peor hombre que mi padre, y que le rogaba me tratase bien y mirase por mì , oues era huèrfano.
    El respondiò que asì lo harìa y que me recibìa no por mozo, sino por hijo. Y asì, le comencè a servir y adiestrar a mi nuevo y viejo amo.
    Como estuvimos en Salamanca algunos dìas, parecièndole a mi amo que no era la ganancia a su contento, determinò irse de allì, y cuando nos hubimos de partir, yo fui a ver a mi madre, y , ambos llorando, me dio su bendiciòn y dijo:
    -Hijo, ya sè que no te verè màs. Procura de ser bueno, y Dios te guìe. Criado te he y con buen amo te he puesto, Vàlete por ti.
    Y asì, me fui para mi amo, que esperàndome estaba.
    Salimos de Salamanca, y llegando a la puente, està a la entrada de ella un toro de piedra, el ciego mandòme que llegase cerca del animal, y allì puesto, me dijo
    -Làzaro, llega el oìdo a este toro y oiràs gran ruido dentro de èl.
    Yo simplemente lleguè, creyendo ser asì. Y como sintiò que tenìa la cabeza par de la piedra, afirmo recio la mano y diòme un gran clabazada en el diablo del toro, y dìjome:
    -Necio, aprende. Que el mozo del ciego un punto ha de saber màs que el diablo.
    Y riò mucho la burla.
    Pareciòme que en aquel instante despertè de la simpleza en que como niño estaba, y dije entre mì:
    -Verdad dice èste , que me cumple avivar el ojo y avisar, pues solo soy, y pensar còmo me sepa valer.
    Y fue asì, que despuès de Dios èste me dio la vida, y siendo ciego, me alumbrò y adiestrò en la carrera de vivir.
    Allende de esto, tenìa otras mil formas y maneras para sacar el dinero. Decìa saber oraciones para muchos y diversos efectos: par mujeres que no parìan, para las que estaban de parto, etc. Con esto andàbase todo el mundo tras èl, especialmente mujeres, que cuento les decìa creìan. Y ganaba màs en un mes que cien ciegos en un año.
    Mas tambièn quiero que sepa vuestra merced que, con todo lo que adquirìa y tenìa, jamàs tan avariento ni mezquino hombre no vi; tanto que me mataba a mì de hambre.
    Y luego otro dìa me golpeo mi amo, el golpecillo, que me desatinò y sacò de sentido, y el jarrazo tan grande, que los pedazos de èl se me metieron por la cara, rompiéndomela por muchas partes , y me quebrò los dientes, sin los cuales hasta hoy dìa me quedè. Desde aquella hora quise mal al mal ciego.
    Después de tiempo mi amo salto y da con la cabeza en el poste, que sonò tan recio como si diera con una gran calabaza, y cayò luego para para atrás medio muerto y hendida la cabeza. Y tomè la puerta de la villa en los pies de un trote, y, antes que la noche viniese, di conmigo en Torrijos. No supe màs lo que Dios de èl hizo, ni curè de lo saber.


    TRATADO SEGUNDO

    CÒMO LÀZARO SE ASENTÒ CON UN CLÈRIGO, Y DE LAS COSAS QUE CON ÈL PASÒ.

    Otro dìa, no pareciéndome estar allì seguro, fuime, a un lugar que llaman Maqueda, a donde me toparon mis pecados con un clérigo, que llegando a pedir limosna, me preguntò si sabìa ayudar a misa. Yo dije que sì, como era verdad, que, aunque maltratado, mil cosas buenas me mostrò el pecador del ciego.
    Finalmente, el clérigo me recibió por suyo.
    Escape del trueno y di en el relámpago. Porque era el ciego, para con èste, un Alejandro Magno, con ser la mesma avaricia, como he contado. No digo màs, sino que toda la laceria del mundo estaba encerrada en èste.
    Y en toda la casa no había ninguna cosa de comer, como suele estar en otras: algún tocino colgado al humero, algún queso puesto en alguna tabla, o en el armario, algpun canastillo con algunos pedazos de pan que de la mesa sobran .

    Solamente había una horca de cebollas, y tras la llave en una cámara en lo alto de la casa.
    Cinco blancas de carne era su ordinario para comer y cenar.
    Los sàbados còmense en esta tierra cabezas de carnero, y enviàbame por una que costaba tres maravedís. Aquèlla le cocìa, comìa los ojos y la lengua, y el cogote y sesos y la carne, que en las quijadas tenía, y dàbame todos los huesos y la carne, que en las quijadas tenía, y dàbame todos los huestos roìdos . Y dàbamelos en el plato, diciciendo:
    -¡Toma, come, triunfa, que para ti es el mundo!. ¡Mejor vida tienes que el papa!
    - ¡Tal te la dè Dios!-, decìa yo paso entre mì.
    A cabo de tres semanas que estuve con èl, vine a tanta flaqueza, que no me podìa tener en las piernas, de pura hambre. Vime claramente ir a la sepultura, si Dios y mi saber no me remediaran.
    De manera que en nada hallaba descanso, salvo en la muerte, que yo tambìen para mpi como para los otros deseaba algunas veces: mas no la veìa, aunque estaba siempre en mì.
    Pense muchas veces irme de aquel mezquino amo. Mas por dos cosas lo dejaba: la primera, por no me atrever a mis piernas, por temor de la flaqueza que de pura hambre me venìa, y la otra, consideraba y decìa:
    -Yo he tenido dos amos; el primero traìame muerto de hambre y dejàndole, topè con estotro, que me tiene ya con ella en la sepultura. ¿Pues si de èste desisto y doy en otro màs bajo, què serà sino fenecer?
    -¡Oh señor mìo, dije yo entonces; a cuànta miseria y fortuna y desastres estamos puestos los nacidos, y cuàn poco duran los placeres de esta nuestra trabajosa vida! Hème aquì, que pensaba con este pobre y triste remedio remediar y pasar mi laceria y estaba ya cuanto que alegre y de buena ventura. Mas no quiso mi desdicha despertando a este lacerado de mi amo, y ponièndole màs diligencia de la que èl de suyo se tenìa (pues los mìseros, por la mayor parte, nunca de aquèlla carecen), agora, cerrando los agujeros del arca, cerrase la puerta a mi consuelo y la abriese a mis trabajos.
    De que saliò de su casa, voy a ver la obra y hallè que no dejò en la triste y vieja arca agujero, ni aun por donde le pudiese entrar un mosquito. Abro con mi desaprovechada llave, sin esperanza de sacar provecho y i los dos o tres panes comenzados, los que mi amo creypo ser ratonados muy ligeramente, a uso de esgrimidor diestro.
    Como la necesidad sea tan gran maestra, vièndome con tanta siempre, noche y dìa estaba pensando la manera que tendrìa en sustentar el vivir. Y pienso, para hallar estos negros remedios, que me eera luz el hambre, pues dicen que el ingenio con ella se avisa, y al contrario con la hartura, y asì era por cierto en mì.
    Estando una noche desvelado en este pensamiento, pensando còmo me podrìa valer y aprovecharme del arcaz, sentì que mi amo dormìa, porque lo mostraba con roncar y en unos resoplidos grandes, que daba cuando estaba durmiendo. Levantème muy quedito, y, habiendo en el dìa pensado lo que habìa de hacer y dejando un cuhillo viejo, que por allì andaba, en parte do le hallase, voyme al triste arcaz, y por do habìa mirado tener menos defensa, le acometì con el cuchillo, que a manera de barreno de èl usè.
    Luego otro dìa fui levantado, el señor mi amo me tomò por la mano y sacòme la puerta afuera y puesto en la calle, dìjome:
    -Làzaro, de hoy màs eres tuyo y no mìo. Busca amo y vete con Dios, que yo no quiero en mi compañìa tan diligente servidor. No es posible sino que hayas sido mozo de ciego.
    Y santiguàndose de mì, como si yo estuviera endemoniado, se torna a meter en casa y cierra su puerta.


    TRATADO TERCERO
    DE CÒMO LÀZARO SE ASENTÒ CON UN ESCUDERO Y DE LO QUE LE ACAECIÒ CON ÈL

    De esta manera me fue forzando sacar fuerazas de flaqueza, y poco a poco, con ayuda de las buenas gentes, di conmigo en esta insigne ciudad de Toledo, a donde, con la merced de Dios, dende a quince dìas se me cerrò la herida. Y mientras estaba malo siempre me daban alguna limosna; mas despuès que estuve sano todos me decìan:
    -Tù, bellaco y gallofero eres. Busca, busca un buen amo a quien sirvas.
    -¿Y adonde se hallarà èse –decìa yo entre mì- si Dios agora de nuevo, como creò el mundo, no le criase?
    Andando asì discurriendo de puerta en puerta con harto poco remedio, porque ya la caridad se subiò al cielo, topòme Dios con un escudero que iba por la calle con razonable vestido, bien peinado, su paso y compàs en orden.
    Miròme, y yo a èl, y dìjome:
    -Muchacho, ¿buscas amo?
    Yo le dije:
    -Sì señor.
    -Pues vente tras de mì – me respondiò-, que Dios te ha hecho merced en topar conmigo. Alguna buena oraciòn rezaste hoy.
    Y seguìle, dando gracias a Dios por lo que le oì, y tambièn que me parecìa, segùn su hàbito y contiente, ser el que yo habìa menester.
    Era de mañana cuando èste mi tercero amo topè. Y llevòme tras sì grna parte de la ciudad. Pasàbamos por las plazas donde se vendìa pan y otras provisiones. Yo pensaba, y aun deseaba, que allì me querìa cargar de lo que se vendìa, porque èsta era propia hora cuando se suele proveer de lo necesario. Mas muy a tendido paso pasaba por estas cosas.
    -Por ventura no le ve aquì a su contento –decìa yo- y querrà que lo compremos en otro cavo.
    De esta manera anduvimo hasta que dio las once. Entonces se entrò en la iglesia mayor, y yo tras èl, y muy devotamente le vi oìr misa, y los otyros oficios divinos, hasta que todo fue acabado y la gente ida. Entonces salimos de la iglesia, y a buen paso tendido, comenzamos a ir por una calle abajo. Yo iba ya el màs alegre del mundo, en ver que no nos habìamos ocupado en buscar de comer. Bien considerè que debìa ser hombre mi nuevo amo, que se proveìa en junto, y que ya la comida estarpìa a punto, y tal como yo lo deseaba y aun habìa menester.
    En este tiempo dio el reloj la una despuès de mediodìa, y llegamos auna casa, ante la cual mi amo se parò, y yo con èl, y derribando el cabo de la capa sobre el lado izquierdo, sacò una llave de la manga y abriò su puerta y entramos en casa. La cual tenìa la entrada obscura y lòbrega, de tal manera, que parecìa que ponì temor a los que en ella entraban; aunque dentro de ella estaba un patio pequeño y pequeñas càmaras.
    Desque fuimos entrados, quita de sobre sì su capa, y, preguntando si tenìa las manos limpias, las sacudimos y doblamos y muy limpiamente soplando un poyo que allì estaba, la puyso en èl. Y, hecho esto, sentòse cabo de ella preguntàndome muy por extenso de dònde era, y còmo habìa venido a aquella ciudad.
    Y o le di màs larga cuenta que quisiera, porque me parecìa màs conveniente hora de mandar poner la mesa y escudillar la olla, que de lo que me pedìa. Con todo eso, yo le satisfice de mi persona lo mejor que mentir supe, diciendo mis bienes y callando lo demàs, porque me perecì no ser para càmara.
    -Virtud es èsa – dijo èl- y por eso te querrè yo màs. Porque el hartar es de los puercos, y el comer regladamente es de los hombres de bien.
    Despuès de tiempo que convivimos mi amo y yo, èl me dejò mi pobre y tercer amo, donde acabè de conocer mi ruin dicha. Pues, señalandose todo lo que podìa contra mì, hacìa mis negocios tan al revès, que los amos, que suelen ser dejhados de los mozos, en mì no fuese asì, mas que mi amo me dejase y huyese de mì.


    TRATADO CUARTO
    CÒMO LÀZARO SE ASENTÒ CON UN FRAILE DE LA MERCED, Y DE LO QUE LE ACAECIÒ CON ÈL.

    Hube de buscar el cuarto, y èste fue un fraile de la Merced, que las mujercillas que digo me encaminaron. Al cual ellas le llamaban pariente. Gran enemigo del coro y de comer en el convento, perdido por andar fuera, amicìsimo de negocios seglares y visitar, tanto que pienso que rompìa èl màs zapatos que todo el convento. Èste me dio los primeros zapatos que rompì en mi vida. Mas no me duraron ocho dìas, ni yo pude con su trote durar màs.
    Y por esto, y por otras cosillas que no digo, salì de èl.

    TRATADO QUINTO
    CÒMO LÀZARO SE ASENTÒ CON UN BULDERO Y DE LAS COSAS QUE CON ÈL PASÒ

    En el quinto por mi ventura di, que fue un buldero, el màs desenvuelto y desvergonzado, y el mayor echador de ellas que jamàs yo vi, ni ver espero, ni pienso que nadie vio, porque tenì y buscaba modos y maneras y muy sutiles invenciones.
    En entrando en los lugares donde habìan de presentar la bula, primero presentaba a los clèrigos o curas algunas cosillas, no tampoco de mucho valor ni sustancia; una lechuga murciana, si era por el tiempo, un para de limas o naranjas, un melocotòn, un para de duraznos, cada sendas peras verdiniales.
    Asì procuraba tenerlos propicios, porque favoreciesen su negocio y llamasen sus feligreses a tomar la bula.
    Ofrecièndosele a èl las gracias informàbase de la suficiencia de ellos, Si decìan que entendìan, no hablaba palabra en latìn, por no dar tropezòn; mas aprovechàbase de un gentil y bien cortado romance y desenvoltìsima lengua. Y si sabìa que los dichos clèrigos eran de los reverendos, digo que màs con dineros que con letras y con reverendas se ordenan, hacìanse entre ellos un Santo Tomàs, y hablaba dos horas en latìn. A lo menos que le parecìa, aunque no lo era.
    Cuando por bien no le tomaban las bulas, buscaba còmo por mal se las tomasen, y para aquello hacìa molestias al pueblo, y otras veces, con mañosos artificios. Y porque todos los que le veìa hacer serìa largo de contar, dirè uno muy sotil y donoso, con el cual probarè bien su suficiencia. En un lugar de la Sagrade Toledo, habìa prediado dos o tres dìas, haciendo sus acostumbrados diligencias, y no le habìan dado al diablo con aquello, y pensando què hacer, se acordò de convidar al pueblo para otro dìa de mañana despedir la bula (las bulas que el daba eran falsas).
    Despuès de tiempo yo deje a mi amo porque me tenía que buscar un poco la vida para que no me pillaran.


    TRATADO SEXTO
    CÒMO LÀZARO SE ASENTÒ CON UN CAPELLÀN, Y LO QUE CON EL PASÒ

    Despùes de esto, asentè con un maestro de pintar panderos, para molerle los colores.
    Y tambièn sufrì mil males.
    Siendo ya en este tiempo mozuelo, entrando un dìa en la iglesia mayor, un capellàn de ella me recibiò por suyo, y pùsome en poder buen asno y cuatro càntaros y un azote, y comencè a echar agua por la ciudad.
    Este fue el primer escalòn. Que yo subì para venir a alcanzar buena vida, porque mi boca era medida. Daba cada dìa a mi amo treinta maravedìs ganados y los sàbados ganaba para mì y todo lo demàs de entre semana, de treinta maravedìs.
    Fpeme tan bien en el oficio, que al cabo de cuatro años que lo usè, con poner en la ganancia buen recaudo, ahorrè para me vestir muy honradamente de la ropa vieja. De la cual comprè un jubòn de fustàn viejo y un sayo raìdo de manga trenzada y puerta, y una capa que habìa sido frisada, y una espada de las viejas primeras de Cuèllar.
    Desque me vi en hàbito de hombre de bien. Dije a mi amo se tomase su asno, que no querìa màs seguir aquel oficio.


    TRATADO SÈPTIMO
    CÒMO LÀZARO SE ASENTÒ CON UN ALGUACIL, Y LO QUE LE ACAECIÒ CON ÈL

    Despedido del capellàn, asentè por hombre de justicia con un alguacil. Mas muy poco vivì con èl, por parecerme oficio peligroso, mayormente, que una noche nos corrieron a mì y a mi amo, a pedradas y a palos unos retraìdos, y a mi amo que esperò, trataron mal; mas a mì no me alcanzaron. Con esto reneguè del trato.
    Y pensando en què modo de vivir harìa mi asiento, por tener descanso y ganar algo para la vejez , quiso Dios alumbrarme y ponerme en camino y manera provechosa. Y con favor que tuve de amigos y señores, todos mis trabajos y fatigas hasta entonces pasados fueron pagados con alcanzar lo que procurè, que fue un oficio real. Viendo que no hay nadie que medre, sino los que le tienen.
    En el cual, el dìa de hoy, yo vivo y resido al servicio de Dios y de vuestra merced. Y es que tengo cargo de pregonar los vinos que en esta ciudad se venden, y en almonedas y cosas perdidas, acompañar los que padecen persecuciones por justicia, y declarar a voces sus delitos: pregonero, hablando en buen romance.
    En el cual oficio un dìa, que ahoracàbamos un apañador en Toledo y llevaba una buena soga de esparto, conocì y caì en la cuenta de la sentencia que aquel mi ciego amo habìa dicho en Escalona y me arrepentì del mal pago, que le di, por lo mismo que me enseñò. Que, despuès de Dios, èl me dio industria para llegar al estado que agora esto.
    Hame sucedido tambièn, yo le he usado tan fàcilmente, que casi todas las cosas al oficio tocantes pasan por mi mano. Tanto, que en toda la ciudad, el que ha de echar vino a vender o algo, si Làzaro de Tormes no entiende en ello, hacen cuenta de no sacar provecho.
    En este tiempo, viendo mi habilidad y buen vivir. Teniendo noticia de mi persona el señor arcipreste de San Salvador, mi señor y servidor y amigo de vuestra merced, porque le pregonaba sus vinos, procurò casarme con una criada suya. Y visto por mì que tal persona no podìa venir sino bien y favor, acordè de lo hacer. Y asì me casè con ella; y hasta ahopra no estoy arrepentido porque, allende de ser buena hija y dijligente, sevicial, tengo en mi señor arcipreste todo favor y ayuda. Y siempre en el año le da en veces al pie de una carga de trigo, por las pascuas, su carne, y cuando el par de los bodigos, las calzas viejas que deja. E hìzonos alquilar una casilla par de la suya. Los domingos y fiestas casi todas las comìamos en su casa.
    Mas malas lenguas, que nunca faltaron ni faltaràn, no nos dejan vivir, diciendo no sè què, y sì sè què, porque ven a mi mujer irle a hacer la cama y guisarle de comer, y mejor les ayude Dios que ellos dicen la verdad.

    Aunque en este tiempo siempre he tenido algunas sospechuela y habido algunas malas cenas por esperarla algunas noches hasta laudes y aùn màs y se me ha venido a la memoria lo que mi amo el ciego me dijo en Escalona. Estando asido del cuerno. Aunque de verdad siempre pienso que el Diablo me lo trae a la memoria por hacerme mal casado y no le aprobecha.

    Porque allende no ser ella mujer, que se pague de estas burlas, mi señor me ha prometido lo que pienso cumplirà. Que èl me hablò un dìa muy largo delante de ella y me dijo:
    -Làzaro de Tormes, quien ha de mirar a dichos de malas lenguas, nunca medrarà. Digo esto, porque no me maravillarìa, alguno murmurase, viendo entrar en mi casa a tu mujer y salir de ella, Ella entra muy a tu honra y suya. Y esto te lo prometo. Por tanto, no mires a lo que pueden decir, sino a lo que te toca. Digo a tu provecho.
    -Señor –le dije-, yo determinè de arrimarme a los buenos. Verdad es que algunos de mis amigos me han dicho algo de eso, y aun por màs de tres veces me han certificado, que antes que conmigo casase habìa parido tres veces, hablando con reverencia de vuestra merced, porque està ella delante.
    Entonces mi mujer echò juramentos sobre sì, que yo pensè la casa se hundiera con nosotros. Y despuès tomòse a llorar y a echar mil maldiciones sobre quien conmigo la habìa casado. En tal manera, que quisiera ser muerto antes que se me hubiera soltado aquella palabra de la boca. Mas yo de un cabo y mi señor de otros, tanto le dijimos y otorgamos, que cesò su llanto, con juramento que le hice de nunca màs en vida mentarle nada de aquello, y que yo holgaba y habìa por bien de que ella entrase y saliese de noche y de dìa, pues estaba bien de que ella entrase y saliese de noche y de dìa, pues estaba bien seguro de su bondad.
    Y asì quedamos todos tres bien conformes.
    Hasta el dìa de hoy nunca nadie nos oyò sobre el caso; antes cuando siento que me quiere decir algo de ella, le atajo y le digo:
    -Mirad, si sois mi amigo, no me digàis cosa con que me pese, que no tengo por mi amigo al que me hace pesar. Mayormente si me quieren meter mal con mi mujer, que es la cosa del mundo que yo màs quiero, y la amo màs bien que yo merezco. Que yo jurarè sobre la hostia consagrada que es tan buena mujer como vive dentro de las puertas de Toledo, y quien otra cosa me dijere, yo me matarè con èl.
    Desta manera no me dicen nada, y yo tengo paz en mi casa.
    Esto fue el mismo año que nuestro victorioso Emperador en esta insigne ciudad de Toledo entrò y tuvo en ella Cortes, y se hicieron grandes regocijos, como vuestra merced habrà oìdo.
    Pues, en este tiempo, estaba en mi prosperidad, y en la cumbre de toda buena fortuna.

    FIN DE "LA VIDA DE LAZARILLO DE TORMES"

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  13. ¿Sabe usted si Inglaterra esta muy lejos?
    Al otro lado del Atlantico, respondió el tendero, que aún no se había repuesto de la sorpresa.eso es lo que menos me gusta.
    Aveces hasta los mejores amigos se ven obligados a separarse. Dijo el señor Hobbs
    Hablaron mucho. Una vez convencido, y pasada la primera imprecion de sorpresa, el señor Hobbs no se mostro tan violentocomo Cedric había temido. Y como no tenia una idea muy clara de la aristocrasia, exepto su odio por ella, le dio al niño unas explicaciones que hubieran asombrado en gran manera al señor Havishamde haberlas podido escuchar.
    Por el momento otras cosas preocupaban al abogado. Había llegado a America sin conocer apenas nada de los americanos y de sus costumbres. Estaba muy arraigado en su patria y sobre todo al conde Doricourt, al que servia como abogado desde hacia mas de 40 años.
    Sabia de los desengaños que había tenido el viejo conde con sus hijos mayores y el gran disgusto que que le produjera la boda del pequeño.
    También, al llegar a casa, había pensado con desagrado en que clase de niño seria el hijo de tal mujer, y que vivía en un barrio tan vulgar. Pero cuando Maria le introdujo en la sala, vio que esta estaba amueblada con una gran sencillez aunque en ella se respiraba un ambiente hogareño y acogedor. Nada de adornos vulgares y los pocos cuadros que había en la pared era de buen gusto.
    Había pensado que esto era gusto de el capitán y no de la esposa. Mas al entrar la señora Errol, comprendió que que aqueña dama no era lo que pensaba. Vio ante si a una mujer hermosa y joven, y a la que apenas podría creérsela madre de un niño de 7 años. Sus ojos dulces llenos de tristeza.
    El, viejo ya, y soltero, no había estado nunca enamorado, pero comprendía que aquella dulce joven había casado con su marido porque verdaderamente le quería. Por lo tanto, lo mas probable es que el pequeño lordno fuera un pequeño baldón para la familia y la estripe a la que pertenecía. Y que seguramente su misión no seria tan desagradable como había imaginado.

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  14. 3ra aportacion cecilia

    Paginas 81 a 86
    XX
    Clemencia

    Isabel vino a casas de Clemencia.
    -¡Qué feliz soy, hermana mía, que feliz soy!- le dijo
    - lo veo en tu semblante, Isabel, lo creo…
    - y amo como una loca, enrique me ha dicho que me adora, que no ama a nadie mas que a mi; que no a dejando a nadie en México, y que la guerra no será un obstáculo para que yo sea su esposa.
    - ¿tan pronto así va?... ¿pero niña ese caballero cree que se da una palabra de matrimonio como se dice una galantería?
    - pero Clemencia, tu me entristeces ¿Por qué no había de ser así?
    - me parece el caballero Flores demasiado calavera, para aventurar una promesa tan pronto, con intención de cumplirla. Si no es así, es preciso que este muy enamorado, pero es extraordinario.
    - Clemencia me haces mal con tus palabras
    - No, niña, no quiero hacerte mal, quiero precaverte, tienes una confianza ciega, no creas tan fácilmente… tu era un aniña inocente y buena, nunca te has amado, no conoces a los hombres como Enrique. Si fuese Valle, te diría yo: querida mía, no tengas miedo; he ahí la sinceridad, se le conoce en su mirada y su modo de hablar.
    Isabel palidecía y lloraba.
    - ¡Calla, Clemencia! ¿No ves que me estas matando? ¿Es acaso que me aborreces ya? ¿Es que ni quieres que yo le ame?
    - ¿querer yo eso, Isabel mía? Eres más que mi amiga, mi hermana. Perdona si con decirte eso te he hecho sufrir, yo conozco más el mundo, he tratado con más frecuencia a los hombres. Bien sabes que he adquirido fama de coqueta. Yo no he derramado todavía una lágrima arrancada por el desengaño. Serás su esposa pero siquiera aguarda quien es, de donde viene y que ha hecho.
    - Y a propósito de mi primo, el esta enamorado de ti locamente ¿no es así?
    - A si es, me devora con sus miradas
    - ¿y tu lo quieres?
    - Te parecerá raro: pero creo que si, hoy le di mi retrato y le puse una dedicatoria que lo ha trastornado, se atrevió a besarme la mano… y yo le voy queriendo también.
    - ¡Clemencia, estas enamorada!
    - No seria difícil, no he amado nunca. Hasta hoy no sé enteramente si es mi ideal, porque menos confiada que tú, no acepto tan fácilmente a un desconocido. Mira no le amo aún, pero si cualquier suceso me hiciese conocer de una manera indudable las grandes dotes que le supongo, le amaría con toda mi alma, pues te aseguro que seri una mujer humilde, una pobre esclava que estaría pendiente de sus ojos para complacerle, y una leona para disputar su amor, seria una mujer única como las que no se ven actualmente
    - ¡Clemencia!... nunca te he oído hablar así… ¡Me encantas y me causas terror!
    - Si Fernando no fuera más que un oficial atrevido, poco habría adelantado en mi corazón, o tal vez me gustaría un condenado a muerte que luchara por mí.
    - Si, verdaderamente me espantas, entonces un amor imposible
    - pero quiero la desgracias, y la desgracia emanada de un grande rasgo del corazón, muy difícil de todos modos.

    Paginas 86 a 90
    XXI
    El amor de Enrique

    Quince días después, clemencia recibió un billete en que Isabel le suplicaba que pasase a verla inmediatamente, pues estaba enferma. Clemencia se dirigió presurosa a la casa de su amiga, a quien encontró en un estado lamentable.
    - ¿Pero que es esto Isabel? Preguntó Clemencia -¿Qué te pasa? ¿Estas enferma?
    - Si, del alma, Clemencia, me estoy muriendo, y te llamo porque en mi desesperación necesito confiarte mis pesares, necesito que los alivies. Enrique no me ama ni me ha amado nunca; ese hombre no tiene corazón tenias razón ¡sabes lo que ese libertino quería? Quería mi deshonor, quería mi vergüenza.
    Estoy loca, no pienso sino en él, he jurado no volver a hablarle; pero amare toda mi vida.
    Todo empezó hace como seis u ocho días, sus miradas no eran la del esposo, si no las del seductor mundano y atrevido que se detiene en examinar a su victima antes de sacrificarla. Tenía miedo de hallarme a solas con él. Me hablaba de pruebas de amor de que el amaría toda su vida la mujer que se sacrificase por él, también que le ejercito Frances se había puesto en marcha para Guadalajara y que sus avanzadas llegaban ya a león; que el general Arteaga iba a salir de aquí dentro de unos o tres días, y que naturalmente tendría que irse con él, que me pedía de rodillas que huyese con él, la más grande prueba de mi amor. Y luego ese hombre esperó sonriendo mi respuesta, y yo le dije: y bien caballero -A esa ofensa que usted acaba de inferirme, a mí que le amaba porque no le conocía… puedo dar a usted más contestación que señalarle la puerta de esta casa para que salga inmediatamente.
    Y me dijo: -Pero Isabel, le ruego que escuche, que me perdone.
    - Déjeme usted morirme… su presencia me ultraja…
    No puedo arrancarme del alma este amor. Clemencia lloraba también.
    Entonces llego Mariana y le dijo a Clemencia que el amor de Enrique estaba matando a Isabel. Pero que juntas con su amor la consolarían.

    Paginas 91 a 92
    XXII
    Otro Poco de Historia

    En efecto, como enrique había dicho a Isabel, los sucesos militares tomaban un giro desgraciado. El general Uraga, había atacado valientemente la plaza Morelia, había llegado los tiempos de la adversidad.
    Este ataque a Morelia ocurrió a fines de noviembre de 1863. Uraga, se dirigió al sur de Jalisco y llego a Zapotlán.
    El general Uraga juzgó resistir en la capital de occidente, y medito un plan de defensa que consistía en fortificar las Barrancas. A este fin ordenó el general Arteaga (el mártir de Uruapan) gobernador entonces y comandante de Jalisco, que evacuara a Guadalajara en los últimos días de diciembre, y que se retirara al ejercito del centro que ya tomaba posiciones en la línea referida saliendo el mismo con sus tropas en los primeros días de enero de 1864.

    Paginas 92 a 98
    XXIII
    La Última Navidad

    Vuelvo a tomar mi narración, por lo cual retrocederé hasta los últimos de diciembre de 1863, época en que todo el mundo en Guadalajara hacia se preparaba para recibir a los invasores. Muchas familias partieron para California; y para las mas acomodadas, efectivamente era San Francisco el mejor punto que podían elegir en aquel tiempo de borrasca y de adversidad. Las tropas de Arteaga tenían ya sus disposiciones tomadas en virtud de las órdenes superiores. Enrique Flores y todos los jefes y oficiales a que pertenecía, incluso Valle, decidieron pasar lo más ruidosamente posible aquellos últimos días de su permanencia en Guadalajara.
    La navidad estaba próxima, era al día siguiente. Después de la navidad estaba la guerra, tal vez la muerte.
    Clemencia dijo a Flores, a Valle y a sus compañeros: - la navidad se celebrará aquí en casa, haremos un gran baile, nos alegraremos por última vez con los nuestros.
    La noche del 24 llegó, la noche era un palacio de hadas, se iluminaron el patio y los corredores.
    En el salón se había colocado ese “precioso juguete alemán” el árbol de navidad, precioso. Esto había sido un capricho de Clemencia poner ese árbol, en el había colocado algunas de sus mas queridas alhajas, pañuelos, y pequeños juguetes que había de repartirse, entre valientes oficiales. Después de enojado el árbol de sus adornos, el primer vals que se bailase fuese como el vals de medianoche en el ultimó día del año, el baile de los amantes, es decir, en el que debían escoger los hombres a sus preferidas, y estas a los dueños de su alma. Por fin se lleno el salón. En el centro del salón se comenzó a bailar. Enrique dio la señar llevando por compañera a Clemencia.
    Ya desde este momento Fernando noto ciertas inteligencias entre su pérfido amigo y la hermosa joven, se coloco en un rincón, y desde allí procuro observarlo todo, palpitándole el corazón de dolor, ya le daba miedo pensar que Clemencia se enamorase también de Flores.
    Se llagaron las doce de la noche, y todo el mundo se vino a agruparse en derredor del árbol de navidad. Comenzó la rifa, y cada uno saco su número. Llego el turno de Fernando. Saco el numeroso 13, numero fatal entre los fatales. Clemencia bajó de una rama del árbol un lindo pañuelo9 de batista que tenia este número.
    - Valle- dijo la joven alargando el pañuelo a Fernando- Isabel yo hemos bordado juntas este pañuelo… por eso debe serle a usted doblemente querido. Y cuando reciba usted alguna herida, empápele usted en sangre generosa, esa será la mejor manera de honrarle.
    - Yo lo prometo- murmuro Fernando palideciendo
    Después de distribuidas las alhajas, se fueron dirigiendo a la mesa para cenar.
    Fernando, en vez de seguir a los demás se coloco junto a una puerta del salón que daba al corredor. De repente dos personas pasaron junto a la puerta. Eran Clemencia y Enrique.
    - Será una alhaja querida- decía Enrique- pero hubiera yo preferido el pañuelo bordado por ti. ¡Que fortuna de chico! La otra vez una flor, ahora un pañuelo.
    - ¿Tengo yo la culpa, Enrique? Pero no seas niño… toma y consuélate: tu árbol de navidad es mi mano, y ella te alarga esto. ¿Estas contento?
    - ¡Ah, que dicha! –y sonaron dos besos apagados que Enrique daba al objeto que le alargó Clemencia.
    Fernando cayó desplomado sobre una silla. Poco después le fue preciso salir al corredor; se ahogaba… estaba loco. Se acordó que traía guardada la flor de Clemencia la saco del pecho y la arrojó con cólera sobre le mismo jarrón japonés.
    Clemencia acompañada de Enrique, vino luego a buscarle.
    -Fernando ¿no viene usted a cenar? – le dijo la joven.
    - No mil gracias; me siento un poco mal; prefiero estar aquí – respondió Valle, amigo Flores, conténtese usted con ser dichoso y déjeme en paz.
    -Amigo Valle, dice usted eso con un acento tan trágico ¡se diría que está rabioso!
    - Rabioso no es la palabra; indignado. En cuanto a usted señorita le pido mil perdones por mi descortesía hoy, y por mi candidez antes, y… el permiso para retirarme, yo le ruego a usted manifiesta a su papá que me retiro porque estoy un poco enfermo.
    Y luego, volviéndose del lado de Flores, le cogió de un brazo y le dijo:
    - ¡Mañana!
    - Si, mañana- respondió este llevándose a Clemencia.
    - Por Dios y ¿Qué va a suceder?- dijo Clemencia
    - Va a suceder que le mataré, Clemencia
    - Enrique, prométeme que no le harás nada.
    -¡Oh! en cuanto a eso, yo estoy acostumbrado, amor mío, a hacer tragar las amenazas a quien me las dirige.
    - ¡Adiós alegría de navidad!- murmuró Clemencia enjuagándose sus lágrimas.
    - ¿Me amas, Enrique?
    - Más que a mi vida…
    El baile se concluyo pronto, Clemencia no estaba contenta ya. De nueva cuenta se pregunto a si misma
    - ¿Qué he hecho, Dios mío? ¿Qué he hecho?

    Paginas 99 a 101
    XXVI
    El Desafío

    Fernando vino a despertarme:
    - Doctor- me dijo- vengo a inferir a usted una molestia, tengo que arreglar un asunto de honor con el comandante Flores. Que me ha insultado anoche. Suplico a usted que me sirva de testigo.
    - No tengo inconveniente- le respondí-, estoy a la disposición de usted.
    Y me dio sus instrucciones, y escogía como arma la espada. Era un duelo a muerte.
    Fui a ver a Flores, recibióme con arrogancia, designó como testigo a un amigo suyo de Guadalajara.
    - No habrá dificultada ninguna- me dijo- dentro de tres horas Valle estará complacido.
    Me despedí y fui a dar aviso a Fernando. Cuida llegue vi que estaba halando con el coronel, le decía que Enrique ya le había informado que lo había retado.
    - Pues bien, es cierto; me ha ofendido gravemente, seri yo un hombre despreciable si no lo hiciese así –dijo Valle.
    - Y ¿usted no sabe que nuestras leyes militares prohíben bajo severísimas penas el duelo? ¿Usted no sabe que va a hacerse reode un delito grave, y que yo estoy resuelto a imponer a usted un castigo terrible si insiste en su propósito? Yo haré fusilar, conforme a ordenanza, al que intente siquiera, estando como estamos, frente al enemigo, promover duelos por cualquier motivo. Un militar no se pertenece, su vida es la patria, y arriesgarla en otro cosa que en su defensa, es traicionar a sus banderas.
    He ordenado a flores que no acepte el reto de usted, y su tanto él como usted intentan llevarle a cabo a pesar de mis órdenes, el general tendrá conocimiento de ello, y yo les ofrezco a ustedes que los haré fusilar, y dentro de pocos días yo proporcionare a ustedes una liza mas notable y mas honrosa; y como es preciso castigar a usted por este conato de infracción del Código Militar, usted permanecerá arrestado hasta que salgamos de Guadalajara, que serpa bien pronto.
    Esta muy bien mi coronel- contesto Valle. Pero indignándose interiormente de que Enrique hubiera corrido a denunciar al coronel aquella ocurrencia.
    El duelo no se llevo a cabo. –Doctor- me dijo, llorando de desesperación- no me queda mas recurso que el suicidio.
    - El suicidio seria peor, amigo mío- le respondí- y me asombro de que usted, regularmente tan juicioso, no pueda dominar ahora ese sentimiento de cólera pueril. La espada de usted no debe cruzarse sino con la de los enemigos de la patria. El combate mañna, y olvide lo sucedido.
    Logre por fin convencer a Valle. Entre tanto permaneció arrestado y no volvió a ver a nadie en Guadalajara. Por fin se dio la orden de marcha y el cuerpo salió de Guadalajara con dirección a Sayula. Esto sucedió el día 2 de enero de 1864.
    Paginas 102 a 104
    XXV
    El Carruaje

    Ere el 5 de enero de 1864, y ya avanzada la noche, que estaba fria y nebulosa. Un carruaje tirado por seis mulas caminaba con toda la ligereza posible con dirección al pueblo de Zacoalco. En pos de él seguían un caballero y seis u ocho criados. Evidentemente en el coche debía venir una familia principal.
    Varias familias, se apresuraron a salir y tomaban todas ellas el camino de Zapotlán.
    A este número pertenecía probablemente la familia que venia en el carruaje. Las mulas parecían fatigadas, señal de fastidio que le había producido una caminata poco común.
    De repente por tanta fuerza, se volcó el coche, cayendo sobre uno de sus costados, las personas que iban en él dieron un grito espantoso, al que respondió el caballero que venia detrás: -¡Dios mío! ¡Dios mío! Gritaba el caballero
    - No hay cuidado, papá, nada nos ha sucedió _ gritó una voz ligeramente alterada por el susto.
    - ¡Clemencia, hija mía! ¿Y tu mamá, y tus amigas?
    Ya comprenderán ustedes que las familias que iban eran las de Clemencia e Isabel.
    Por fortuna no les había pasado nada, solo un pequeño desmayo de Isabel, el carruaje tenia hecha pedazos completamente una de las ruedas. Isabel volvió en si en los brazos de Mariana. Era imposible seguir el camino, y Zacoalco estaba todavía a cuatro leguas.
    Tenia la opción de hacer la caminata en los caballos de los mozos, mientras estos seguían a pie, peor las señoras fueron incapaces de montar a caballo y además con los golpes que había recibido, le hacían sufrir bastante.
    - Clemencia, decía el caballero con vivas muestras de pesar, nos abríamos quedado en Santa Ana.
    - Es muy cierto, papá- respondió la joven - pero la consideracion de que los franceses podían seguirnos.
    - Deberás que admiro tu patriotismo, hija mía: no te juzgaba capaz de tamaña exaltación.
    - Señor- dijo uno de los mozos- si quiere su merced echaré a corre a Zacoalco, y puede ser que encuentre otro coche o un carpintero y aquí de vuelta poco antes de amanecer, y podremos continuar.
    - Bien, vete- dijo el caballero mira que tu eras nuestra esperanza.
    Mientras las mujeres se recostaban los señores permanecían en vela.

    Paginas 105 a 110
    XXVI
    Bien por mal

    A dos leguas de este pueblo el mozo escucho el ruido sordo de una tropa de caballería que se acercaba. No había duda, era una tropa la que venía. Una patrulla, que venia a la vanguardia de la tropa, había hecho alto cerca de él.
    -¡Libertad! –respondió resueltamente el mozo.
    - ¿Qué gente?
    - ¡paisano!
    -¡Alto ahí! – le gritó un sargento, y avanzó a su encuentro.
    -¿Correo? – le pregunto.
    - No, señor; soy el mozo de una familia que se ha quedado atrás porque el coche en que venían se rompió, y voy a Zacoalco a ver si consigo otro.
    - Llévele este hombre al jefe- dijo el sargento- y para que lo reconozca y le pregunte.
    El soldado obedeció y se llevó al mozo hasta al jefe.
    - Mi comandante- dijo el soldado- el sargento me manda que presente a usted este hombre que acabamos de encontrar.
    - ¿Quién es usted, amigo? – pregunto el comandante.
    - Señor- respondió el criado- soy un postillón, y me adelanto a Zacoalco para buscar un carruaje o un carpintero, porque en el coche que venia mi amo el señor R… de guadañara se ha hecho pedazos a cuatro leguas, y allí esta toda la familia en el camino.
    - ¿el señor R...? – pregunto con interés
    - Si, señor, el mismo con su señora, su niña y otras dos señoras que le acompaña y otros criados, salimos hoy temprano de Guadalajara, porque los franceses debían llegar en la mañana y mi amo no quiso aguardarlos.
    - De modo que los franceses están hoy en Guadalajara.
    - De seguro, mi jefe: en santa ana, donde nos detuvimos en rato, supimos por cierto por un mozo de la hacienda. Mi amo quería quedarse en santa ana, peor la niña no quiso y tuvo el capricho de llegar hoy a Zacoalco.
    -¡Ah, no ha podido resistir la ausencia de Enrique! – dijo el comandante en voz muy baja.
    El comandante era Fernando Valle que regresaba con su escuadrón de orden del cuartel general.
    - Venga usted, dijo Valle al mozo- y sígame a todo galope. Y se alejaron después rápidamente los dos jinetes a Zacoalco.
    Media hora después penetraban en el pueblo.
    -Aguárdeme usted aquí- dijo Valle al mozo, y se dirigió, a una casa.
    - Capitán, capitán, ábrame usted, soy yo, Valle. La persona salio y dijo:
    -Fernando ¿Qué se ofrece? ¿Qué hay? ¿Pues que no había usted marchado a las diez?
    - Es verdad; pero he tenido necesidad de volver, y sobre ello, mi viejo capitán le pido me guarde el secreto. Marchaba con mi columna para la hacienda de santa ana, cuando a dos leguas de aquí m encontré al mozo de una familia de Guadalajara que quiero mucho, y su carruaje se destrozo. Me acorde que usted había traído un coche, se suplico me lo facilite para auxiliar a ese familia.
    - Eso esta difícil sabes que no puedo caminar y yo también lo ocupo, la única manera seria que me lo regresaran, solo puedo prestar el carruaje hasta Sayula y no puedo negarme a alguien a quien le debo tantos favores, vaya usted con Dios, muchacho llévese el carruaje.
    - Amigo mío- dijo Valle al del carruaje- va usted a traer una familia que esta a cuatro leguas de aquí.
    El carruaje partió a escape. Pero al llegar a la salida del pueblo, Valle comenzó a sentir que su pobre caballo no podía más y que estaba próximo a caerse, y en efecto cayó muerto.
    El carruaje se detuvo, y un muchacho del carruaje le pidió que le vendiera un caballo y este acepto.
    Una hora después llegaron a donde estaba la columna; allí Valle despidió al postillón.

    Paginas 110 a 112
    XXVII
    Alter Tulit honores.

    - No la veré, no podré verla- murmuro al cabo de un instante- y mas vale. Que crea que es Enrique, y será mejor.
    El guía fue a guiar al sargento. Dejémosla seguir para Santa Anita y volvamos al lugar donde quedó la familia.
    Comenzaba a rayar la aurora cuando el padre de Clemencia creyó escuchar el ruido de un carruaje. Las señoras se levantaron, contentas. El carruaje llegó y se detuvo. El postillón se apeó.
    El mozo le empezó a contar al padre de Clemencia como era que había conseguido el coche, y dijo: el que la manda es un joven, según pude ver, este carruaje que dice es de un amigo suyo, que le suplica a su merced que le lleve nomás hasta Soluya para que de allí se vuelva a conducir a ese amigo suyo.
    Clemencia, con su viveza de costumbre, dijo conmovida:
    - Papá… ese oficial es Flores... estoy segura. ¿Quién mas que él es capaz de ese rasgo de galantería?
    Isabel frunció las cejas al oír esto.
    -Pero ¿no oyó usted su se llama Flores?
    - me parece que si, señor
    -¡Oh noble corazón- dijo la madre de Clemencia
    - Y ¿vamos a encontrarle? Pregunto Clemencia al postillón
    -Seguramente, porque viene para acá.
    La familia se colocó en los asientos y el coche empezó a andar.
    -Allá va una tropa de caballería- grito el mozo, empezaba a amanecer.
    Las señoras se asomaron a la portezuela.
    - ¡Ingrato!- dijo Clemencia- ¿Y porque no ha querido verme?
    Hasta que la columna se perdió a lo lejos entre las sombras.

    Paginas 113 a 117
    XXVIII
    Prisión y regalos

    Entre tanto, el coronel del cuerpo de caballería a que pertenecían Fores y Valle había sido ascendido a general y recibido el mando de una brigada. Enrique, había recibido su despacho de teniente coronel desde antes de salir de Guadalajara, y quedo con el mando de su cuerpo.
    Flores había pedido al general que su cuerpo fuese uno de os avanzados. Enrique con tal objeto marchó llevando el resto del cuerpo, pues ya sabemos que uno de los escuadrones había avanzado hasta Santa Ana con Fernando Valle a su cabeza. Este joven ignoraba hasta le día seis las novedades ocurridas en su cuerpo; pero las supo el día ocho algunas horas antes deque llegara a la hacienda de Santa Ana el teniente Flores con el otro escuadrón. Fernando, al tener conocimiento de que su mortal enemigo venia a se ahora su jefe, tuvo un momento de desesperación. Enrique llegó Fernando con la mayor amargura se vio obligado a presentarse a su jefe y a ponerse a sus órdenes, dándole parte de las novedades ocurridas.
    Una vez allí, Enrique que tenia cerca de Valle, oficiales que espiaban todos lo movimientos de éste y que le dieron cuenta de ello, supo que Valle había encontrado en la noche anterior del cinco, a dos leguas de Zacoalco, a un correo de Guadalajara.
    Fernando estorbaba para los planes de Enrique. El extraordinario que llevaba a Zapotlán la comunicaron de Flores, partió, y dos días después llegaba a santa Anita la orden del cuartel general para prender al comandante Valle y remitirle con una buena escolta a Zapotlán. El
    Oficial encargado de Flores llego a la hacienda de santa ana y no encontró a Valle, pero supo que el joven comandante había salido al oscurecer el día anterior de la hacienda, con dirección Guadalajara.
    Adelantándose el oficial al encuentro de Valle y le dijo:
    - lo buscaba me sorprendí de no encontrarlo.
    - ¡Oh! capitán!- respondió con sombrío Valle, avance un poco esta noche ¿Qué se ofrece?
    - este pliego de parte del coronel- dijo alargándole una comunicaron cerrada.
    Fernando abrió el pliego, y apenas comenzaba su lectura se puso pálido.
    Valle salio en dirección a Zapotlán, conducido por una escolta de veinte hombres al mando de un teniente.
    Había ando seis leguas cuando encontraron a dos criados conduciendo dos magníficos caballos uno de los mozos se detuvo y preguntó al teniente:
    -Señor oficial ¿Me hace usted favor de decirme si esta en la hacienda de Santa Ana el señor coronel Flores?
    -¿Son para el esos caballos?
    -si, señor, replico el moso., Se los llevo de regalo de parte del señor R: lo mismo que esa petaquita.
    -¿Dónde esta el señor R…?- pregunto Fernando.
    - el me despacho de Zapotlán, pero siguió su camino hasta Colima con su familia el grupo de los mozos del señor R: llego a la 1 a santa Anita, donde estaba el teniente coronel Flores.
    Este recibió la carta que le mandaba le padre de clemencia, y manifestó la mas grande sorpresa al concluir su lectura. La carta decía: querido amigo mío: estoy hartamente reconocido a la generosidad de usted, me decidí a escribirle enviándole además las diez onzas que mi criado recibió indebidamente, dos de mis mejores caballos y una mula que llevaba para usted un botiquín.
    Enrique comprendió desde luego toda la historia del correo misterios que hizo volver a Fernando a Zacoalco. Pero contentose por lo pronto corresponder al señor R… , abrió la petaca en la cual encontró el botiquín y el lindo escritorio al abrir el primero de estos muebles Enrique encontró un billete, era de Clemencia, e el había puesto la siguiente palabra: Enrique mío: ¿Por qué no has quería hablarnos en el camino? He salido de Guadalajara, a pesar de tus instancias para que me quedase, yo pienso en ti y te amo más que nunca.
    Desde luego no dudaba que Fernando fuese el autor de aquella acción.- sin embargo- dijo para si- la fortuna es mi madre, y la desgracia sigue a ese muchacho como una sombra.

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  15. 4ta y ultiam aportacion
    Cecilia

    Paginas 118 a 125
    XXIX
    El traidor

    Fernando llego a Zapotlán de noche, y el primero que le vio fue su antiguo coronel.
    Pronto llegó Valle al cuartel general y fue anunciado al jefe del ejército del centro, que despachaba en su oficina con su secretario.
    Valle le comento al coronel que desconocía porque lo mandaban con él.
    -¿Desconoce usted, he? ¿No le causa a usted su conciencia de nada?
    - De nada, mi general.
    - Usted esta traicionando, comandante, usted es un mal mexicano. La noche en que usted salio de Zacoalco con su columna, se encontró con un correo que venia de Guadalajara, hablo con usted, y enconches abandono su tropa y fue con él a Zacoalco a leer sus pliegos y a contestarlos, después de lo cual se volvió usted de nuevo en su compañía.
    Y el comandante sigo contando lo sucedido esa noche según sus informes.
    ¿Sabe usted que yo deseo dar un ejemplar terrible en el ejército, que quiete las ganas a los cobardes o a los traidores de deshonrar nuestras banderas?
    - mi general, en el informe que han dado a usted de lo que hice en la noche del cinco, han agregado un hecho enteramente falso. Y desnaturalizado de los otros. No había tal fuerza enemiga en la hacienda de santa ana, además, el hombre que yo encontré no era correo, sino un mozo del señor R… de, Guadalajara, y tome un camino de través para no encontrar a la familia… he ahí mi conducta explicada; en cuanto a la falta que cometí abandonando mi escuadrón por dos horas, es cierta, y merezco castigo. El general parecía reflexionar,
    - de modo – volvió a preguntar- que ese carruaje que se facilito al señor R…¿fue usted quien lo consiguió y no el teniente coronel Flores?
    - Yo, señor, y no él.
    - Y ¿Quién ha dicho a usted que sea su jefe quien me informa?
    - lo adivino, señor; él me odia…
    -¿pero como no vio a usted el señor R…?
    -por que seguramente ignora que yo fui quien le envío el coche.
    - pues es verdad, y el informe coincide perfectamente, y sólo omite lo del carruaje.
    - ¿que día salió Flores de Soyula para Santa Ana?
    -Salió el cinco en la tarde, señor, y no marchó directamente; y el ocho llegó a Santa Ana.
    -¿Qué día salió usted para Santa Ana? – pregunto el general a Fernando.
    - el cinco en la mañana, señor, llegué a Zacoalco, y continúe mi marcha a las siete de la noche para la hacienda.
    - Bien – dijo el general- mañana pondremos completamente en claro la conducta de usted. Y de todos modos, usted será castigado por andar consiguiendo coches para las familias, vaya usted a su presión.
    El coronel leyó con suma atención el pliego, y pasó en seguida a su secretario, volviendo a leerlos con él.
    De modo que estábamos vendidos enteramente.
    - los estamos aún, señor- replico el secretario- mientras ese hombre está allí.
    - se presento un ayudante en el acto, el cual recibió ordenes en voz baja y salió apresuradamente.
    - Comandante- dijo luego dirigiéndose a Valle. Ha hecho usted un servicio a la causa de la Republica con esto., esta usted libre; llame a sus soldados y tráigame al sargento.
    Un instante después Fernando apareció con los tres.
    - acércate, sargento. ¿Porque vienes preso?
    - mi general a qui mi comandante dirá a usted; que me encontró en el camino a Guadalajara.
    -¿Quién te mandaba? ¿a que ibas?
    - señor, mi teniente coronel Flores me ha enviado dos veces a Guadalajara a llevar comunicaciones al general M...
    - ¿Es éste el pliego que llevabas!
    - Sí, mi general, ese es,
    - Bien ¿tú conoces al general M...?
    - si señor, he servido con le en tiempo de los mochos. Yo le suplicaba que no me mandara a donde estaban los franceses; pero él me dijo que eran asuntos del gobierno nuestro, y me dio dinero y me prometió hacerme oficial dentro de pocos días.
    - bien vete.
    El cuartel maestre entro.
    - vea usted lo que3 pasa- dijo el general alargando el pliego de Flores al cuartel maestre.
    - ¡Infame! – murmuró éste.
    - ¿Están listos los cuerpos?
    - Si, señor.
    -Pues en marcha ahora mismo. Que estén mañana en Soyula y pasando mañana en Santa Ana. Es preciso que este bribón no conozca que sabemos su traición.
    Entre tanto, allá en la hacienda de Santa Anita El teniente coronel enrique Flores, que había recibido una nueva comunicación de Guadalajara, no sabía cómo explicarle que su sargento no hubiese vuelto aún.

    Paginas 125 a 129
    XXX
    Proceso y Sentencia

    El día 19 de diciembre, al anochecer, un cuerpo de caballería llegaba a la cuida de colima, custodiando a tres o cuatro oficiales prisioneros, el jefe del cuartel paso a casa del gobernador y comandante militar. Al día siguiente se supo que uno de los presos era el coronel Enrique Flores
    El general en jefe había querido que este delincuente fuera procesado en colima y no en Zapotlán. Colima, como la cuidad más importante de las que poseía aún el ejercito republicano. Estaba llena de emigrantes de Guadalajara.
    Ele general estaba impaciente por descubrir todos los secretos de mala conspiración que sospechaba. El reo negó obstinadamente haber mantenido relaciones con el enemigo, atribuyéndola odio del comandante Valle todo cuanto se probaba en su contra.
    No reconoció tampoco los papeles que se le encontraron en sus maletas.
    El fiscal pidió a la comandancia la reunión del consejo. Flores se defendió cuanto pudo.
    A si es que a las diez de la noche el consejo le condeno a ser fusilado.
    Y se ordeno la ejecución para la mañana siguiente. Pero con todo, Fernando, generoso por organización, deploraba aquella circunstancia, pensaba en el pesar profundo que la muerte del gallardo joven iba a causar en la alma de la mujer que el amaba.
    Enrique era adorado de sus soldado y tenia muchos amigos tanto en Guadalajara como en su antiguo cuerpo en el que había custodiado.
    Valle recibió el mando del escuadrón y la orden de custodiar al reo en la capilla.
    Al enterase clemencia de esta situación de Flores, hizo que su padre la ayudara a ir Zapotlán, para poder al menos impedir la muerte.

    Paginas 129 a 134
    XXXI
    En capilla

    Clemencia estaba loca de dolor. Ignoraba la causa, pero no tardó en saberla, y se resistió a creer obstinadamente en la verdead de semejante acusación. Enrique no podía ser traidor, no podía degradar su noble carácter republicano, no podía perder su heroica posición para aceptar el yuyo francés.
    Cuando supo, que la causa de la prisión de Enrique había sido una acusación de Valle. Entonces Clemencia comprendió todo. Su amor era las causas de la desgracia de Flores. Con este pensamiento fijo, Fernando se la aparecía, en todo lo espantoso de su carácter miserable y vil. A los desaires que se le hacían.
    Clemencia, por juego de coqueta que le había parecido insignificante respecto de Fernando, había demostrado demasiado cariño, lo cual había hecho que le pobre diablo se enamorase de ella. Después cuando Enrique comprendió que ella indicaba para el cayo en brazos lleno de amor.
    Todo esto pensó Clemencia, y su cólera a contra Fernando no conoció limites., y deseaba su presencia para manifestarle el mas hondo de sus desprecios. Isabel comenzó, como era natural, por tener unos celos que la mataban. De modo que enrique contaba con la protección de los dos ángles. Solo que Isabel se contentaba con llora y rezar, y Clemencia trabajaba con energía. Cuando Clemencia supo que el fallo del Consejo de guerra se había fundado en pruebas muy patentes de la traición de Enrique, desfalleció.
    Clemencia; reflexionaba sobre ella, recibió una carta de enrique, en ella le protestaba su inocencia, aseguraba que Fernando, deseaba vengarse de él, y por ultimo rogaba al señor R.. Que se le salvase a toda costa. Ofrecía su fortuna y la de su familia a cambio de su vida.
    Todo colima con sus esfuerzos y su aflicción.
    La señora, Isabel y Clemencia se dirigieron a la prisión de Enrique, Valle otorgo el permisote buena voluntad. Clemencia penetro a la prisión cos us compañeras y se presipito en los brazos de su desgraciado amante.
    -Clemencia- dijo Enrique- no olvides mi suplica, quiero veneno no quiero salir a la expectación pública, por nuestro amor no lo olvides.
    - Te lo prometo, volveré esta noche; pero no pierdas la esperanza, mi padre obtendrá tu indulto…y las señoras salieron.
    Clemencia pidió hablar con Valle, este salio de su aposento y vino a encontrar a la hermosa joven. Y realmente insulto a valle le dijo que no pensaba llega a despreciarlo como ahora lo hace, le dijo que había venido a jurar a los pies de Flores que lo amaba como nunca había amado a nadie, realmente esta muy extraviada, tanto que Isabel y la señora se asustaron y la tomaron del brazo y se la llevaron, por ultimo Isabel le dijo a Valle que ella también lo repugnaba pues igualmente amaba a Flores.

    Paginas 135 a 138
    XXXVII
    Antes de la ejecución

    A las onces de la noche colima estaba en profundo silencio. Enrique velaba en su capilla, abatido y lleno de terror. Aquel joven y brillante calavera había sido soldado más bien por vanidad que por organización.
    El no había tenido más que ambición. Enrique estaba desfallecido. Además un hombre que a hecho numerosas victimas y que ha vivido sino para gozar, no ve acercarse el fin de sus días sin estremecerse y sin abatirse.

    Acababa de oír los pasos de alguno que se acercaba. Era Fernando Valle. Enrique se levantó, azorado.
    - ¿Qué deseo usted aquí, Fernando? Pregunto
    - Vengo a salvar a usted.
    Escúcheme. Si usted no hubiese traicionado, es seguro que yo no habría tenido motivo para acusarle.
    Enrique sintió un sudor glacial.
    Tengo remordimientos por esto, y la muerte de usted emponzoñaría con su recuerdo mi vida entera. Quiero ahorme esta pena y, además, hay una mujer que moriría si lo fusilases a usted. Quiero que viva. Usted se pondrá mi ropa y yo la suya y se pondrá el capuchón, y se dirigirá con Clemencia.
    Enrique se sorprendió mucho le dijo que tenia un gran corazón y se dijeron mutuamente, adiós.
    Fernando respiro como si algún enorme peso acabase de quitársele del corazón, y dos gruesas lágrimas rodaron por sus mejillas, y murmuro:
    - ¡No creía yo que había de morir así!

    Pagina 139 a 142
    XXXIII
    Desengaño

    Clemencia e Isabel no dormían esa noche.
    Su pobre madre, con los ojos inflamados de llorar, rezaba a ratos.
    Acababan de dar las 12 de la noche, y clemencia rompía un pañuelo de bastida entre sus manos con impaciencia débil, cuando llamaron fuertemente a la puerta de la casa.
    El criado velaba y fue a preguntar quien era.
    -abre, abre pronto- dijo afuera una voz.
    -El criado corrió los cerrojos y abrió.
    -Era Enrique.
    -Isabel cayo desvanecida las señoras temblaban, los ojos fijos en su amante, quedose pasmada y no pudo hablar.
    -Soy Clemencia ¿estamos solos?
    -no hay porque espantarse, amor mío, seré breve; es preciso que yo huya ahora mismo.
    -he aquí lo que ha pasado. ¡Fernando ha sido mi salvador!
    -si Fernando, que tiene una grande alma, una alma inmensa.
    -Clemencia sintió que le faltaban las fuerzas, refiriendo palabra por palabra lo que había dicho Fernando, me dirigía a Guadalajara.
    -si a Guadalajara yo no estaré seguro si no allí
    -Pero allí están los franceses
    -Precisamente, por eso. Este no es momento de ocultar la verdad ya. Sepan ustedes que, en efecto, los pliegos que copio Valle eran míos. Yo estaban en comunicaciones con aquella plaza.
    -¿luego, usted traicionaba?- preguntó Clemencia interrumpiéndole con violencia.
    -Señora ¿tendrá usted la bondad de darme un traje y de arreglar lo de los caballos?
    -si señor, todo.
    Enrique abrazo de prisa a las señoras y a Isabel
    -Valla usted con Dos, señor Flores-le dijo-vaya usted con Dios, y que el le salve.
    -quisiera morirme esta noche.
    No me vara usted nunca señor
    -señor, huya usted-dijo la madre de clemencia empujando a Enrique.
    Este salió vacilando con un ebrio, monto a caballo siguiendo del criado. Clemencia no pudo más, y cayo desplomada en una silla.
    -Es que le desprecio con toda mi alma. Aquí no hay mas que un hombre de corazón, y es el que va a morir-respondió Clemencia, convulsa y próxima a desmayarse
    Y clemencia que hasta allí había contenido sus lágrimas, rompió a llorar. Clemencia bañada en llanto. Soy yo lo que va a matar a ese noble joven.

    Paginas 142 a 144
    XXXIV
    Sacrificio inútil

    Amanecía cuando oyó el golpe de un caballo en la calle, y a poco llamaron de nuevo. ERA un correo del padre de Clemencia.
    El señor R… decía a su hija:
    “he cedido la mitad de mi fortuna a favor del ejercito, pero Enrique ha sido indultado. ¡que trabajo costo! Adjunto la orden para el comandante; que se lleve luego. ¡Ojala que tiempo!.
    Como a las diez llego el carruaje del señor R…
    -¿llego a tiempo?- preguntó-¿se salvo?
    Clemencia se arrojo llorando en los brazos de su padre.
    El señor R... Un momento después supo todo lo acontecido.
    Aquella fue una escena lo que paso en su alma.
    -pero en fin. Exclamo el señor R…con resolución-señor ha sacrifica por ese villano la mitad de mi fortuna, aun me queda la otra para ofrecerla por este muchacho tan valiente, tan patriota y tan noble. Solo que ¿Cómo hacerlo? Me es imposible, volver a Zapotlán.

    Pagina 144
    XXXV
    El salvador

    El general en jefe contesto luego dando orden de que al día siguiente en la mañana ejecutaran al comandante Valle, sin mas formulas.
    “Este cuartel general revela al señor R….de todas sus ofertas y compromisos con el erario, pues queda satisfecho con castigar al criminal que dejo escapar al ex teniente coronel don Enrique.

    Paginas 145 a 150
    XXXVI
    La fatalidad

    Eran las diez de la noche y Valle me hizo llamar.
    Apenas me vio cuando vino a abrazarme.
    -Doctor-me dijo- perdóname usted la molestia de un moribundo; tengo que pedir a usted otro favor, y me parece que será el último.
    -Yo no puede responderle
    -Hombre. Continuo- agradezco a usted Estoy fastidiado de sufrir, voy a contar usted algo de mi vida, he sido muy infeliz y he visto carnease siempre la tempestad de la desgracia sobre mi humilde cabaña “no hay misterios en mi vida, soy hijo e una familia rica de Veracruz. Desde muy pequeño vine a educarme aun colegio de México, pero a los tres años de estudiar me encontré un amigo era un muchacho pobre, pero de un talento luminoso y de un corazón de león, era un sabio.
    Pues bien, este amigo me inspiro las ideas liberales mi padre se espanto de este giro y me prohibió su amistad yo me negué, primer motivo de disgusto par ami familia.
    Des pues me retarde en ir a Veracruz a las vacaciones, era que la madre de mi amigo se moría, yo vendí lo que tenia y el ayude a asistirla., había sido para mi una madre, me adoraba me quede hasta que murió, llegue a mi casa y mi padre me trato con severidad.
    Así, de armero yo procuraba ganar la ternura paternal, una vez le regale una espada y apenas vio mi regalo y lo arrojó con desden en un rincón, yo derrame lagrimas en silencio.
    Después de escribir una carta muy respetuosa a mi padre, en que le pedía perdón por seguir otros principios que los suyos me aliste como soldado raso y desde entonces pertenezco al ejercito.
    Intente una vez ver a mi a padre y ami madre, peros exhibí la orden de no presentarme jamás en casa. Mi buen amigo había muerto también de tifo.
    He ahí mi historia de dolor, de miseria y de resignación.
    En cuanto al estado de mi corazón, confieso a usted que nunca he amado antes de llegar Guadalajara, en Guadalajara tuve mi primer pasión, esa joven tan hermosa y buena, que ha estado loca de dolor por Flores, fue la que yo ame.
    He escrito esta carta par ami padre, tenga usted la bondad de enviársela par que sepa que su pobre hijo ha dejado de existir hoy me han traído un libro para leer eran los cuentos de hoffmann. Ahora adiós doctor.
    Ahora deseo recogerme un instante, tengo que rogar a Dios que me perdone mis faltas la muerte esta cerca.

    Paginas.150 a 153
    XXXVII
    Bajo las palabras

    Al día siguiente una columna de 200 caballos escoltaba un carruaje que se dirigía hasta colima el cielo estaba azul y limpio, y apenas algunas nubecillas como vellones transparentes se alejaban para perderse del lado del mar el carruaje se detuvo afuera del cuadro, abriose la puertezuela y Fernando bajo tranquilo, avanzo sobre una hilera de soldados. Otro carruaje llegaba era el de Clemencia su madre Isabel y el señor R...
    Clemencia había procurado inútilmente penetrar en la prisión de Fernanda para pedirle perdón de rodillas y quizá le amaba ya tanto, la pobre joven había casi desfallecida gritaba llorando que la dejaran pasar, que querría hablarle por ultima vez, que querría verla en vano.,la muchedumbre talvez con compasión le cerraba el paso-Por piedad- grito clemencia-por el amor de Dios necesito verlo la muchedumbre asombrada abrió el paso pero aun quedaba que atravesar la fila de soldados estaba frente a frente de fernando pero a lo lejos, el joven esperaba la muerte, Clemencia quiso gritar para atraer siquiera sobre ella la ultima mirada de Fernando pero no pudo, su garganta estaba seca, era el momento terrible…se oyó una descarga, se levantó una liguera humareda que fue a perderse en los anchos abanicos de las palmas, y todo concluyo. Fernando había caído muerto con el cráneo hecho pedazos y atravesando el corazón.
    -levanten a esta señora que se ha desmayado mujeres-grito el soldado a cuya espalda había estado clemencia la gente se disperso, solo el carruaje de clemencia permanecía ahí, uso soldados quedaron junto al cadáver par recogerlo. Clemencia bajo de su carruaje pero su padre la detuvo, donde la recibieron desmayada su madre y amiga.
    El señor R: llego junto al cadáver y corto un mechón de cadáver de Fernando. Clermencia volvió de su nuevo desmayo en su casa, ya más recupera y tranquila. Su padre alargo sus cabellos que había cortado-¡Ah!-dijo clemencia tomando con delirio y besándolos- A ti era a quien debería haber amado-dijo-y cayó sobre sus almohadas desecha en llanto.
    La familia del señor R…. recogió el cadáver de valle, y le dio sepultura con la adoración que se debe a un mártir.


    a.. y una disculpa, eran 153 paginas las otras eran "el autor y hablaban de el libro"
    gracias

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  16. Alumna: Karen Paulina Gutiérrez Sánchez.
    Titulo de la obra: Navidad en las montañas.
    Autor: Ignacio Manuel Altamirano.

    1º PARTE

    El sol ya se ocultaba; las nieblas ascendían del profundo seno de los valles; detenían se un momento entre los oscuros bosques y las negras gargantas de la cordillera como un rebaño gigantesco; después avanzaban con rapidez hacia las cumbres; se desprendían majestuosas de las agudas copas de los abetos e iban por ultimo durante millares de siglos, los tempestades del cielo y las agitaciones de la tierra.

    2º PARTE

    La noche se acercaba tranquila y hermosa; era el 24 de diciembre; es decir que pronto la noche de navidad cubriría nuestro hemisferio con su sombra sagrada y animaría a los pueblos cristianos con sus alegrías íntimas. ¿Quien que ha nacido cristiano y que ha ido de renovar de cada año, en su infancia, la poética leyenda del nacimiento d Jesús, no siente en semejante noche avivarse los tiernos recuerdos de los primeros días de la vida?
    Después me parecía llega, penetrar por entre el gentío que se precipitaba en la humilde nave, avanzar hasta el pie del presbítero, y allí arrodillarme, admirando la hermosura de las imágenes, el portal resplandeciente con la escache, el semblante risueño de los pastores, el lujo deslumbrador de los Reyes Magos y la iluminación esplendida del altar. Aspiraba con delicia el fresco y sabroso aroma de las ramas de pino, y del heno que se enredaba en ellas, que cubría el barandal del presbiterio y que ocultaba el pie de los blandones. Veía después aparecer al sacerdote revestido con su alba bordada, con su casulla de brocado y seguido de los acólitos, vestidos de rijo con sobrepellices blanquísimas.

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  17. 3º PARTE

    Eran las posadas con sus inocentes placeres y con su devoción mundana y bulliciosa; era la cena de navidad con sus manjares tradicionales y con sus sabrosas golosinas; era México, en fin, con su gente cantadora y entusiasmada, que hormiguea esa noche en las calles corriendo gallo; con su Plaza de armas llana de puestos de dulces; con sus portales resplandecientes; con sus dulcerías francesas, que muestran en los aparadores iluminados con un gas, un mundo de juguetes y de confituras preciosas; eran los suntuosos palacios derramando por sus ventanas torrentes de luz y de armonía. Era una fiesta que aun me causaba vértigo.

    4º PARTE

    Un sentimiento de tristeza se apodero de mí. Ay, había repasado en mi mente aquellos hermosos cuadros de de la infancia y de la juventud; pero ésta se alejaba de mí a pasos rápidos, y el tiempo que pasó al darme su poético adiós hacía más amarga mi situación actual.
    ¿En dónde estaba yo? ¿Qué era entonces? ¿A dónde iba? Y un suspiro de angustia respondía a cada una de estas preguntas que me hacía, soltando las riendas a mi caballo, que continuaba su camino lentamente.
    Ese día cruzaba un sendero estrecho y escabroso, flaqueado por enormes abismos y bosque colosales, cuya sombra interceptaba ya la débil luz crepuscular. Se me había dicho que terminaría mi jornada en un pueblecillo de montañeses hospitalarios y pobres que Vivian del producto de la agricultura.
    Ya me figuraba hallarme cerca del lugar tan deseado, después de un día de marche fatigosa; el sendero iba haciéndose mas practicable, parecía descender suavemente al fondo de una de las gargantas de la sierra, que presentaba el aspecto de un valle risueño, a juzgar por los sitios que comenzaba a distinguir.
    Mi criado, entonces se había adelantado a alguna distancia para explorar el terreno y, sobre todo, para abandonarme con toda libertad a mis tristes reflexiones.
    Repentinamente lo vi volver a galope.
    -¿Qué hay, González?- le pregunté.
    -Nada, mi capitán, sino que habiendo visto a unas personas que iban a caballo delante de nosotros y me encontré con que eran el cura del pueblo a donde vamos y su mozo. Cuando les dije que mi capitán venía a retaguardia el cura me mando a ofrecerle de su parte alojamiento, y allí hizo alto para esperarnos.
    -¿Y le diste las gracias?
    - Es claro, mi capitán, y aun le dije que bien necesitábamos de todos sus auxilios, por que venimos cansados.
    - Y ¿qué tal? ¿Parece buen sujeto el cura?
    - Es español, mi capitán, y creo que es todo un hombre.
    - ¡Español! – Me dije yo- eso sí me alarma; yo no he conocido clérigos españoles más que jesuitas o carlistas, y todos malos. Vamos, González, a reunirnos al cura.
    Adelantándose el cura me saludo cortésmente.
    -Señor Capitán- me dijo- en todo tiempo tengo el mayor placer en ofrecer mi humilde hospitalidad a los peregrinos que una rara casualidad suele traer a estas montañas.
    Di las gracias al buen sacerdote por su afectuosidad y acepte desde luego oferta tan lisonjera.
    -Tengo una casa cural muy modesta -añadió-. Mis feligreses viven con el producto de un trabajo ímprobo y no siempre fecundo. Son labradores y ganaderos, y a veces su cosecha y sus ganados apenas les sirven para sustentarse. Así es que mantener a su pastor es una carga demasiado pasada para ellos: y aunque yo procuro aligerarla no alcanzan a darme todo lo que quisieran. Sin embargo señor capitán no será tanta que no pueda yo ofrecer a usted una buena lumbre, una blanda cama y una cena muy apetitosa.
    -Yo soy soldado, señor cura, y encontraré demasiado bueno cuanto usted me ofrezca, acostumbrado como estoy a la intemperie y a las privaciones.
    Cuando nuestra conversación se había hecho más confidencial, díjele que tendría gusto en saber, si no había inconveniente en decírmelo, como había venido a México.

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  18. 5º PARTE
    -Vine al país de usted- me dijo- muy joven y destinado al comercio, como muchos de mis compatriotas. Tenía yo un tío en México bastante acomodado, el cual me colocó en una tienda de ropas; pero notando algunos meses después de mi llegada que aquella ocupación me repugnaba sobre manera, y que me consagraba con más gusto a la lectura, sacrificando a esta inclinación aun las horas de reposo, preguntóme un día si no me sentía yo con más vocación para los estudios. Le respondí que, en efecto, la carrera de las letras me agradaba más; que desde pequeño soñaba yo con ser sacerdote, y que si no hubiese tenido la desgracia de quedar huérfano de padre y madre en España, habría, quizá, logrado los medios de alcanzar allá esa realización de mis deseos. Entré en un colegio, donde, a sus expensas, hice mis primeros estudios con algún provecho. Después, teniendo una alta idea de la vida monacal, que hasta allí sólo conocía por los elogios interesados que de ella se hacían y por la poética descripción que veía en los libros religiosos, que eran mis predilectos, me puse a pensar seriamente en la elección que iba a hacer de la Orden regular en que debía consagrarme a las letras apostólicas, sueño acariciado de mi juventud; y después de un detenido examen me decidí a entrar en la religión de los Carmelitas descalzos. Comuniqué mi proyecto a mi tío, quien lo aprobó y me ayudó a dar los pasos necesarios para arreglar mi aceptación en la citada Orden. A los pocos meses era yo fraile; En cuanto a mi, señor, vivo feliz cuanto puede serIo un hombre en medio de gentes que me aman como a un hermano; me creo muy recompensado de mis pobres trabajos con cariño, y tengo la conciencia de no serles gravoso, porque vivo de mi trabajo, no como cura, sino como cultivador y artesano; tengo poquísimas necesidades y Dios provee a ellas con lo que me producen mis afanes. Sin embargo, sería ingrato si no reconociese el favor que me hacen mis feligreses en auxiliar mi pobreza con donativos de semillas y de otros efectos que, sin embargo, procuro que ni sean frecuentes ni costosos, para no causarles con ellos un gravamen que justamente he querido evitar, suprimiendo las obvenciones parroquiales usadas generalmente.
    -¿De manera, señor cura -le pregunté- que usted no recibe dinero por bautizos, casamientos, misas y entierros?
    -No, señor; no recibo nada, como va usted a saberlo de boca de mis propios habitantes.
    -Venga esa mano, señor; usted no es un fraile, sino un apóstol de Jesús... Me ha ensanchado usted el corazón; me ha hecho usted llorar. No creía yo que existiera un sólo sacerdote así en México.
    El cura se bajó también de su pobre caballejo, y me abrazó llorando y sorprendido de mi arranque de sincera franqueza. No podía hablar por su emoción y apenas pudo murmurar, al estrecharme contra su corazón:
    -Pero, señor capitán... yo no merezco... yo creo que cumplo... Esto es muy natural; yo no soy nada... ¡qué he de ser yo! ¡Jesucristo! ¡Dios! ¡EI pueblo!

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  19. 6º PARTE
    Después de este abrazo volvimos a montar a caballo y continuamos nuestro camino en silencio. Porque la emoción nos embargaba la voz.
    Así es que haber encontrado en medio de aquellas montañas al hombre que realizaba el sueño de los poetas cristianos y al verdadero imitador de Jesús, me parecía una agradabilísima pero fugaz ilusión, hija de mi imaginación solitaria y entristecida por los recuerdos. Y, sin embargo, no era así; el sacerdote existía; me había hablado; caminaba junto a mí, y pronto iba a confirmar con mis propias observaciones la idea que acababa de darme su carácter asombroso, en pocas palabras dichas con una sencillez y una sinceridad tanto más incuestionables cuanto que ningún interés podía tener en aparecer de tal modo a los ojos de un viajero pobre, militar subalterno e insignificante. Cansado estaba yo, al contrario de encontrarme por ahí en los diversos pueblos que había recorrido con las tropas o solo, con párrocos alegres y vividores, de esos que se llaman a sí mismos campechanos, que habían creído halagarme, en mi calidad de soldado y de hombre de mundo, haciéndome participar de las dulzuras y placeres de una vida profana, alegre y libertina.

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  20. 7º PARTE
    De repente, y al desembocar de un pequeño cañón que formaban dos colinas, el pueblecillo se apareció a nuestra vista como una faja de rojas estrellas en medio de la oscuridad, y el viento de invierno pareció suavizarse para traernos en su vago aroma de los huertos, el humor de la gente y el simpático ladrido que siempre escucha el caminante durante la noche con intensa alegría.
    -Ahí tiene usted mi pueblo, señor capitán -me dijo el cura.
    -Me parece muy pintoresco -le contesté- a juzgar por la posición de las luces y por el aire balsámico que nos llega y que revela que allí hay pequeños jardines.
    -Sí, señor; los hay muy bonitos. Como el clima es muy frío y el terreno bastante ingrato, los habitantes se limitaban, antes de que yo llegara aquí, a cultivar algunos pobres árboles que no les servían más que para darles sombra; una cuantas y tristes flores nacían enfermizas en los cercados, y en vano se hubiera buscado en las casas la más común hortaliza para una ensalada o para un puchero.
    Yo les insinué algunas mejoras en el cultivo; hice traer semillas y plantas propias para el clima, y como los vecinos son laboriosísimos, ellos hicieron lo demás.
    De este modo, el trabajo lo ha cambiado todo en el pueblo; y sin la guerra, que ha hecho sentir hasta estos desiertos su devastadora influencia, ya mis pobres feligreses, menos escasos de recursos, habrían mejorado completamente de situación; sus cosechas les habrían producido más; sus ganados, notablemente superiores a los demás del rumbo, habrían tenido más valor en los mercados, y la recompensa habría hecho nacer el estímulo en toda la comarca, todavía demasiado pobre.
    Yo estoy contento, sin embargo, con este progreso, y la primera vez que comí un pan de trigo y maíz, como en mi tierra natal, lloré de placer, no sólo porque eso me traía a la memoria los tiernos recuerdos de la patria, sino porque comprendí que con este pan, más sano que la tortilla, la condición física de estos pueblos iba a mejorar también. ¿No opina usted lo mismo?
    -Seguramente; yo creo, como todo lo que tiene buen sentido, que la buena y sana alimentación es ya un elemento de progreso.
    -Pues bien -continuó el cura- yo, con objeto de establecer aquí esa importantísima mejora, he procurado que hubiese un pequeño molino, suficiente, por lo pronto, para las necesidades del pueblo.
    El molino se hizo, y mis feligreses comen hoy pan de trigo y de maíz. De esta manera he logrado abolir para siempre esa horrible tortura que se imponían las pobres mujeres moliendo el maíz en la piedra que se llama metate; aparte de la incomodidad que sufren cuando se hallan encinta o aun criando a sus niños.

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  21. CONTINUACION


    Al principio he encontrado resistencias, provenidas de la costumbre inveterada, y aun del amor propio de las mujeres, que no querían aparecer como perezosas, pues aquí, como en todos los pueblos pobres de México, y particularmente los indígenas, una de las grandes recomendaciones a una doncella que va a casarse, es la de que sepa moler, y ésta será tanto mayor, cuanto mayor sea la cantidad de maíz que la infeliz reduzca a tortillas.
    -Con mucho gusto, señor, a pesar de mi ignorancia suma. Mi buen sentido y mi experiencia por mis viajes son lo único que puede permitirme hacer a usted algunas indicaciones. ¿Y en cuanto a ganados?
    -Estos montañeses los poseían en pequeña cantidad, y en su mayor parte vacuno. Ahora se consagran con más empeño al ganado menor. Se han traído algunos merinos; se han propagado fácilmente, y ya existen rebaños bastante numerosos, que se aumentan cada día en razón de que no consumen para el alimento diario.
    -¿No gusta aquí esa carne?
    -Poco, diré a usted, francamente; soy yo quien no gusta de comer carne; y como mis pobres feligreses se han acostumbrado por simpatía a amoldarse a mis gustos, ellos también van quitándose la costumbre, sin que por eso les diga yo sobre ello una sola palabra. Por eso verá usted también en el pueblo, relativamente, pocas aves de corral. Pongo yo poco empeño en la propagación de esas desgraciadas víctimas del apetito humano.
    -Señor cura -le dije- estoy muy contento de oír a usted, y me parece admirable la rapidez con que usted ha cambiado la faz de estos pobres lugares.
    -La religión, señor capitán, la religión me ha servido de mucho para hacer todo esto. Sin mi carácter religioso quizá no habría yo sido escuchado ni comprendido. Verdad es que yo no he propuesto todas esas reformas en nombre de Dios y fingiéndome inspirado por él; mi dignidad se opone a esta superchería; pero evidentemente mi carácter de sacerdote y de cura daba una autoridad a mis palabras, que los montañeses no habrían encontrado en la boca de una persona de otra clase.
    -Señor cura -volví a decir, entusiasmado- ¡usted es un demócrata verdadero!
    El cura me miró sonriendo a la luz de la primera fogata que los alegres vecinos habían encendido a la entrada del pueblo y que atizaban a la sazón tres chicuelos.
    -Demócrata o discípulo del gran Maestro Jesús ¿no es acaso la misma cosa...? -me contesto.
    -Oh, tiene usted razón; tiene usted razón; pero no es así como se piensa allá en otras partes. ¡Dios mío! ¡Qué bendita Navidad esta que me ha hecho encontrar lo que me había parecido un sueño de mi juventud entusiasta!

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  22. 8º PARTE

    Al llegar a su casita, que estaba como es costumbre, junto a la pequeña iglesia parroquial, y en la que podía llamarse placita, el cura, enseñándome una bella casa grande, la más bella, quizá, del pueblo me dijo:
    -¡Ahí tiene usted nuestra escuela!
    Y como yo me mostrara un poco admirado de verla tan bonita y aseada, revelando luego que era el edificio predilecto de los vecinos, observé en éstos, al felicitarlos, un sentimiento de justísimo orgullo. El más viejo de los que estaban cerca, me dijo:
    -Señor: es él quien merece la enhorabuena; por él la tenemos, y por él saben leer nuestros hijos.
    -Yo fui a abrazar al cura en silencio y más conmovido que nunca.
    Entramos, por fin, en la casa del curato, que era pequeña y modesta; pero muy aseada y embellecida con un jardincillo, provista de una cuadra y de un corral. La gente se detuvo a la puerta. Dentro aguardaban al cura, el alcalde con algunos ancianos y algunas mujeres de edad. El cura se quitó el sombrero delante del alcalde, dando así un ejemplo del constante respeto que debe tenerse a la autoridad emanada del pueblo; saludó cariñosamente a las viejas vecinas, y entró conmigo y los hombres a su saloncito, que no era más grande que un cuarto común. Pero antes de entrar, una de las viejas, robusta y venerable vecina, que revelaba en su semblante bondadoso una grande pena, detuvo al cura y le preguntó en voz baja:
    -Hermano cura ¿lo ha visto usted por fin? ¿Está más aliviado? ¿Vendrá esta noche?
    -¡Ah! sí, Gertrudis -respondió el cura- se me olvidaba... Lo vi, hablé con él, está triste, muy triste; pero vendrá; me lo ha prometido.
    -Pues voy a avisárselo a Carmen para que se alegre -replicó la anciana-. ¡Si viera usted como ha llorado, hermano cura, temiendo que no viniera! ¡Pobre muchacha!
    -Que no tenga cuidado, Gertrudis; que no tenga cuidado.
    -Aquí hay algo de amor, amigo mío -me atreví a decir al cura.
    -Sí -me dijo este con aire tranquilo- ya lo sabrá usted esta noche; es una pequeña novela de aldea; un idilio inocente como una flor de la montaña; pero en que se mezcla el sufrimiento que esta atormentando dos corazones. Usted me ayudará a llevar a buen término el desenlace de esa historia esta misma noche.
    -¡Oh! con mucho gusto; nada podría halagar tanto mi corazón. También yo he amado y he sufrido -dije acordándome súbitamente de lo que había olvidado durante tantas horas merced a los recuerdos de Navidad y a la conversación del cura-. ¡Yo también llevo en el alma un mundo de recuerdos y de penas! ¡Yo también he amado! -repetí.
    -Es natural... -dijo también suspirando el cura, e inclinado con melancolía su frente pensadora, surcada por arrugas precoces.
    Aquello me puso silencioso, y así tomé asiento frente a un buen fuego que ardía en la humilde chimenea del saloncito.

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  23. Enlace de Navidad en las Montañas de Karen Paulina.

    http://www.bored.com/ebooks/World_Literature/mexican/navidad%2520en%2520las%2520montanas%2520with%2520accents.html

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  24. Enlace de clemencia de Cecilia Aguilera
    http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/literatura/clemencia/29.html

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  25. Enlace del Lazarillo de Tormes
    de Sonia Noreli Martínez Castellanos
    http://www.rinconcastellano.com/biblio/renacimiento/lazarillo_7.html

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  27. rioscortes_liz@live.com.mx

    ANALISIS LITERARIO

    Titulo: Pedro Páramo

    Autor: Juan Rulfo. Novelista de origen Mexicano. Sus obras mas importantes son: Pedro Páramo publicada en el año 1955 y el llano en llamas publicada en 1953.

    Genero: Dramático

    Tipo de expresión: prosa

    Trama o argumento: narran la vida de Pedro Páramo. Pero antes el hijo va a buscarlo porque su madre le dijo que cuando ella muriera fuera a buscarlo y le cobrara muy caro, no las cosas materiales sino el cariño y amor que nunca le dio. Después de este acontecimiento, pues va a buscarlo a un pueblo solitario llamado Comala. Y de hay se describen los demás personajes lo cual mencionan que todas las personas de Comala habían fallecido.

    Condiciones sociales: Era en el año 1955 donde mencionan que criaban animales, también era la época donde los hombres eran machistas y las mujeres no tenían derecho a nada. Hablan también de la religión católica que todos iban a misa, a confesarse etc.

    Personajes principales: Pedro Páramo, doña doloritas y el hijo. Físicamente son gente de pueblo, y muy pobres excepto Pedro Páramo. Psicológicamente son muy solidarios, valientes, honestos y responsables.

    Personajes secundarios: Miguel Páramo, doña Eduviges, Susana, padre Renteria, don fulgor y Abundio.

    Personajes incidentales : No recuerdo los nombres, pero el hijo de Pedro Páramo les pide ayuda y se queda a dormir un día en su casa.

    Personajes ambientales: Son los zapatistas y los villistas que mencionan en la novela.

    Proyección emotiva de la obra: Pues en una parte es de suspenso porque se supone que toda la gente esta muerta, tristeza cuando se muere Miguel Páramo, y doña doloritas, odio cuando decía que Miguel Páramo era traficante de mujeres.

    Ideas principales: Es dar a conocer como eran los tiempos de antes, como Vivian, como era su vida cotidiana y que no todo en la vida es el dinero.

    Estilo literario: habla de manera muy precisa y detallada cada uno de la vida de cada uno de los personajes de la novela.

    Beneficio Obtenido: Pues ya conozco mas palabras. Cada palabra que yo no entendía la buscaba en el diccionario y esto me facilito mucho la lectura. Y también que leer es muy bueno porque tu te imaginas cada imagen, cada personaje cada lugar y esto ayuda mucho a tu imaginación y creatividad.

    Opinión personal: a mi si me gusto y mas por el tiempo de que habla esta novela. También porque pasa con cada personaje lo que menos esperas y eso me gusto mucho. Y no único que no me gusto fue que cambia drásticamente de personajes, tú piensas que habla de Miguel por ejemplo y resulta ser Pedro. Pero de hay en mas estuvo muy padre y se los recomiendo.

    Nayeli Lizbeth Rios Cortés 2° E

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  28. Alumna: Alma Alicia Esparza Chessani.
    Titulo de la novela: Alicia a través del espejo.
    Autor: Lewis Carroll.
    Análisis de la novela "Alicia a trevés del espejo"

    Obra narrativa.
    Alicia caminaba largo rato; pero siempre quedaba en el mismo lugar donde había comenzado. Alicia pensó... -¿Qué debo hacer para llegar a aquella colina, tan verde que la refleja el sol?
    -Creo que... Entonces Alicia subió a un árbol y se bajó por el otro lado, y se encontró frente a un jardín lleno de flores diferentes de todos colores: amarillas, verdes, rosas, purpura, moradas, etc...
    Alicia se sentó sobre una roca y dijo: -¡Oh, trigridia como me gustaría que pudieras hablar!
    De pronto la trigridia como por arte de magia dijo:-Claro que puedo hablar todas aqui lo hacen...


    Trama o argumento.
    Alicia es una niña pequeña no mayor de diez años; ella es tan imaginativa que se le ocurre que puede cruzar un espejo y que al cruzarlo puede hablar con las figuras de ajedrez o que las flores estan vivas, hablan y hasta escuchan, que los insectos son enormes y pueden razonar, también que existen hermanos tan raros como Tweedledum y Tweedledee, que las ovejas atienden tiendas o también que los huevos son tan grandes como adultos y además pueden hablar, que los leones y los unicornios pelean por el reino del rey blanco o que Alicia se convierte en reina...
    Todo esto claro, era un sueño.

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  29. Condiciones sociales:

    Alicia a través del espejo se lleva a cabo en un ambiente de fantasía y ficción, aunque el año no esta bien aclarado se lleva alrededor de los 1871.
    Esta obra fue escrita por Lewis Carroll autor de procedencia britanica que se basó en la hija de la familia Liddel.


    Personajes principales:
    Alicia es el unico personaje principal de esta obra.
    Fisicamente: su color de piel es blanco, sus ojos son cafes, su cabello rubio y lacio, ella es pequeña pues no pasa de los diez años, su boca es grande y dibuja una bonita sonrisa.
    Psicológicamente: Ella tiene muchisima imaginación, además que es cortéz de buenos modales y nada penosa, es alegre y le gusta que los demás la traten bien, es audáz y piensa mucho en los demás.


    Personajes secundarios:
    Trigridia: Ayuda a Alicia a entender su mundo.
    Reina Roja: Le dió instrucciones a Alicia para seguir su camino.
    Mosquito: Ayudo a Alicia a conocer más cosas.
    Tweedledum y Tweedledee: Se toparon con Alicia y la entretuvierón un buen rato.
    Humpty Dumpty: Le dió a conocer cosas nuevas a Alicia.
    León y unicornio: Aparecen para ganarse el reino del Rey Blanco.
    Caballero Rojo y Blanco: Se pelean por Alicia y el Caballero Blanco le enseña su camino.

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  30. Personajes Incidentales:

    Mino: gatito de Alicia.
    Los demás reyes y reinas del ajedrez.
    Las demás flores del jardín.
    Los personajes del tren.
    El cervatillo.
    La oveja.
    Los mensajeros del Rey Blanco.
    La rana.


    Personajes Ambientales:

    Los demás gatitos.
    El inspector.
    Los insectos.
    El cuervo.
    Los soldados y sus caballos.
    El pueblo.


    Proyección emotiva de la obra:

    Esta obra es fantástica pues lleva al lector a un lugar que nunca hubiera imaginado, su proyección es alegría y varias veces incertidumbre pues no se sabe si Alicia llegara a su meta o se quedará allí.




    Ideas principales:

    El escritor de esta obra Lewis Carroll quería hacer entender al lector que más alla de lo real existe la fantasía.
    Su idea es dar a entender que los niños tienen mucha imaginación y que solo con soñar uno mismo puede crear otro mundo sin limites.

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  31. Estilo literario:

    Su estilo esta basadó en la mente de una pequeña niña, relata la historía de manera que ahora mismo estuviera pasando, su sello personal es la imaginación y la fantasía a la que somete al lector.



    Beneficio obtenido:

    El lector después de haber leido esta obra entiende que debe adentrarse de vez en cuando a un mundo de fantasía para comprender la mente de sus niños.


    Opinión personal:

    Mi opinión personal sobre esta obra es que es maravillosa y genial, los personajes están bien centrados, la idea principal del autor es comprensible, su estilo literario es muy bueno y deja buena enseñanza.
    Yo recomiendo " Alicia a través del espejo"



    Estructura Abierta:

    En la obra se dan a conocer los personajes pero no se sabe que pasara con ellos, los lazos entre cada uno tienen relación con Alicia mas no unos con otros.

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  32. Tipo de obra: De Personajes.

    Alicia es el personaje principal de esta obra, sus acciones conforme a la trama van descubriendo nuevos personajes.


    Puntos de Vista: Tercera persona.

    El autor, antes de escribir esta obra ya conocía a la verdadera Alicia Liddel y sabía de su imaginación así que no fue dificil para el escribir sobre los sueños y aventuras que Alicia ya la había comentado.



    Trama cerrado:

    Esta historia comienza cuando Alicia piensa en otro mundo, continua cuando tiene relación con los personajes e imagina todas sus aventuras y termina cuando ella despierta.


    Tiempo Subjetivo:

    Alicia al estar soñando no se da cuenta de el tiempo que en realidad pasa, pues todo el transcurso del tiempo esta en su mente.

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  33. YVONNE.
    Este libro es una gran obra de Marek Halter, ya que relata la interesante vida de una joven que fue encontrada, se caracterizaba por ser reservada, inteligente, valiente, prudente; de nombre Séfora.
    Séfora pertenecía a una familia de nueve integrantes: su padre Jetro, sus hermanos Orbe, Sefoba, Orma, cuatro más y ella. Su famita gozaba de privilegios, riquezas y servidumbre, pues su padre era uno de los sabios reyes de Madián.
    Todos los de esa familia eran completamente distintos: Jetro era un hombre con poder y sabiduría el cual sabia llevar el control en su territorio, él era sumamente feliz, pero como todo padre tenía la ilusión de que sus hijas Orma y Séfora encontrarán in buen hombre, algo difícil más no imposible.
    Sefoba ella no deslumbraba por su belleza: era bajita y regordeta, poseía una sensualidad llena de ternura, su sonrisa revelaba la sencillez y la rectitud de sus pensamientos y sentimientos; era una persona plenamente confiable.
    Hobab él es el hermano mayor, muy trabajador, cumplido con sus obligaciones y responsabilidades, de confianza y cariñoso.
    Orma ella era muy bella de hecho era la más bonita en todo Madián, pero esa solo es la envoltura, ya que por dentro era muy caprichosa, soberbia, vanidosa, seductora, envidiosa (sobre todo con Séfora), etc.
    Séfora que significa “pequeño pájaro” es la hija encontrada, pues Jetro la recogió a las orillas del Mar Rojo. Ella es de piel negra, tímida, valiente, inteligente, algo orgullosa y reservada en cuánto a lo que piensa y siente, rara la vez que se expresa y si lo hace solamente es con Jetro y Sefoba.
    Como ya lo mencioné Orma era una seductora, así que casi diario importantes hombres visitaban los patios de Jetro para poder captar la atención de Orma hasta llegar al grado de que estos pudieran enamorarla y pedir su mano, pero por desgracia ninguno le interesaba a ella, hasta que un día las tres hermanas salieron a pasear el rebaño de su padre para que tomarán agua en el pozo de Irmna, ahí se llevaron una gran sorpresa pues los hijos de Husenek se los trataron de impedir, comenzaron a discutir, de tal manera que ellos intentaron abusar de ellas, sin embargo no lo lograron por que apareció un hombre con rasgos de Egipto, de piel blanca y el cabello largo y ensortijado, de nombre Moisés, quien las salva de esos tres aprovechados; a Orma le causó una gran impresión este hombre, que se interesó y comenzó a sentir un deseo por él, perro a Séfora le causó algo más extraño y fuerte en su interior, algo así como amor a primera vista. Desde aquí en adelante todo cambió, ya que después de que Moisés salvó a las tres hermanas, partió a su refugio a dónde Séfora fue a buscarlo para agradecerle y hacerle la invitación a la casa de su padre, la cual aceptó cuando ella se fue de ahí.. Cuando este llegó a casa de Jetro, Orma pensó que el quería pedir su mano, por que se enamoró de su belleza, pero ¡oh! sorpresa Moisés estaba fascinado con Séfora, al igual que Séfora por él. Jetro lo recibió con alegría y una fiesta y le pidió que se quedará con ellos unos días, petición a la cual accedió Moisés. Durante su estancia él comenzó a formar parte de la familia, ayudaba a Jetro con las actividades de la casa y con su presencia Séfora se enamoraba cada vez más de él..

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  34. Un día Moisés, Hobab y el esposo de Sefoba salieron a realizar un pastoreo, he aquí donde en la noche Moisés desapareció sin dejar rastro alguno; cuando Séfora se enteró de esto rápidamente agarro cerveza, agua y pan para partir en su busca. Ella caminó grandes porciones de tierra soportando un calor inmenso, hasta que por fin lo encontró y pasó la noche con él; esa noche fue distinta a todas las demás pues Séfora conoció la verdad del origen Moisés ahora ella sabía que como la madre de Moisés era una sirvienta de los reyes de Egipto no tenía permitido tenerlo, así que Moisés pasa a ser el
    hijo de Hatsepsut la faraón de Egipto, pero como nadie sabia esto, el día que se supo por Tutmosis fue desterrado sabiendo que su destino era como el de los otros hebreos de: esclavo; luego de conversar por un largo rato, hasta que Moisés y Séfora unieron sus cuerpos para saciar el deseo que surgía en ellos.
    Al día siguiente ellos dos tuvieron una pelea pues Séfora le decía que él si era alguien en esta vida y que valía mucho, pero este no le creía; así que como Moisés no creía Séfora decidió no casarse con él, pues si de eso se trataba, ella no era nadie ya que su piel era del color de la sombra y las sombras no se casaban, después de esta palabras partió de regreso a su casa. Al llegar ocurrió otra pelea, debido a que Orma al darse cuenta que Séfora se había entregado a Moisés sin haberse casado y lo había admitido sin rodeos y delante de todos, le comenzó a reclamar a su padre que por que le decía nada si los acababa de deshonrar, Jetro al oír este la calló por primera vez y le dijo que no siguiera blasfemando por que acababa de causar la furia de Horeb (su dios).
    Al cabo de un rato llegó Moisés con un propósito “pedir la mano de la cusita”, pero como Horeb estaba enojado hizo que de la montaña brotará fuego y los matorrales se incendiarán, Hobab y Sicheved (esposo de Sefoba) le pidieron que si les ayudaba a reunir a los animales a lo cual accedió.
    Luego de dos días de sacrificios humanos que hizo Jetro a Horeb las cosas se calmaron, Séfora no aceptó casarse con Moisés hasta que el reconociera que su lugar era en Egipto con su pueblo y que verdaderamente era alguien en esta vida, a los pocos minutos de esto anunció que iba a tener un hijo.
    Cierto día que estaban reunidos todos contando la historia de Horeb, Séfora comenzó a gritar, ya iba a dar a luz a un niño de nombre Guersom “el extranjero”.
    Al cabo de un tiempo Séfora volvió a quedar embarazada y sin marido; Moisés desapareció nuevamente, para ir en busca de respuestas; pasó un largo tiempo y volvió pero casi moribundo justo cuando Séfora estaba dando a luz a su segundo hijo Eliezer, luego se recuperó y le contó a todos que Yahvé (Horeb) le dijo “Yo seré tu boca y te enseñaré lo que ignoras”, respondiendo así a todas sus preguntas; de tal manera que al acabar el relato decidió al fin que Séfora y sus dos hijos partieran a Egipto.
    Su camino hacia a Egipto estaba lleno de alegría, al llegar Moisés se encontró con Aarón y Miriam sus hermanos (de los cuales no sabía que existían hasta que Yahvé le dijo), durante treinta días viajaron al sur, después acamparon a cinco días de Uaset (lugar donde se encontraba el faraón).
    Al estar ahí Séfora al igual que los pastores y las criadas se sorprendieron al ver los hermosos templos y la inmensa cantidad de esclavos, hijos de Israel; se instalaron al lado de una cantera donde Moisés se encontró con su verdadera madre Yakeved.
    Pronto entre los esclavos corrió la noticia de que Moisés había llegado a liberarlos de los egipcios para “conducirlos a un lugar de tierra fértil y espaciosa, un país donde nana la leche y la miel”. Al cabo de un rato llegó a la aldea Senemiah, quién le dijo que su madre Hatsepsut lo esperaba en el palacio.

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  35. Así Senemiah, Séfora y Moisés fueron a visitar a Hatsepsut, pero después de verla al salir de la casa les pusieron una emboscada, de la cual Séfora se salvó gracias a Josué, un amigo de Aarón; al alejarse los soldados, estos fueron en busca de ellos y se dieron cuenta que a Senemiah lo habían matado y que a Aarón lo habían aprehendido, enseguida de ver esto partieron a la aldea donde al llegar Miriam estaba furiosa al igual que los demás.
    Al atardecer llegó Aarón y Moisés a la aldea y contándoles a todos lo que había sucedido mientras ellos estaban con Tutmosis, el faraón, quién se burló de, Moisés por estar vestido como un esclavo y por querer liberar a su pueblo.
    Ese mismo día Séfora se dio cuenta de por que Miriam la odiaba tanto y era por que ella mostraba la felicidad de tener hijos y un esposo al igual que su sabiduría delante de Miriam quien nunca iba a conocer la prosperidad, las caricias y los besos de alguien que la amará tanto, debido a las cicatrices que tenía en todo su cuerpo de los latigazos que le dieron los egipcios por defender a su hermano Moisés.
    Así que Séfora decidió partir a casa de su padre, pues se había convertido en la esposa rechazada por la mayoría de la aldea. En Madián su familia le dio la bienvenida alegremente y recibió la noticia de que por fin Orma se había casado con el príncipe Reba.
    Pasó un año y Séfora no sabía nada de Moisés ni de Egipto, hasta que un día un mercader le contó a Hobab, a Jetro y a ella que en Egipto se llenó de sapos, mosquitos, granizos, langostas y que el río Iterú se llenó de sangre, al saber de esto se dieron cuenta que Moisés había triunfado con el poder de Yahvé para liberar a su pueblo de Tutmosis.
    Al final del invierno siguiente llegó una noticia sorprendente y era que Moisés había conducido a esos miles de seres que antes eran esclavos hacia el mar de los Juncos, ya que el ejército de Tutmosis iban detrás de ellos, debido a esto él puso su bastón sobre las aguas, las cuales se dividieron en dos dejando solamente un camino para pasar, al tocar el otro extremo las aguas volvieron a juntarse como si no hubiera pasado nada, esto significa que esos miles y miles de esclavos eran libres.
    Al día siguiente Séfora y sus hijos Eliezer y Guersom, fueron al mar a ver si algo había cambiando, pero antes de llegar a los acantilados vieron a un hombre y era Josué , quién le dijo que Moisés estaba en el desierto de Refidim, a cinco días de la casa de Jetro; así que decidió ir en busca de él junto con Hobab, Josué, sus dos hijos y gente de un amigo de la familia que les dio provisiones,
    Séfora y sus hijos se encontraron nuevamente con Moisés.
    Pero lamentablemente un día la tierra se comenzó a abrir y a incendiar, de tal manera que todos corrieron hacia las montañas sin fijarse a quien aventaban o lastimaban, lo que querían era ponerse a salvo llegando a tal grado que su imprudencia mató a Eliezer y Guersom, Moisés al ver que a sus hijos les habían arrebatado la vida de una manera cruel y despiadada, lloró en brazos de Séfora y perdiendo la cordura ordenó matar a los que hicieron eso. Luego Moisés subió a la montaña a tratar de escuchar a su dios para que lo guiará por el buen camino, mientras Séfora y Josué regresaron a Madián donde se encuentran con la noticia de que Jetro había muerto y que su casa y propiedades eran ya de Orma (pues como tenía el poder en sus manos por ser la esposa de un príncipe), quién no le permitió la entrada ni dejo que llevará comida al pueblo de Moisés, se burló de Séfora, la despreció y por último ordenó que la matarán, al fin y al cabo no eran hermanas de sangre.
    Josué se salvó de la furia de Orma y regresó con Moisés para darle la noticia de la terrible tragedia, a todos les remordió la conciencia por haberla despreciado así que le aconsejaban que cobrara venganza, que fuera a destruir Madián que ellos le ayudaban, pero él se negó a realizar esto pues se acordó de que Séfora reclamaba la confianza, respeto y amor.

    ESTE LIBRO SE LLAMA "SEFORA"

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  36. De acuerdo con lo leído en la antología, mi novela que se titula el Periquillo Sarniento, pertenece al grupo de las obras narrativas; ya que de acuerdo con la definición de dicha obra, que consiste en que el mismo autor narra la voz, ideas, pensamientos y las fantasías de sus personajes. Pues en esta novela el periquillo es el narra su vida y no la narra dramáticamente, ni líricamente, así que por eso esta obra es narrativa.
    Trama o argumento
    En esta obra el argumento es que el periquillo siempre creció bajo la sobreprotección de su madre y eso lo hizo sentirse inseguro de si mismo y no tener ninguna carrera y/o oficio y meterse en varios problemas.
    Condiciones Sociales
    Esta obra se desarrolla en los años de 1771 en México, capital de la nueva España y se desarrolla en una clase media y con mención de la religión Católica.
    Personajes principales
    Hasta donde llevo leído los personajes principales son Periquillo, su madre y su padre. Físicamente no se describen muy bien pero psicológicamente periquillo es muy caprchoso, su madre es muy sobre protectora, y su padre muy duro de carácter.
    Personajes secundarios
    Se presentan muy poco ya que nada mas es un maestro de periquillo y sus amigos que tuvo en la escuela
    Personajes incidentales
    En estos hasta donde voy no han aparecido los personajes incidentales.
    Personajes ambientales
    Estos tipos de personajes solo aparecen en una fiesta que tuvo periquillo y aparece la muchedumbre.
    Proyección emotiva de la obra
    En esta obra hasta donde voy, me ha provocado deseos de lucha, para así poder superarme y no caer en lo que cayo periquillo.
    Ideas principales
    En este caso son las que nos mencionan como vivió el periquillo a lo largo de su vida, como un ejemplo de lo que puede pasar cuando no planeamos nuestra vida.
    Estilo literario
    Su estilo es fácil de entender, ya que no utiliza palabras científicas y nos facilita la comprensión de la lectura.
    Beneficio obtenido
    El beneficio es ver lo que pasa cuando no dejamos llevar por las cosas pasajeras y no por superarnos.
    Estructura
    La estructura de mi obra que leí es cerrada ya que si cuenta con un principio, medio y un fin.
    Tipo de obra
    El tipo de obra es de personajes ya que todo rodea al personaje al personaje central (acciones, motiva y características).
    Punto de vista
    En esta obra el punto de vista que doy es en primera persona, ya que la narración del periquillo es una autobiografía de el.
    Edgar Alejandro Rodríguez Hernández

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  37. Juana Cecilia Aguilera Rangel 2e N.L. 2
    Titulo: Clemencia
    Autor: Ignacio Manuel Altamirano
    Género: es una obra narrativa y dramática, es narrativa porque la obra tiene un autor, él habla y también los personajes; tienen ideas, pensamientos, y fantasías. Por otro lado es dramática porque presenta la mayoría de los temas en forma dialogada, trata de asuntos relacionados con las paciones humanas en sus diferentes facetas y son representadas por personajes. El final puede ser feliz o trágico, en el caso de mi novela el final es trágico.

    ANÁLISIS LITERARIO

    Trama o argumento

    F= Flores V=Valle C=Clemencia M= Mariana I=Isabel
    -Si doctor, la historia, venga la historia con el ponche.
    Enrique Flores era un coronel del cuerpo era un guapísimo oficial, absolutamente simpático.
    El comándate Fernando Valle estaba también en el cuerpo, era justamente lo contrario a Flores, tácituro, metódico, severo, frío, económico etc.
    Un día valle venia estaba muy contento, todos estaba asombrados, Flores se acerco y le preguntó el porque de esa reacción, valle le dijo que era porque había ido a visitar a una prima. Flores admirado y curioso le pido que se la presentara y en ese trato quedaron.
    Un día los caballeros fueron a misa y ahí encontraron a la prima, con su mamá y una amiga.
    F- vamos a seguirlas
    V- si, ya se para donde van, para la casa de mi prima Isabel.
    V- hola que tal ¿Cómo están?
    I-muy bien gracias
    V- tengo el honor de presentarles a mi amigo el comandante Flores
    IMC- mucho gusto
    M- ahora nosotras les presentaremos a Clemencia, amiga de Isabel.
    Total ese día de la pasaron platicando, pero el que muy apenas abría la boca era valle.
    Las dos jóvenes estaban atentísimas al galante Flores, lo que ellos desconocían era que las muchachas estaban perdidamente enamoradas de Flores.
    Después de retirarse quedaron en visitarlas en otra ocasión.
    Valle estaba muy serio.
    F- ¿Qué le pasa?
    V- no, nada, bueno, la verdad es que me sentí muy incomodo ante Isabel, como un tonto.
    Valle pensaba que por ser guapo y simpático Flores le quitaría a Isabel.
    F-usted no se preocupe, que no le quietare a Isabel.
    Ya llegado el día de la cita, Clemencia se puso a tocar el piano, Flores se acercó a ella y le coqueteaba, Isabel los miraba con una sensación de celos.
    Valle triste, se había dado cuenta de lo sucedido.
    Terminada la cita Flores y Valle hablaron
    F- creo que nos equivocamos
    V. si, Isabel lo ama a usted, y yo lo comprendo
    En la noche Valle, por otro lado, se pudo a pensar en la despedida tan cordial de Clemencia hacia él.

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  38. "ceci"
    En otra ocasión, no le quedo a Clemencia, más que platicar con Valle y dejar a Flores e Isabel disfrutar de su amor.
    Esa noche, Clemencia le regalo a Valle una flor de su jardín, la mas grande y hermosa, valle estaba totalmente admirado y feliz tanto que se había olvidado de Isabel.
    En la noche de navidad, Clemencia invito a todos a una cena, en su elegante casa.
    En la fiesta estaba el famoso arbolito de navidad de Clemencia el cual contenía regalitos para los invitados.
    Pasaron las horas y llego el momento de la rifa de los objetos, a Valle le había tocado un pañuelo.
    C- Valle debe sentirse usted muy afortunado pues ese pañuelo lo bordamos Isabel y yo con mucho cariño.
    V- muchas gracias
    Flores estaba realmente celoso y empezó a juguetear con Clemencia, como quien dice la empezó a enamorar, ella sin poder resistirse platicaba con él.
    Valle sentía un enorme coraje y tiro la flor que le había regalado Clemencia.
    Llego el día que los habitantes de Guadalajara mudaran de ahí, pues los franceses llegarían para apoderarse del estado. Clemencia, su familia, Isabel y su mamá partieron de la cuidad en un carro, el cual a medio camino de destrozo, un criado de Clemencia fue a buscar ayuda y se encontró con Valle, cuando se entero de la situación, como pudo consiguió un carro y se los mando.
    Todos pensaron que el carro la había mandado flores. Por otra parte Flores se unió a los franceses y traiciono a su cuerpo.
    Valle lo demando, porque Flores le había hechado la culpa de la traición. Gracias a esto condenaron a Flores a pena de muerte, al enterarse de esto Isabel y Clemencia estaban destrozadas, el era culpable de que mataran al amor de su vida (pues así lo pensaban ellas)
    Valle con mucho dolor, fue a hablar con Flores.
    F- ¿Qué hace usted aquí?
    V- vine a cambiarte el lugar, te propongo que te pongas mi uniforme y yo el tuyo, y salgas de aquí, no quiero que Clemencia muera de dolor por mi culpa.
    F. ¡oh! muchas gracias Valle.
    Flores fue a buscar a Clemencia y le contó toda la verdad. Ella trastornada de dolor y coraje corrió a Flores de su casa y esté salió huyendo.
    Mientras tanto por haber suplido a Flores condenaron a muerte a Valle, ya llegado el día de la muerte, Clemencia trató de impedirlo pero no logró nada.
    Llego el trágico momento y cortaron la cabeza de Valle y murió, Clemencia se desmayó dos veces y sus últimas palabras llenas de dolor y bañada en lágrimas fueron:
    C- A ti era a quien debería haber amado.
    La familia de Clemencia recogió el cadáver de Valle y le dio sepultura como de se deber hacer a un gran mártir.

    Condiciones Sociales
    La obra se sitúa entre 1863 y 1864, años de desgracias pues el ejército francés ocupó a México. La historia se desarrolla en un pueblo de Guadalajara, lleno de mujeres hermosas, con gente amable y que sin importar la situación de México y la que les esperaba nunca perdieron el buen humor y la alegría. También como cualquier lugar, había gente rica y pobre, una de las familias ricas era la de Clemencia personaje principal de la obra.

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  39. "ceci"
    Personajes Principales
    Clemencia
    a) físicamente. Morena y pálida como una española, ojos negros, boca sensual, tenia sonrisa de las huríes, el cuello se le erguía como el de una reina, bonita, de pelo negro, y manos suaves (según afirma un personaje de la novela).
    b) Psicológicamente. Coqueta, inteligente, celosa, creativa, platicadora, social y dramática.
    Valle
    a) físicamente. De cuerpo raquítico y endeble, moreno, ojos pardos, nariz un poco aguileña, bigote pequeño y negro, cabellos lacios, oscuros y cortos, manos flacas y trémulas y boca regular.
    b) Psicológicamente. Tacituro, siempre sumido en profundas cavilaciones, distraído, metódico, severo, riguroso con sus inferiores, económico, laborioso, reservado, frio y en efecto repugnante, antipático para todo el mundo, peor también fue valiente, inteligente y con muchas ganas de mara y ser correspondido.

    Flores
    a) físicamente. Guapo, ojos azules, grandes bigotes rubios, bien formado.
    b) Psicológicamente. Gastador, con fama de valiente, garboso, alegre, burlón, altivo, a un algo vanidoso, coqueto, muy peligroso para las mujeres y simpático.

    Isabel
    a) físicamente. Rubia, grandes ojos azules, de tez blanca, y sonrosada, alta, esbelta, boca encantadora y sonrisa de ángel.
    b) Psicológicamente. Tierna, amable, celosa, con telando pues sabia tocar el piano perfectamente.

    Personajes Secundarios.
    a) el doctor. Es el narrador, pero en algún momento acompaña y ayuda a Fernando Valle.
    b) Mariana. Mamá de Isabel, la mayoría de las veces sale acompañando a la joven en sus citas.
    c) El señor R… papá de Clemencia, quien organiza las fiestas, ayuda a su hija en todos sus caprichos.
    d) Mamá de Clemencia. Participa acompañando al señor R…

    Personajes Incidentales
    a) los amigos del doctor. que son lo que piden que se cuente la historia.
    b) Mozo. Es el criado del señor R… es quien busca ayuda para arreglar el carro destrozado y se encuentra con Valle.
    c) El general en jefe. Es quien regaña a Valle por su supuesta traición (pero es Flores), también es quien manda fusilar a Flores, y por ultimo a Valle.

    Personajes Ambientales
    a) los habitantes
    b) soldados
    c) secretarios

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  40. "ceci"
    d) criados
    e) franceses
    f) oficiales
    g) ejércitos

    Proyección emotiva de la obra
    La trama de la novela conforme se desarrollaba fui sintiendo toda clase de emociones, como coraje, felicidad, curiosidad, angustia, y tristeza sobre todo cuándo matan a Valle.

    Ideas principales.
    La idea primordial del autor y narrador (este último también personaje en la novela) es relatar una historia romántica de cuatro jóvenes: enrique flores, gallardo comándate; Fernando Valle, también jefe militar, peor muy desdichado; la hermosa y divina Isabel- prima de este ultimo- y Clemencia mujer de hermosos y seductores ojos negros y labios sensuales. Al final de la obra. Clemencia admite que habría dudo mejor amar a Fernando, quien demostró una bondad que se alojaba en su corazón y no a Enrique, quien además de traidor y canalla aceptó que su amigo Fernando diera la vida por él.

    Estilo literario
    En libro viene una pequeña parte al final llamada “el autor” donde dice que le mejor defecto que le encontró a su novela es que parece demasiado larga, pero que no se debe tomar formalmente la ficción que el doctor relate esto en una noche. Es un artículo literario, como cualquiera, pues necesitaba él que el doctor narrara, como testigo de los hechos, y no creyó que debía tener en cuenta el tamaño de la narración.
    Sin embargo la novela esta narrada y escrita con claridad y mucha coherencia.

    Enseñanza obtenida
    Esta obra enseña y despierta en los lectores, a conocer el verdadero amor, en base a el se vive toda clase de situaciones, problemas, luchas, coraje, celos, decepción etc., y te enseña que no todo es lo que parece y como una frase muy conocida “nunca sabes lo que tienes hasta que lo vez perdido” como le sucedió a Clemencia.

    Opinión personal
    A lo largo de la novela de Ignacio Manuel Altamirano, logró comunicarse con nosotros, logra hacernos sentir emociones en cada capitulo. También no es una historia ya muy pasada (por la época en que paso la novela) porque esas situaciones siguen pasando en la actualidad, no precisamente igual, pero su parecida.
    En mi opinión personal me gusto mucho y me sentí muy contenta al leerla y claro que la recomendaría.

    Estructura “cerrada”
    La novela se caracteriza por una trama, como un principio, medio y fin. La historia se narra desde un comienza hasta el epilogo, de tal manera que nosotros como lectores terminamos adivinando el destino final de los personajes.

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  41. "ceci"
    Tipo de obra “de personaje”
    La novela es de tipo personaje, porque son cuatro personajes, pero el más importante es Clemencia, cuyas acciones, motivaciones y características psicológicas sirven a manera de hilo conductor de la trama, gracias a sus emociones y acciones se vuelve la protagonista porque todo empieza a girar entorno a ella.

    Puntos de vista “en tercera persona”
    El narrador, que es también un personaje, no tan evidente como los principales, asume la posición de un sabelotodo en relación a los personajes.
    También se presenta el análisis psicólogico de los personajes, no se explica como el narrador pudo penetrar en la conciencia de sus personajes, cuando solo fue un acompañante de ellos.

    Trama “cerrada”
    Porque la historia esta bien definida, con principio, desarrollo y final. La protagonista de la novela es quien dicta es destino final de uno de los personajes.

    Tiempo “época”
    La obra se sitúa en una época de guerras entre los años de 1863 y 1864, en torno a ella, suceden varios hechos entre los personajes.

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  42. ANALISIS DE TEXTOS DE MI NOVELA “SÉFORA”

    TRAMA O ARGUMENTO:
    Hace más de tres mil años, una niña negra es recogida a orillas del Mar Rojo. Lleva por nombre Séfora, “pequeño pájaro” y el color de su piel ha decidido ya su futuro: nadie la querrá por esposa. Sin embargo, un día, cerca de un pozo, un hombre la mira como a ninguna otra mujer. Su nombre es Moisés y huye de Egipto.
    Amante apasionada y esposa generosa, Séfora, la negra, la extranjera, la no judía, tiene en sus manos el destino de Moisés. Olvidando sus temores y sus dudas, él comprenderá gracias a ella el mensaje de Dios y legará a la humanidad las leyes que, todavía hoy, protegen a los débiles del poder de los más fuertes.

    CONDICIONES SOCIALES:
    La obra se sitúa hace tres mil años, en donde los tiempos cada familia creía en un Dios distinto, según sus creencias. En ésta época una familia tenía poder en una tierra de nombre Madián y de repente todo cambia cuando llega Moisés, quien no creía en Horeb (su dios).

    Séfora cambia la vida de Moisés, dándole dos grandiosos hijos y el valor de ir a Egipto a liberar el pueblo de Dios.

    PERSONAJES PRINCIPALES:

    Séfora: ella es de piel negra, tímida, valiente, inteligente, algo orgullosa y reservada en cuanto a lo que piensa y siente.

    Jetro: era un hombre con poder y sabiduría el cual sabía llevar el control en su territorio, pero como todo padre tenía ilusión de que sus hijas Orma y Séfora encontraran un buen hombre para casarse, algo difícil pero no imposible.

    Sefoba: ella no deslumbraba por su belleza, era bajita y regordeta, poseía una sensualidad llena de ternura, su sonrisa revelaba la sencillez y la rectitud de sus pensamientos y sentimientos.

    Hobab: era el hermano mayor, muy trabajador, cumplía con sus obligaciones y responsabilidades, de confianza y cariñoso con su esposa.

    Orma: ella era muy bella, de hecho era la más bonita de todo Madián, pero esa sólo era la envoltura ya que por dentro era muy caprichosa, egoísta, soberbia, vanidosa, seductora y envidiosa.

    Moisés: él era un hombre misterioso, cariñoso, distinguido y de buenos sentimientos hacia las personas que lo rodeaban.

    PERSONAJES SECUNDARIOS:

    Ewi-Tsur, Josué, Miriam, Aarón y Yokeved

    PERSONAJES INCIDENTALES:

    Guersom, Eliécer, Sicheved, Murtí, Tutmosis, Senemiah y Hatsepsut

    PERSONAJES AMBIENTALES:

    Hijos se Husenek y tropas de Tutmosis.

    PROYECCION EMOTIVA DE LA OBRA

    Conforme se desarrolla, despierta sentimientos de alegría cuando Moisés y Séfora están juntos. De tristeza, cuando ocurren peleas, al morir Guersom y Eliezer y cuando el extranjero se va de Madián; de odio, coraje y rencor al ver y sentir las actitudes de Orma y Tutmosis.

    IDEAS PRICIPALES

    La idea primordial de esta novela es conocer la vida de esta gran heroína, Séfora.

    ESTILO LITERARIO

    El autor se ve en su manera de expresarse y escribir que es una persona que conoce y se apasiona por la historia, pues describe de manera clara y precisa los acontecimientos de la vida de Séfora y Moisés.

    ENSEÑANZA OBTENIDA

    Esta obra nos inspira a luchar por lo que queremos, a valorarnos a nosotros mismos y a los demás y sobre todo a reconocer quienes somos.

    OPINION PERSONAL

    Para mí esta es una gran novela, ya que Marek Halter sabe transmitir emociones de tristeza, odio, amor y rencor a los lectores por medio de su manera de expresarse. Además de provocar incertidumbre si las cosas que relata fueran ciertas o no; te traslada a un mundo distinto al que vivimos ahora.

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  43. ANÁILISIS


    Nombre: Jessica Itzel Westrup Reyes – NL=52
    Título: “Vida de Marilyn Monroe”

    Autor: Marina Tessandori (Editorial Posada, s.a.)

    Género: Narrativo (novela) y líricas

    Trama:
    La historia narra la vida de Marilyn Monroe desde antes de su nacimiento, hasta su trágica muerte, describe como Marilyn vive rodeada de fama, lujos pero también de matrimonios fracasados, de familia que tiene problemas mentales, y de la soledad que siente la mayor parte de su vida.

    Condiciones sociales:
    Fue en la época de 1926 en 1 primero de de junio cuando comienza la historia, la historia se desarrolla primero en un ambiente de pobreza y carencia pero después con el crecimiento de Marilyn y con su carrera comienza a ver mas dinero y lujos.

    Personajes principales:
    Marilyn Monroe, Gladys Baker, Della, Miller físicamente son gente bien vestidas, de buen cuerpo y muy elegantes, psicológicamente son personas con traumas y problemas mentales.

    Personajes secundarios:
    Los Bolender, Joe DiMaggio, Ana, personajes que tienen importancia en su vida.

    Proyección emotiva de la obra:
    Pues la historia causa varias emociones, como alegrías, tristezas y decepciones de algunas cosas que no conocíamos y que de alguna manera nos sorprende por que no, nos enteramos de la magnitud del problemas que acarreo la vida de Marilyn, a pesar de los lujos y “buena vida que llevo”, pero eso

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  44. no quita el dolor o tristeza que causa el saber que una figura de su tipo tuvo que pasar por tantas cosas tan desagradables.
    Ideas Principales:
    La razón por la que se decide desarrollar este texto es por que mucha gente no conoce realmente la vida de esta bella mujer, y todo por lo que tuvo que pasar, pero si hacemos un viaje por la vida de ella nos daremos cuenta que ya de por si la vida de ella desde antes de su nacimiento comenzó mal, desde que su madre Gladys se alejo de sus demás hijos, dejándolos con su padre viviendo en el campo, al querer dejar a la pequeña Marilyn con su abuela Della sabiendo que la abuela tenia problemas mentales y además que no le importaba nadie mas que solo ella y su felicidad, este fue un mal comienzo para la pequeña, ya que su madre no tenia con quien dejarla y tenia que luchar para darle el pan de cada día, y Marilyn se la pasaba la mayor parte del tiempo con unos vecinos los Bolander que le dieron un techo a la niña tratando de darle una buena educación pero eso no basto par ella ya que ella necesitaba el cariño de sus padres de sus hermanos y no lo tenia.
    Toda su vida la paso sola, acompañada en algunas ocasiones por ”amigos” y sus 3 fugaces pero apasionados maridos.
    Tratando de llevar una vida como ella siempre quiso actuando y con sus lujos aunque eso la llevo al borde de su muerte ya que su carrera y su “gran vida de rica” la alejo de la sociedad y de “una vida normal”.

    Estilo literario:
    En la historia se puede ver que el autor tiene mucha firmeza e interés por toda la vida de Marilyn aunque muy pocas personas saben lo que realmente paso, se puede ver que el autor le tomo mucho interés y se puede ver que es muy preciso en la información que da.

    Beneficio obtenido:
    Se puede ver y aprender que no todo lo que brilla es oro y que reveces se puede tener mucho dinero, fama y belleza pero eso no es lo importante, lo importante es tener dignidad, felicidad, compañía y amor, si no de nada te sirve tener tantas cosas si no tienes con quien compartirás, aparte que muchas veces los
    jessi itzel

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  45. excesos no te llevan a nada bueno y no puedes aparentar ser algo que no eres, por que solo te hundes mas en la soledad y en la miseria.

    Opinión personal: es muy facil ver o escuchar la historia de la vida de alguna persona, pero es difícil poder llegar a comprenderla totalmente, solo se puede aprender y en este caso aprendimos que no todo gira alrededor del dinero que ahí muchas cosas mas importantes, y que aunque el dinero soluciona muchas cosas no resuelve la vida ni la felicidad.
    Esto nos ayuda a comprender un poquito mas de la vida de muchos artistas, que aunque no la vivimos podemos aprender algo de todo lo que viven, y nos puede ayudar a ser mejores personas y a valorar mucho mas la vida.

    La historia es de tipo cerrada: Ya que muestra el autor definidamente el desarrollo de esta actriz, mostrando desde su nacimiento hasta su muerte y aun después de ella.
    En este proceso muestra detalladamente el proceso de su madures como persona y actriz, dejando ver cada paso que ella dio.

    El tipo de obra es de personaje: Esto es por que se muestra en esta novela que Marilyn Monroe es el centro del desarrollo y se deja ver que mucha gente estuvo involucrada en su crecimiento, sus buenos momentos, y los malos también.
    Se deja ver que ella fue de ayuda y también perjudico a muchos personajes que se muestran el la historia por que así como ella sufrió tan bien hizo sufrir.

    Puntos de vista:
    b) En primera persona:
    este personaje (Marilyn Monroe) es el personaje principal, este es el que involucra a mucha gente, pero mas que nada es una biografía de su vida, en la que relata desde su nacimiento hasta su muerte, incluyendo familia, parejas, amigos y personas que la ayudaron a subir a una posición muy alta en su carrera.

    jessica tzel

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  46. Trama:
    a) cerrada:
    La novela trata de la vida de Marilyn Monroe, desde su nacimiento, que q nadie le importaba, que su mamá Gladys la dejaba encargada siempre con gente no extraña , pero si personas a las que Marilyn no le importaba en lo mas mínimo, creció con una figura muy bella, aunque muy atractiva a muchos productores no les importaba como actriz sino como modelo para fotografiarla, la mayor parte de su vida se la paso viviendo miserablemente, ya que sus 3 matrimonios fueron un total fracaso, ya que ella no quería a nadie muy apenas se quiera a ella misma, siempre trataba de llamar la atención de toda la gente, haciendo cosas locas como un calendario que hizo desnuda, respecto a su familia solamente se puede decir que la mayoría de ellas fueron internadas en hospitales especiales ya que padecían de sus facultades, tuvo éxito en su carrera aunque le costo su tranquilidad y felicidad, tuvo muchos seguidores y se le relaciono con muchos hombres importantes en el medio artístico, ella siempre buscaba la manera de llamar su atención y poder acercarse a ellos para que le dieran un papel en alguna película, así el papel fuera pequeño ella siempre los aceptaba, así siguió hasta que llego el momento en que ya no podía sola y recurría a pastillas, y la mayor parte del tiempo se la pasaba sedada para los nervios, esto le ocasiono muchos problemas con los productores de las películas ya que siempre era muy impuntual e irresponsable y sufría de poca concentración, hasta que llego el momento en que no aguanto y termino por suicidarse, dando un golpe muy fuerte a su conocidos y a su fans, se dice que el motivo de su suicidio fue que tuvo tantos fracasos tanto artísticos como sentimentales, y el hecho de haber tenido 3 abortos le fue suficiente para darse cuenta que no podría seguir así.
    Aun después de su muerte se siguió especulando el por que de su muerte y se decían muchas cosas sobre esta pero, se creé que el verdadero motivo fue el hecho de que estaba realmente sola, y así la paso desde su nacimiento hasta su muerte.




    Tiempo:
    a) Época: 1926 (junio), Los Ángeles California
    c) Tiempo subjetivo:
    En la vida de Marilyn siempre hubo muchos recuerdos que la atormentaban y que no la dejaban ser feliz por el hecho de que sabia que nadie la había querido realmente, nunca pudo vivir sin recordar todas esas cosas espantosas, por más que quería no lo podía olvidar y ella sola no se permitía llevar una vida diferente a la que había llevada hasta su muerte.

    JESSICA ITZEL

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  47. Nombre del alumno: José Andrés Lara Ibarra
    Titulo de la novela: Los miserables
    Autor: Víctor Hugo
    Argumento
    Los miserables es una historia urdida en torno a la vida del ex presidiario Jean Valjean, quien, regenerado tras 19 años de presidio por robar pan para alimentarse llega a Digne desamparado, es acogido por Monseñor Myriel a quien roba dos candelabros de plata y media docena de cubiertos, posterior a esto es arrestado y llevado ante monseñor, quien lo salva de volver a presidio a cambio de que se comprometa a hacer el bien. A partir de aquel momento, Jean Valjean se propone dedicar su vida a la filantropía.
    Tras prosperar como propietario de una fábrica y alcalde, bajo el nombre de Madeleine, Valjean debe revelar su verdadera identidad para salvar a un hombre al que han condenado por ser confundido con él por su perseguidor, el oficial Javert, quien no cree que un hombre se redimiera de su pasado y, por lo tanto, siga infringiendo la ley, que según él es la única verdad.
    De la fábrica, la supervisora expulsa a Fantine por ser madre sin estar casada, lo que provoca un sin fin de miserias para ella. Cuando Jean Valjean le salva de morir en la cárcel, le promete ir en busca de su hija, Cosette, a la venta de los Thenardier. Esta familia de posaderos sin escrúpulos engañó en varias oportunidades a Fantine pese a saber su condición de madre soltera y pobre, para sacarle más dinero mientras Cosette crecía en un ambiente hostil. Jean Valjean adopta a Cosette y ambos escapan a París, donde, con el paso de los años, Cosette se enamora de un joven revolucionario llamado Marius Pontmercy; Jean Valjean debe continuar ocultando su identidad y mudarse constantemente ya que Javert continúa persiguiéndolo; y los Thenardier siguen creando embustes para sacar provecho de todas las situaciones posibles. La novela es una constante lucha entre el racionalismo, representado por Javert, un policía muy circunspecto, frío y calculador, y el romanticismo, representado por Jean Valjean, el personaje bondadoso y misericordioso que deja una huella de bondad por los lugares por donde pasa. Estalla la revolución de 1830 dirigida por el grupo de estudiantes "ABC"; Jean Valjean, sabiendo que el amado de Cosette está peleando en la revolución, se une a ellos, sin saber si proteger a Marius o matarlo. Eponina (una de las hijas de los Thenardier) también se une a la rebelión y sacrifica su vida al recibir una bala que iba dirigida hacia Marius, muere feliz en brazos de su amado sabiendo que su vida sirvió para protegerlo. Durante la batalla, Javert se infiltra como espía pero es capturado. Jean Valjean salva a Javert de una muerte segura en manos de los estudiantes y lo deja ir. Marius es severamente lastimado y lo ayuda Jean Valjean. Ambos logran escapar atravesando las alcantarillas, pero son capturados por Javert, quien iba siguiendo sus huellas muy de cerca. Jean Valjean persuade a Javert para darle tiempo de regresar al lastimado Marius a su familia y que después se entregará a la justicia. Aquí es cuando Jean Valjean manifiesta la máxima prueba de amor: el sacrificio. Jean Valjean

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  48. sacrifica su libertad con tal que Javert dejara ir a Marius. Javert accede a la petición y luego se da cuenta de que está atrapado en un gran dilema: por un lado, están las creencias firmes de Javert en la ley y por el otro lado está la misericordia que Jean Valjean demostró, por lo que no puede entregar a Jean Valjean a las autoridades. Tan intenso es el dilema que Javert se termina suicidando arrojándose al río Sena. Poco tiempo después Marius y Cosette se casan, Jean Valjean pierde sus ganas de vivir al darse cuenta que Cosette ya no necesita de él. Marius piensa, por un mal entendido, que Jean Valjean es un sujeto de pobres valores morales y aleja a Cosette lo más posible de él. Sin embargo, Marius se da cuenta de la verdad demasiado tarde y se apresura junto con Cosette a casa de Jean Valjean, donde yace muriendo. Jean Valjean finalmente revela su pasado a la pareja y en sus últimos minutos de vida se da cuenta de la inmensa felicidad que tiene al estar junto a su hija, Cosette, y junto a su yerno, Marius. Jean Valjean expresa su amor a la pareja y finalmente muere.
    Pág. 5-11

    Libro primero – un justo

    En 1815, el ilustrísimo Carlos Francisco Bienvenido Myriel era obispo de D. El anciano de unos 70 años, ocupaba esa sede desde 1806. Tal vez sea inútil indicar aquí las habladurías y comentarios que rodeaban a su persona cuando llego por primera vez a la diócesis.
    El señor Myriel era hijo de un noble consejero del parlamento de Aixa quien, pensando que el joven seria heredero su puesto. Lo había casado muy joven.
    Cuando se desato la revolución, donde su esposa murió tísica, sin dejarle hijos. Hacia 1804, el señor Myriel ya entrado en años, se desempeñaba como cura de brignolles, donde vivía en un profundo retiro.
    En los tiempos que Napoleón fue coronado, un asunto de su parroquia llevo a Myriel a parís, donde visito al cardenal fresh. Un día, mientras que el cura aguardaba en la antesala, se hallo del paso de su majestad imperial, quien también iba a ver al cardenal. Napoleón noto que el anciano lo miraba con curiosidad.
    Esa misma noche, el emperador pidió al cardenal el nombre de aquel cura y un tiempo después, Myriel recibió su sorpresa de que había sido nombrado obispo.
    Llego a la ciudad acompañado de su hermana, la señorita Baptista a quien llevaba 10 años. La única servidumbre que iba con ellos era la señora Megloire una criada de la misma edad de Baptista.

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  49. Al señor Myriel se le destino como vivienda el palacio episcopal, donde fue instalado con todos los honores dispuestos por lo decretos imperiales, según los cuales el obispo se ubicaba inmediatamente.
    Pág. 15-18

    Segundo libro – la caída
    A comienzos de octubre de 1815, cuando el sol estaba cayendo , un hombre que bajaba a pie entro a la pequeña ciudad. Unos pocos habitantes estaban asomados a sus ventanas o en el umbral de sus casas en aquel momento, y miraron al viajero con inquietud. Transeúntes tan miserables eran difíciles de hallar, nadie conocía a este.
    El hombre se encamino hacia el ayuntamiento. Entro, y un cuarto de hora después salió, saludando humildemente a un gendarme que estaba sentado en la puerta. De allí se dirigió a una respetable posada que había por aquel entonces en la ciudad.
    Al cabo de un rato, el muchacho regreso trayendo un papel. El posadero lo leyó atentamente y movió la cabeza, pensativo. Entonces, se acerco al viajero, que parecía sumido en no muy agradables ni tranquilas reflexiones.
    El viajero se enderezo bruscamente sobre su asiento y se volvió como si fuera a contestar, pero el posadero lo miro fijamente. El hombre lo miro con atención, bajo la cabeza, recogió su morral y se marcho.
    Durante algún tiempo, vago por las calles desconocidas buscando una humilde caverna donde pasar la noche. Al rato diviso una luz de extremo de un camino, y hacia allí se dirigió.
    Pág. 19-22

    Jean Valjean
    Miembro de una humilde familia de Brie, Jean Valjean no había aprendido a leer siendo niño y, ya hombre, había tomado el oficio de su padre, podador en faverolles. Era un joven aun cuando perdió a su padre y a su madre, y se encontró sin familia que una hermana mayor, viuda y con 7 hijos.
    Aquella familia era un triste grupo que la miseria encargo de oprimir poco a poco. Un invierno muy crudo, Jean no tenía trabajo y la familia no tenia con que alimentarse.
    Jean era ignorante pero no imbécil, encerrado en su conciencia, reflexiono y pudo reconocer que no fue castigado injustamente. Entonces se pregunto si era el único que había obrado mal en esta historia.

    Año tras año su alma se fue marchitando, lenta, pero fatalmente. Durante los 19 años que estuvo encerrado no derramo ninguna lagrima.
    Pág. 23 y 24

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  50. El hombre despierto
    El reloj de la catedral daba dos cuando Jean Valjean despertó. Entre las muchas ideas que lo acosaban, una se presentaba firme en su espíritu. Durante la cena, había notado los 6 cubierto de plata y el cucharon que la señora Megloire hacia puesto en la mesa.
    Jean Valjean se dirigió al armario que estaba en la vama. Alzo la barra de hierro para abrirlo, pero noto que la llave estaba puesta. Lo primero que encontró fue un cesto con la platería. No dudo en tomarla y meterla en el morral, luego rápidamente cruzo la habitación, abrió la ventana, salto, corrió por el jardín, salto la tapia como un tigre y desapareció en la oscuridad de la noche.
    Pág. 25

    El bien frente al mal
    Al aclarecer el día, monseñor Bienvenido se paseaba por el jardín cuando la señora Megloire corrió a su encuentro muy agitada.
    Un rato después, se sentaba en la misma mesa en que jean había comido la noche anterior. Cuando ya iba a levantarse golpearon la puerta, eran 3 gendarmes que arrastraban del cuello a un joven, era Jean, Monseñor Bienvenido se acerco a ellos y mirando a Valjean, me alegra de vernos otra vez, porque olvidaste llevar los candelabros junto con los cubiertos pueden valer unos 200 francos.
    Pág. 26

    El pequeño garbancillo
    Jean Valjean salió del pueblo como si huyera. Cruzo el campo precipitadamente, turbado por una multitud de sensaciones. Se sentía conmovido y humillado al mismo tiempo, y presa de un odio que no sabía contra quien se dirigía. Por momentos, un estremecimiento extraño lo invadía, al que oponía el endurecimiento aprendido en los últimos veinte años. Todo el día lo persiguieron pensamientos imposibles de expresar.
    Cuando el sol casi desaparecía en el horizonte, Jean se sentó detrás de un matorral en una gran llanura rojiza, enteramente desierta. En medio de su meditación oyó un alegre ruido. Al volverse, vio que un niño saboyano venia por el sendero. Tenía unos 10 años, he iba cantando con su gaita al hombro y una bolsa en el hombro. De vez en cuando, el muchacho interrumpía el paso para jugar con unas monedas que llevaba en la mano.
    Su corazón no aguanto mas y rompió a llorar por primera vez después de 19 años. Las dulces palabras del anciano se presentaban en su memoria sin cesar. Comprendía claramente que el perdón de aquel sacerdote era el ataque mas formidable que podía recibir; qué su endurecimiento seria infinito si podía recibir aquella clemencia.
    ¿Cuánto tiempo estuvo llorando así? ¿Qué hizo después de llorar? Nunca se supo. Pero esa misma noche, alrededor de las 3 de la mañana un cochera que llegaba, al pasar por la calle donde vivía el obispo, vio un hombre arrodillado en el empedrado, delante de la puerta de monseñor Bienvenido. Parecía estar orando.
    Pag. 27 - 32

    LIBRO TERCERO – El año 1817
    La era de las revoluciones parecía haber terminado hacia 1817. Luis XVlll estaba en el trono, y Napoleón, en Santa Elena.
    Ese año, 4 jóvenes estudiantes de parís decidieron hacer una buena broma. Se llamaban Tholomyes, Listolier, Fameuil y Blachevelle, y , naturalmente cada uno tenia un amante. Blachevelle amaba a favorita, Listolier adoraba a Dalia, Fameuil idolatraba a Zefina, y Tholomyes quería a Fantina, conocida como “la rubia” por sus hermosos rayos que la asemejaban.
    Fantina era uno de esos seres que nacen del fondo del pueblo. Nadie sabia quienes eran sus padres. Se llamo como quizo el primer traunsente que la encontró con los pies descalzos en la calle. Siempre había trabajado para viviry después también amo para vivir, porque no solo el cuerpo padece hambre.
    Como resultado de la secreta conversación, el domingo siguiente todos dieron un paseo por el campo y las 4 parejas llevaron a cabo la concienzuadente todas las locuras posibles en ese entonces.
    El dia parecía una aurora continua. Los ocho jóvenes resplandecían al sol en el campo, entre las flores y los arboles, conversando, cantando, corriendo, etc., se columpiaron en el parque y luego enbarcaron en el sena.
    Pag. 33-36

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  51. LIBRO CUARTO – La confianza conduce al abandono
    En las primeras décadas del siglo XlX había en Montfermeil, cerca de parís una especie de taberna que ya no existe. Propiedad del los esposos Thernadier, estaba situada en el callejón de coulanger.
    Una tarde de primavera, en 1818 una mujer de aspecto desagradable estaba sentada frente a la puerta de la taberna mirando como jugaban dos pequeñas hijas. Una tenia alrededor de dos años y medio y cabello castaño; la otra, de un año y medio, era morena.
    La pequeña dormía tranquila en los tiernos brazos de su madre. Era uno de los seres mas hermosos que pueen imaginarse y estaba vestida con gran coquetería. La mujer, joven y, alguna vez, hermosa, tenia aspecto pobre y triste. No se reia; sus ojos parecían haberse secado mucho tiempo atrás. Era Fatina.
    Después del abandono había sobrevivido la miseria. Lejos del padre de su hija, la joven descuido su trabajo y todas las puertas se le fueron cerrando. Como no tenia a quien recurrirdecidio regresar a su pueblo natal. Para hacerlo vendió todo lo que tenia y después de pagar sus pequeñas deudas le quedaron unos ochenta francos.
    Se hizo un trato y la madre paso la noche en la hosteria, entrego su dinero y dejo a la niña. A la madrugada partió, llorando desconsolada, pero en la esperanza de regresar en poco tiempo.
    La familia Thenadier se situaba entre la clase media y la inferior, conbinando algunos vicios de la segunda con los de la primera. Ni el generoso impulso del obrero ni el honesto orden del burgues eran su patrimonio.
    Pag. 37-40
    Alondra
    Los cincuenta francos de la viajera sirvieron al señor Thenadier para saldar su deuda y hacer honor a su firma. Pero al mes siguiente la necesidad del dinero volvió a aparecer, y la mujer tuvo que empeñar el vestuario de Cosette por una suma cercana a los setenta francos.
    Si fatima hubiera vuelto a Montfermeil al cabo de esos tres años no habría reconocido a su hija. Tan linda y fresca cuando llego, ahora era una niña flaca y fea. No le quedaban mas que sus hermosos ojos que causaban lastima, porque siendo muy grandes, parecía que en ellos se veía mayor cantidad de tristeza. En el pueblo la llamaron Alondra, porque no mas grande que un pájaro, temblaba, se asustaba y tiritaba, la diferencia era que esta pobre alondra jamás cantaba.
    Pag. 40-42

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  52. LIBRO QUINTO – El descenso
    Después de dejar a su pequeña Cosette a los Thenardier prosiguió su camino, y llegó a M. Se recordará que esto era en 1818.
    Fantina había abandonado su pueblo unos diez años antes. M. había cambiado mucho. Mientras ella descendía lentamente de miseria en miseria, su pueblo natal había prosperado.
    Hacía unos dos años aproximadamente que se había realizado en él una de esas hazañas industriales que son los grandes acontecimientos de los pequeños pueblos.
    De tiempo inmemorial M. tenía por industria principal la imitación del azabache inglés y de las cuentas de vidrio negras de Alemania, industria que se estancaba a causa de la carestía de la materia prima. Pero cuando Fantina volvió se había verificado una transformación inaudita en aquella producción de abalorios negros. A fines de 1815, un hombre, un desconocido, se estableció en el pueblo y concibió la idea de sustituir, en su fabricación, la goma laca por la resina.
    Tan pequeño cambio fue una revolución, pues redujo prodigiosamente el precio de la materia prima, con beneficio para la comarca, para el manufacturero y para el consumidor.
    En menos de tres años se hizo rico el autor de este procedimiento, y, lo que es más, todo lo había enriquecido a su alrededor.
    El forastero en la comarca. Nada se sabía de su origen. Se decía que había llegado al pueblo con muy poco dinero; algunos centenares de francos a lo más, y que entonces tenía el lenguaje y el aspecto de un obrero.
    Y fue con ese pequeño capital, puesto al servicio de una idea ingeniosa, fecundada por el orden y la inteligencia, que hizo su fortuna y la de todo el pueblo.
    A lo que parece, la tarde misma en que aquel personaje hacía oscuramente su entrada en aquel pequeño pueblo de M., a la caída de una tarde de diciembre, con un morral a la espalda y un palo de espino en la mano, acababa de estallar un violento incendio en la Municipalidad. El hombre se arrojó al fuego, y salvó, con peligro de su vida, a dos niños que después resultaron ser los del capitán de gendarmería. Esto hizo que no se pensase en pedirle el pasaporte. Desde entonces se supo su nombre. Se llamaba Magdalena.
    Fauchelevent
    El señor Magdalena, pasaba una mañana por una callejuela no empedrada de M., cuando oyó ruido y viendo un grupo a alguna distancia, se acercó a él. El viejo Fauchelevent acababa de caer debajo de su carro cuyo caballo se había echado.
    Fauchelevent era uno de los escasos enemigos que tenía el señor Magdalena en aquella época. Cuando éste llegó al lugar, Fauchelevent tenía un comercio que empezaba a decaer. Vio a aquel simple obrero que se enriquecía, mientras que él, amo, se arruinaba; y de aquí que se llenara de envidia, y que hiciera siempre cuanto estuvo en su mano para perjudicar a Magdalena. Llegó su ruina; no le quedó más que un carro y un caballo, pues no tenía familia; entonces se hizo carretero para poder vivir.
    El caballo tenía rotas las dos patas y no se podía levantar. El anciano había caído entre las ruedas, con tan mala suerte que todo el peso del carruaje, que iba muy cargado, se apoyaba sobre su pecho. Habían tratado de sacarlo, pero en vano. No había más medio de sacarlo que levantar el carruaje por debajo. Javert, que había llegado en el momento del accidente, había mandado a buscar una grúa.
    Pág. 47-50

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  53. Solución de algunos asuntos de política municipal
    Unos diez meses después de lo referido, a comienzos de 1823, una tarde en que había nevado copiosamente, uno de esos jóvenes ricos y ociosos que abundan en las ciudades pequeñas, embozado en una gran capa se divertía en hostigar a una mujer que pasaba en traje de baile, toda descotada y con flores en la cabeza, por delante del café de los oficiales.
    Cada vez que la mujer pasaba por delante de él, le arrojaba con una bocanada de humo de su cigarro algún apóstrofe que él creía chistoso y agudo, como: "¡Qué fea eres! No tienes dientes". La mujer, triste espectro vestido, que iba y venía sobre la nieve, no le respondía, ni siquiera lo miraba, y no por eso recorría con menos regularidad su paseo.
    Aprovechando un momento en que la mujer volvía, el joven se fue tras ella a paso de lobo, y ahogando la risa, tomó del suelo un puñado de nieve y se lo puso bruscamente en la espalda entre los hombros desnudos. La joven lanzó un rugido, se dio vuelta, saltó como una pantera, y se arrojó sobre el hombre clavándole las uñas en el rostro con las más espantosas palabras que pueden oírse en un cuerpo de guardia. Aquellas injurias, vomitadas por una voz enronquecida por el aguardiente, sonaban aun más repulsivas en la boca de una mujer a la cual le faltaban, en efecto, los dos dientes incisivos. Era Fantina.
    Al ruido de la gresca, los oficiales salieron del café, los transeúntes se agruparon, y se formó un gran círculo alegre, que azuzaba y aplaudía.
    De pronto, un hombre de alta estatura salió de entre la multitud, agarró a la mujer por el vestido de raso verde, cubierto de lodo.
    Pag. 53-55

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  54. LIBRO SEXTO – Javert
    El señor Magdalena hizo llevar a Fantina a la enfermería que tenía en su propia casa, y la confió a las religiosas que estaban a cargo de los pacientes, dos Hermanas de la Caridad llamadas sor Simplicia y sor Perpetua.
    Fantina tuvo muchísima fiebre, pasó paste de la noche delirando y hablando en voz alta, hasta que terminó por quedarse dormida.
    Al día siguiente, hacia el mediodía, despertó y vio al señor Magdalena de pie a su lado mirando algo por encima de su cabeza. Siguió la dirección de esa mirada llena de angustia y de súplica, y vio que estaba fija en un crucifijo clavado a la pared.
    El alcalde se había transformado a los ojos de Fantina; ahora lo veía rodeado de luz. Estaba en ese momento absorto en su plegaria, y ella no quiso interrumpirlo. Al cabo de un rato le dijo tímidamente:
    - ¿Qué estáis haciendo?
    - Rezaba al mártir que está allá arriba. -Y agregó mentalmente-: Por la mártir que está aquí abajo.
    Había pasado la noche y la mañana buscando información; ahora lo sabía todo. Conocía todos los dolorosos pormenores de la historia de la joven. Se apresuró a escribir a los Thenardier. Fantina les debía ciento veinte francos; les envió trescientos, diciéndoles que se pagaran con esa suma y que enviaran inmediatamente a la niña a M., donde la esperaba su madre.
    Esta cantidad deslumbró a Thenardier.
    - ¡Diablos! -dijo a su mujer-. No hay que soltar a la chiquilla. Este pajarito se va a transformar en una vaca lechera para nosotros. Adivino lo que pasó: algún inocentón se ha enamoriscado de la madre.
    Contestó enviando una cuenta de quinientos y tantos francos, muy bien hecha, en la que figuraban gastos de más de trescientos francos en dos documentos innegables: uno del médico y otro del boticario que habían atendido en dos largas enfermedades a Eponina y a Azelma. Los arregló con una simple sustitución de nombres.
    El señor Magdalena le mandó otros trescientos francos y escribió: "Enviad en seguida a Cosette".

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  55. - ¡Vamos bien! -dijo Thenardier-. No hay que soltar a la chiquilla.
    En tanto Fantina no se restablecía y continuaba en la enfermería.
    Las Hermanas la habían recibido y cuidado con repugnancia. Quien haya visto los bajorrelieves de la Catedral de Reims, recordará la mueca despectiva en los labios de las vírgenes prudentes mirando a las necias.
    Este antiguo desprecio es uno de los más profundos instintos de la dignidad femenina, y las religiosas no pudieron controlarlo. Pero en pocos días Fantina las desarmó con las palabras dulces y humildes que repetía en su delirio:
    - He sido una pecadora, pero cuando tenga a mi hija a mi lado sabré que Dios me ha perdonado. Sentiré su bendición cuando Cosette esté conmigo, porque ella es un ángel.
    Magdalena la visitaba dos veces al día, y cada vez le preguntaba:
    - ¿Veré luego a mi Cosette?
    La respuesta era:
    - Quizá mañana. Llegará de un momento a otro.
    - ¡Oh, qué feliz voy a ser!
    Pero su estado se agravaba día a día. Una mañana el médico la examinó y movió tristemente la cabeza.
    - ¿No tiene ella una hija a quien desea ver? -preguntó llevando aparte al señor Magdalena.
    - Sí.
    - Haced que venga pronto.
    El señor Magdalena se estremeció.
    Thenardier, sin embargo, no enviaba a la niña, y daba para ello mil razones.
    - Mandaré a alguien a buscarla -decidió Magdalena-, y si es preciso iré yo mismo.
    Y escribió, dictándosela Fantina, esta carta que le hizo firmar: "Señor Thenardier: Entregaréis a Cosette al portador. Se os pagarán todas las pequeñas deudas. Tengo el honor de enviaros mis respetos. FANTINA".
    Pero entonces surgió una situación inesperada.
    En vano tallamos lo mejor posible ese tronco misterioso que es nuestra vida; la veta negra del destino aparecerá siempre.

    Como Jean se convierte en champ
    Una mañana, el señor Magdalena estaba en su escritorio adelantando algunos asuntos urgentes de la alcaldía, para el caso en que tuviera que hacer el viaje a Montfermeil, cuando le anunciaron que el inspector Javert deseaba hablarle. Al oír este nombre no pudo evitar cierta impresión desagradable. Desde lo ocurrido en la oficina de policía, Javert lo había rehuido más que nunca, y no se habían vuelto a ver.
    - Hacedlo entrar -dijo.
    Javert entró.

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  56. Magdalena permaneció sentado cerca de la chimenea, hojeando un legajo de papeles. No se movió cuando entró Javert. No podía dejar de pensar en la pobre Fantina.
    Javert saludó respetuosamente al alcalde, que le volvía la espalda. Caminó dos o tres pasos y se detuvo sin romper el silencio.
    No había duda que aquella conciencia recta, franca, sincera, proba, austera y feroz acababa de experimentar una gran conmoción interior. Su fisonomía no había estado nunca tan inescrutable, tan extraña. Al entrar se había inclinado delante del alcalde, dirigiéndole una mirada en que no había ni rencor, ni cólera, ni desconfianza. Permaneció de pie detrás de su sillón, con la rudeza fría y sencilla de un hombre que no conoce la dulzura y que está acostumbrado a la paciencia. Esperó sin decir una palabra, sin hacer un movimiento, con verdadera humildad y resignación, a que al señor alcalde se le diera la gana volverse hacia él. Esperaba calmado, serio, con el sombrero en la mano, los ojos bajos. Todos los resentimientos, todos los recuerdos que pudiera tener, se habían borrado de ese semblante impenetrable, donde sólo se leía una lóbrega tristeza. Toda su persona reflejaba una especie de abatimiento asumido con inmenso valor.
    LIBRO SEXTO – El caso Champmathieu
    El lector habrá adivinado que el señor Magdalena era Jean Valjean.
    Ya hemos sondeado antes las profundidades de su conciencia; volvamos a sondearlas otra vez. No lo haremos sin emoción, porque no hay nada más terrible que semejante estudio.
    Jean Valjean, después de la aventura de Gervasillo, fue otro hombre. El deseo del obispo se vio realizado; en el criminal se verificó algo más que una transformación, se efectuó una transfiguración.
    Logró desaparecer; vendió la platería del obispo, conservando los candelabros como recuerdo. Vino a M. tranquilizado ya, con esperanzas, sin tener más que dos ideas: ocultar su nombre y santificar su vida. Huir de los hombres y volver a Dios.
    Algunas veces estas dos ideas disentían; y entonces el hombre conocido como Magdalena no dudaba en sacrificar la primera a la segunda, su seguridad a su virtud. Así, a pesar de toda su prudencia, había conservado los candelabros del obispo, había llevado luto por su muerte, había interrogado a los saboyanos que pasaban, había pedido informes sobre las familias de Faverolles, y había salvado la vida del viejo Fauchelevent, a pesar de las terribles insinuaciones de Javert.
    Sin embargo, hasta entonces no le había pasado nada semejante a lo que ahora le sucedía.
    Las dos ideas que gobernaban a este hombre, cuyos sufrimientos vamos relatando, no habían sostenido nunca lucha tan encarnizada. El lo comprendió confusa pero profundamente desde las primeras palabras de Javert en su escritorio. Y cuando oyó el nombre que había sepultado bajo tan espesos velos, quedó sobrecogido de estupor, y trastornado ante tan siniestro a inesperado golpe del destino.
    Al escuchar a Javert, su primer pensamiento fue ir a Arras, denunciarse, sacar a Champmathieu de la cárcel y reemplazarlo. Esta idea fue dolorosa, punzante como incisión en carne viva; pero pasó, y se dijo: "Veremos, veremos." Reprimió este primer movimiento de generosidad y retrocedió ante el heroísmo.
    Sin duda era más perfecto que, después de las santas palabras del obispo, después de una penitencia tan admirablemente empezada, ese hombre, ante una coyuntura tan terrible, no dudara un momento y marchara hacia el precipicio en cuyo fondo estaba el cielo.
    Pero es preciso saber qué pasaba en su alma. En el primer momento, el instinto de conservación alcanzó la victoria; recogió sus ideas, ahogó sus emociones; consideró la presencia de Javert conociendo la magnitud del peligro; aplazó toda resolución con la firmeza que da el espanto; confundió lo que debía hacer, y así recobró su calma, como un gladiador que recoge su escudo.
    El resto del día lo pasó en el mismo estado: un torbellino por dentro y una aparente tranquilidad por fuera. Todo estaba confuso; sus ideas se agolpaban dentro de su cerebro.
    Sólo sabía que había recibido un gran golpe.

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  57. Fue a ver a Fantina, y prolongó su visita al lado de aquel lecho de dolor. La recomendó a las Hermanas por si llegaba el caso de tener que ausentarse. Sentía vagamente que tal vez tendría que ir a Arras; y sin haber decidido hacer este viaje, se dijo que como estaba al abrigo de toda sospecha, que no habría inconveniente en ser testigo de lo que pasara.
    Pidió, por tanto, un carruaje.
    Volvió a su cuarto y se concentró en sus pensamientos.
    Examinó su situación y le pareció inaudita. Sintió un temor casi inexplicable, y echó cerrojo a la puerta, como si temiera que entrara algo. Después apagó la luz. Le estorbaba; creía que podrían verlo. Pero lo que quería que no entrara, ya había entrado; lo que quería cegar, lo miraba fijamente: su conciencia. Su conciencia, es decir Dios.
    Su mente había perdido la fuerza necesaria para retener las ideas, y pasaban por ella como las olas. Así transcurrió la primera hora.
    Pero poco a poco empezaron a formarse y a fijarse en su meditación algunos conceptos vagos. Principió por reconocer que, por más extraordinaria y crítica que fuera esta situación, era dueño absoluto de ella. Esto no hizo sino aumentar su estupor.
    Independientemente del objetivo severo y religioso que se proponía en sus acciones, todo lo que había hecho hasta aquel día no había tenido más fin que el de ahondar una fosa para enterrar en ella su nombre. Lo que siempre había temido en sus horas de reflexión, en sus noches de insomnio, era oír pronunciar ese nombre; se decía que eso sería el fin de todo; que el día en que ese nombre reapareciera, haría desaparecer su nueva vida, y quién sabe si también su nueva alma. La sola idea de que esto ocurriera lo hacía temblar.
    Y si en tales momentos le hubieran dicho que llegaría un día en que resonaría ese nombre en sus oídos; en que saldría repentinamente de las tinieblas y se erguiría delante de él; en que esa gran luz encendida para disipar el misterio que lo rodeaba resplandecería súbitamente sobre su cabeza, pero le aseguraran que tal nombre no le amenazaría, que semejante luz no produciría sino una oscuridad más espesa, que aquel velo roto aumentaría el misterio, que aquel terremoto consolidaría su edificio; que aquel prodigioso incidente no tendría más resultado, si él quería, que hacer su existencia a la vez más clara y más impenetrable, y que de su confrontación con el fantasma de Jean Valjean el bueno y digno ciudadano señor Magdalena saldría más tranquilo y más respetado que nunca; si alguien le hubiera dicho esto, lo habría tomado como lo más insensato que escuchara jamás.

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  58. LIBRO OCTAVO – Contragolpe
    Principiaba a apuntar el día.
    Fantina había pasado una noche de fiebre e insomnio, pero llena de dulces esperanzas; era de mañana cuando se durmió. Sor Simplicia, encargada de cuidarla, pasó con ella toda la noche y, al dormirse la paciente, fue al laboratorio a preparar una dosis de quinina. De pronto volvió la cabeza y dio un grito. El señor Magdalena había entrado silenciosamente y estaba delante de ella.
    Javert contento
    Acababan de dar las doce y media cuando el señor Magdalena salió de la sala del tribunal de Arras. Poco antes de las seis de la mañana llegó a M. y su primer cuidado fue echar al correo su carta al señor Laffitte, y después ir a ver a Fantina.
    Apenas Magdalena abandonó la sala de audiencia y fue puesto en libertad Champmathieu, el fiscal expidió una orden de arresto, encargando de ella al inspector Javert. La orden estaba concebida en estos términos: "El inspector Javert reducirá a prisión al señor Magdalena, alcalde de M., reconocido en la sesión de hoy como el ex presidiario Jean Valjean".
    Javert se hizo guiar al cuarto en que estaba Fantina. Se quedó junto a la puerta entreabierta; estuvo allí en silencio cerca de un minuto sin que nadie notara su presencia, hasta que lo vio Fantina.
    En el momento en que la mirada de Magdalena encontró la de Javert, el rostro de éste adquirió una expresión espantosa. Ningún sentimiento humano puede ser tan horrible como el de la alegría.
    La seguridad de tener en su poder a Jean Valjean hizo aflorar a su fisonomía todo lo que tenía en el alma. El fondo removido subió a la superficie. La humillación de haber perdido la pista y haberse equivocado respecto de Champmathieu desaparecía ante el orgullo de ahora. Javert se sentía en el cielo. Contento e indignado, tenía bajo sus pies el crimen, el vicio, la rebelión, la perdición, el infierno. Javert resplandecía, exterminaba, sonreía. Había una innegable grandeza en aquel San Miguel monstruoso.
    La probidad, la sinceridad, el candor, la convicción, la idea del deber son cosas que en caso de error pueden ser repugnantes; pero, aún repugnantes, son grandes; su majestad, propia de la conciencia humana, subsiste en el horror; son virtudes que tienen un vicio, el error. La despiadada y honrada dicha de un fanático en medio de la atrocidad conserva algún resplandor lúgubre, pero respetable. Es indudable que Javert, en su felicidad, era digno de lástima, como todo ignorante que triunfa.

    Una tumba adecuada
    La detención del señor Magdalena produjo en M. una conmoción extraordinaria. Al instante lo abandonaron; en menos de dos horas se olvidó todo el bien que había hecho y no fue ya más que un presidiario. Sólo tres o cuatro personas del pueblo le fueron fieles, entre ellas la anciana portera que lo servía.
    La noche de ese mismo día, dicha portera estaba sentada en su cuarto, asustada aún, reflexionando tristemente. La fábrica había permanecido cerrada el día entero; la puerta cochera estaba con el cerrojo echado. No había en la casa más que las dos religiosas, sor Simplicia y sor Perpetua, que velaban a Fantina.
    Hacia la hora en que el señor Magdalena solía recogerse, la portera se levantó maquinalmente, colgó la llave del dormitorio del alcalde en el clavo habitual, y puso al lado el candelabro que usaba para subir la escala, como si lo esperara. En seguida se volvió a sentar y prosiguió su meditación.
    De pronto se abrió la ventanilla de la portería, pasó una mano, tomó la llave y encendió una vela. La portera quedó como aturdida. Conocía aquella mano, aquel brazo, aquella manga. Era el señor Magdalena.
    Fantina fue arrojada a la fosa pública del cementerio, que es de todos y de nadie, allí donde se pierden los pobres. Afortunadamente, Dios sabe dónde encontrar el alma.
    La tumba de Fantina se parecía a lo que había sido su lecho.

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  59. Análisis detallado
    Relación del texto con su contexto histórico
    La restauración monárquica entre 1815 y 1848, con las revoluciones de 1830 y 1848 que contagiaron a toda Europa. El Segundo Imperio de Luis Napoleón III, sobrino del anterior Bonaparte, con quien se acentuó el proceso de industrialización y colonización. Y el establecimiento de la Tercera República en las últimas décadas del siglo.
    La parte que más se relaciona con esto, es la tercera y cuarta parte, que están más relacionadas con lo que pasaba en la sociedad, donde describe paso a paso la batalla de Waterloo y donde nos muestra que cada personaje está involucrado con la Revolución Francesa.
    Contexto de la obra
    En la 2ª mitad del siglo XIX la sociedad no cambia sustancialmente. Sin embargo se aprecia una nueva actitud del autor que afronta la realidad en lugar de huir de ella. La realidad es retratada tal como aparece y a través de la novela se intenta criticar la sociedad desde dentro. Este paso del romanticismo al realismo también se refleja en la literatura de la sociedad burguesa. No es de olvidar que en la base del Romanticismo se protestaba contra el mundo burgués. En el realismo se mantienen y desarrollan ciertos aspectos del Romanticismo como el interés por la naturaleza y el interés por lo regional y lo local, lo costumbrista. Sin embargo, se eliminan y depuran a su vez otros elementos. Se le pone freno a la imaginación y todo lo fantástico se rechaza. Los personajes ya no son tan apasionados y se abandona la evocación a un tiempo pasado, legendario.
    Esta época posterior al Romanticismo se caracteriza por profundas transformaciones sociales: éxodo rural a las ciudades, gran crecimiento demográfico, una burguesía cada vez más conservadora. Es la época de la Revolución Industrial en Inglaterra y algo después en otros países europeos, una época en la que se da un progreso técnico con nuevos inventos y un desarrollo de la industria y el comercio nunca visto hasta ese momento.
    Contexto histórico
    Para ese entonces , menciona la batalla de Waterloo, la cual se desarrolló del 15 y 18 de junio de 1815, nos habla de la pobreza extrema que les toco vivir a todos los que estaban en sus alrededores, y que el hecho de trabajar juntos, unió nuestras ideas y permitió que una nueva y mejor aflorara.
    En este encontramos los acontecimientos de su época como la Revolución Francesa , el imperio Napoleónico, la Restauración con Luis XVIII y Carlos X y la revolución de Julio que transfirió el poder a Luis Felipe de Orleans.
    Se encuentra en una sociedad conservadora (muy arraigada a sus culturas y que no quiere admitir ningún cambio a su forma de vida), clasista y muy machista. (Los hombres son rudos y machistas y las mujeres delicadas, esforzadas y seguían órdenes de los hombres).lo cual origino pobreza a gran parte de la población (económicamente), descontento con la burguesía (políticamente) Por lo que se puede observar, la parte realmente importante de la obra, es la gente, el pueblo, que tienen sus bajos momentos, pero también sus momentos de gloria.
    Personajes
    Principales:
    • Jean Valjean: Es un señor maduro, alto, fuerte, tiene el pelo largo, de tez blanca, su cara refleja bondad, es también un ex convicto que se vuelve alcalde y padre de Cosette.
    • Cosette: Es una hermosa joven de 15 años con una abundante y larga cabellera, es de estatura media, de tez blanca y cara de inocente, es adoptada por Jean Valjean quien la protege y cuida como si fuera su propia hija.
    • Marius: Es un hombre liberal novio de Cosette, un joven estudiante cuyo fin era incentivar al pueblo en una revolución contra el Rey.
    • Javert: Un señor mayor, de fuerte temple, de tez blanca, tiene el pelo largo, es de alta estatura y fuerte, este personaje lo único que quiere es encarcelar a Jean Valjean y que al final al ver la bondad de su perseguido termina suicidándose.
    Personajes secundarios:
    • El Obispo y su sirvienta la Sra. Megloire.
    • Los Thenardier.
    • Fauchelevent.
    • Fantine.
    • Gavroche.
    • El señor Baloup.
    • Boulautrelle.
    • Éponine y Azelma

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  60. Obra narrativa y dramática

    Por que narra la vida que lleva el pequeño conde y las aventuras que suceden.

    Análisis :

    Trama o argumento:
    El pequeño Lord Fauntleroy nace y crece en América, a muy temprana edad sufre la muerte de su padre y tiene un amigo que es el señor Hoods un tendero de muy malos modos, y que odiaba a la aristocracia, pero con el pequeño era muy bueno, tiene una nana que se llama María que lo adora, su abuelo que es conde de Inglaterra lo manda buscar por medio del señor Havisham quien lo encuentra y le informa que el es el futuro Conde, su madre a la que el llama Cariño se muestra muy firme y lo hace viajar a Inglaterra para que se convierta en el mejor , su abuelo el Conde Dorincourt era un viejo de muy malo y que nunca nadie lo había querido, pero el pequeño pasado el tiempo le muestra que hay otros modos de ver la vida y al final el Conde termina siendo un buen Conde al cual todos quieren y apoyan, el señor Hobbs termina siendo fanático de la aristocracia y atendiendo una pequeña tienda en Inglaterra.


    Condiciones sociales:
    Al principio es un poco carente, pero ya siendo Conde el pequeño Cedric se convierte en alguien con dinero y además ayuda a sus amigos en América para que salgan de su pobreza, y el señor Hobbs sigue siendo tendero pero en Inglaterra.


    Personajes principales
    Físicamente:
    Cedric: Un pelo rubio como el oro, rizodo en bucles enmarcaban su carita, tenia ojos grandes, oscuros y rodeados de largas pestañas.

    Psicológicamente:
    Cedric creció con un corazón bondadoso, era amable, y bueno de modos.

    Personajes secundarios :

    el señor Havisham , Dick, Wilkins.

    Personajes incidentals:
    María, Billy, Jack, Mike, Brigit, Pat,la vendedora de manzanas.

    Personajes ambientales:
    Personas del desfile, el casero, George Washington.

    Proyección emotiva de la obra:

    Pues te pone a pensar en como al tener un hambiente de cariño y respeto alguien puede ser tan bueno y querer a las personas y que si te propones algo lo puedes lograr.

    Estilo literario:

    Beneficio obtenido:
    Me deja la enseñanza de que aun en las condiciones mas perjudiciales puedes tener una actitud positiva y que a pesar de todo tienes que ser benévolo con otras personas.

    Opinión personal:
    Pues yo opino que esta obra es muy buena y que tiene un lenguaje literario comprensible para nosotros como lectores.

    Estructura :
    Cerrada : por que se explica como el abuelo de Cedric gana el cariño de las demás personas y como el señor Hobbs deja aun lado los prejuicios.


    Tipo de obra:

    De personajes:
    Por que promedio de Cedric suceden cambios en las vidas de de los demás personajes.

    Punto de vista
    En tercera persona: porque la obra está basada en la vida de el pequeño Cedric.

    Trama :

    Cerrada : por que se desarrolla en base a la vida de un pequeño el cual va pasando una serie de circunstancias que deberá sortear en conjunto con los demás personajes.

    Tiempo:
    Época : Durante el gobierno de George Washington.

    Tiempo objetivo: Transcurrieron diez años.

    Tiempo subjetivo: transcurrieron dos años en la vida de Cedric.

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  61. Yanet Berenice Gonzalez N/L:16
    titulo de la obra: el caballero de la armadura oxidada
    autor:Robert Fisher
    genero: lirico
    tiempo: edad media


    EL CABALLERO DE LA ARMADURA OXIDADA
    CAPITULO: EL dilema del caballero
    Es la historia de un caballero que se dedica a luchar contra dragones y enemigos. Tiene un hijo llamado Cristóbal y una mujer llamada Julieta, pero nunca tiene tiempo para estar con ellos.
    El caballero va al herrero para que se la quite porque su esposa estaba apunto de irse de su lado. Pero el no pudo, y va a buscar ayuda a varias personas y sin resultados. Un día encuentra a un bufón que le dice que busque al mago Merlín.

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  62. (Romeo y Julieta)
    William Shakespeare
    Giancarlo Gabriel Moreno Calandra
    Primer acto
    Escena 1
    En una plaza de Verona, Benvolio, primo de Romeo y Teobaldo, primo de Julieta se enfrentan en una riña de espadas luego de intentar separar a sus criados que peleaban. La pelea se agranda y llegan los padres de Romeo y los padres de Julieta. Finalmente, llega príncipe Escalo quien dice estar harto de que la ciudad soporte las peleas entres esas dos familias, así que decreta la pena de muerta para quien inicie un nuevo conflicto. Luego de haber terminado la pelea, la madre de Romeo le pregunta a Benvolio por su hijo. Él le dice que lo ha visto muy solo, alejándose de los demás de repente llega Romeo le confiesa que su tormento es estar enamorado de una chica muy bella y aunque le dicen que hay formas de olvidarla, Romeo dice que es imposible.

    Escena 2
    Mientras caminan, el conde de parís le pregunta a Capuleto si le dará a su hija Julieta en matrimonio. Él le responde que su hija es muy joven pero que si ella lo acepta por el no habrá inconveniente. Se van y por el mismo lugar aparecen Romeo y Benvolio que continúan conversando de lo ocurrido en la escena anterior. En eso un criado se les acerca y le pide a Romeo que le lea la orden de su amo pues el no sabe leer. Romeo lo hace y se entera que se organizara una fiesta en casa de los Capuleto en honor a Julieta y que toda la ciudad asistirá. El y Benvolio deciden ir, benvolio dice a su primo que hay podrá conocer a mas chicas pero él le dice que solo ira por ver a Rosalina así se llama la chica que lo tiene preocupado.
    Escena 3
    Conversan la madre de Julieta, Julieta y la niñera. La madre le dice a Julieta que ya debe pensar en casarse. Y Julieta le responde que aun no ha pensado en eso y la madre le dice que ya tiene un pretendiente: el conde de Paris. La niñera se emociona con la noticia y la madre le dice a su hija que en la fiesta que se hará esa noche Julieta podrá conocer al conde de Paris.

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  63. Giancarlo Gabriel Moreno Calandra

    Escena 4
    Romeo, Benvolio y Mercucio amigo de Romeo, se dirigen a la fiesta que organizan los Capuleto disfrazados con mascaras para que nos los reconozcan. Mientras Benvolio y Mercucio se muestran entusiasmados con el baile, Romeo está preocupado y sin ánimos.
    Escena 5
    Romeo se fija en la belleza de Julieta, aun sin conocerla y se le olvida al instante de sus preocupaciones por rosalina. Mientras tanto, Teobaldo, el primo de Julieta reconoce a Romeo y decide matarlo, pero lo detiene su tío Capuleto, el padre de Julieta, Romeo vio que Julieta estaba sola y se le acerco y con galantería le besa una mano y luego los labios. En eso, la niñera dice a Julieta que su madre la llama. Romeo le pregunta a la niñera la identidad de Julieta y queda lastimado al saber que pertenece a la familia enemiga. Terminada la fiesta, Julieta le pregunta a su niñera la identidad del joven que la beso y se lamenta al saber que Romeo es un hombre al que ella debería odiar.
    Segundo acto
    Escena 1
    Romeo quedo impresionado con Julieta que no puede irse sin verla de nuevo, así que logra escaparse de Benvolio y mercurio que no logran hallarlo por más que lo buscan. Arriesgando hasta su vida, Romeo escala el muro de los Capuleto y, como ladrón, ingresa a la casa.
    Escena 2
    Julieta, que no sabe que Romeo está escondido en el jardín, sale a su balcón y confiesa su amor hablando con la luna. Romeo, que ya sabe que Julieta lo ama, sale de su escondite y le habla. Ella, avergonzada de haber sido descubierta, le dice que prefiere sufrir a que él le jure un amor que no es sincero. La niñera interrumpe su conversación llamando a Julieta y ella, antes de despedirse de Romeo, le dice que si sus intenciones son sinceras y desea casarse enviara al día siguiente a un mensajero a solicitar su repuesta.
    Escena3
    Al amanecer, Romeo a Fray Lorenzo y el nota que Romeo no ha dormido y le pregunta si aun sufre por Rosalina. Y el contesta que ya la olvido y que acaba de conocer su amor real.

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  64. Giancarlo Gabriel Moreno Calandra
    Escena 4
    Mercucio le cuenta a Benvolio que Teobaldo a desafiado a Romeo a un duelo Y teme pues Teobaldo es el mejor espadachín de la ciudad. En eso llega Romeo y se excusa su huida diciendo que tenia algo que hacer.
    Escena 5
    La niñera le cuenta a Julieta que esa misma tarde Fray Lorenzo la casara con Romeo y que por la noche, ayudado de una escalera y cuerda, el entrara a su habitación para pasar la noche como esposos. Julieta queda infinitamente agradecida.
    Escena 6
    Romeo y Fray Lorenzo esperan a Julieta para iniciar la boda. Fray Lorenzo intenta calmar el ímpetu de Romeo cuando llega Julieta acompañada de la niñera, y Fray Lorenzo se apresura en casarlos para poder dejarlos solos.
    Tercer acto
    Escena 1
    Teobaldo, que busca a Romeo para batirse con el, se encuentra con Benvolio y Mercucio y discuten. Y cuando estaban a punto de sacar sus espadas, llega Romeo y Teobaldo lo enfrenta, Romeo rechaza el reto y Teobaldo lo insulta.
    Escena 2
    Julieta que espera con impaciencia la llegada de Romeo para consumar su matrimonio cuando recibe la terrible notica por parte de su niñera de que Teobaldo había muerto, asesinado por Romeo. Además de la orden de ser desterrado. Julieta se abate ante la noticia y cree que Romeo es un traidor.
    Escena 3
    En eso llega la niñera anunciando que Julieta espera a Romeo. Este, que estaba a punto de atravesarse un puñal, va con ella.
    Escena 4
    Capuleto le concede la mano de Julieta al conde de parís y acuerdan que la boda seria el dia jueves. (están a dia lunes)

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  65. Giancarlo Gabriel Moreno Calandra

    Escena 5
    Cuando amanece Romeo y Julieta deben despedirse. Cuando Julieta queda sola, llega su madre y le informa que ya tenían la muerte de Romeo planeada. También le dice que su madre ha decidido que el jueves deberá casarse con el conde de parís y ella se niega incluso delante su padre, quien la trata con mucha rudeza.
    Cuarto acto
    Escena 1
    Mientras parís le cuenta a Fray Lorenzo que el jueves se casara con Julieta, ella lega a confesarse con el religioso. Cuando el conde parís los deja solos, Julieta amenaza atravesarse con un puñal si no hay esperanzas para impedir su boda. Fray Lorenzo le da una botella con un liquido que le dara a Julieta la apariencia de un cadáver, pero solo por 3 dias. Cuando despierte, Frey Lorenzo la rescatara y la llevara con Romeo.
    Escena 2
    Siguiendo las indicaciones de Fray Lorenzo, Julieta pide perdón a su padre por desobedecerlo y le dice que esta dispuesta a casarse con el conde.
    Escena 3
    Cuando Julieta queda sola, en medio de muchas dudas y temores, bebe el liquido que el entrego Fray Lorenzo y se desvanece.
    Escena 4
    A la mañana siguiente, todos en la casa de los Capuleto están listos para la misa de bendición a los novios que dar Fray Lorenzo. Ante el retraso de Julieta, Capuleto ordena a la niñera que la apresure.
    Escena 5
    La niñera y la dama Capuleto encuentran el cuerpo inerte de Julieta y se lamentan con desesperación. Llega Capuleto apresurarlas y al notar la tragedia se une a los lamentos.
    Quinto acto
    Escena 1
    Romeo, en Mantua, recibe de Baltasar la noticia de la muerte de Julieta. Romeo, que no sabe que es una muerte fingida, decide volver esa misma noche a Verona.

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  66. Antes de partir pasa por la vivienda de un boticario le compra un veneno capaz de acabar con veinte hombres. Entonces Romeo ya puede partir para morir al lado de Julieta.
    Escena 2
    Fray Juan le dice a Fray Lorenzo que no pudo llevarle la carta a Romeo porque la guardia lo encerro pensando que estaba enfermo. Fray Lorenzo temeroso de las consecuencias le pide un azadón y se prepara para salvar a Julieta.
    Escena 3
    París lleva flores al sepulcro de Julieta y se encuentra con Romeo que ha venido a descubrir la tumba. Ambos se enfrentan y parís sale herido de muerte. Asustado el paje del conde va a llamar a la ronda. Mientras tanto, Romeo destapa el sepulcro, besa a Julieta y bebe el veneno. Minutos después llega Fray Lorenzo y ve la escena macabra, justo en el momento que Julieta despierta. El religioso intenta escapar con ella pues escucha que se acerca la ronda, pero la muchacha se desprende y queda sola. Ante el cadáver de Romeo, se apuñala en el pecho y muere. Luego llega la ronda, que capturan a Baltasar, criado de Romeo y Fray Lorenzo. A la llegada del príncipe y los familiares, capturados informan lo que saben y los jefes de las familias Montesco y Capuleto, avergonzados de confirmar la desgracia por culpa de su enemistad, decide acabar con la riñas y hacer sendas estatuas en honor de los jóvenes enamorados.



    Giancarlo Gabriel Moreno Calandra
    2* “E”

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  67. C.B.T.i.s #195
    Aguascalientes, Ags.
    Semestre FEB-JUL
    L.E.O. y E. II




    “Análisis Literario”
    Siddhartha


    Alumna: Mirtha Alejandra Santoyo Vera

    Grado y grupo: 2º “E”

    Especialidad: Administración

    Asesora: Estela Suárez Franco

    Maestra: Laura Patricia Macias Acosta

    Número de Lista: 47






    23 de Mayo del 2009



    TITULO: Siddhartha
    AUTOR: Hermann Hesse
    GÉNERO: Narrativo (novela)
    TIPO DE EXPRESIÓN: Prosa
    TRAMA: La historia se refiere a un joven que quiere ocupar el lugar de su padre, pero por sus propios meritos y no por ser el sucesor, así que se expone al mundo que lo rodea, saliendo del lugar donde vive, para empezar una nueva aventura y comenzar a aprender las enseñanzas de los sabios, para así poder conseguir la perfección y la dicha de la suprema abdicación y el la vida solitaria e imaginativa en la que vive.
    CONDICIONES SOSIALES: Siddhartha vive en condiciones mucho muy buenas en la tribu en la que vive con su padre siendo príncipe y sucesor de su padre, pero al salir de ese lugar, comienza a carecer de todo tipo, desde vestimenta hasta comida, pues en ocasiones duraban 14 días sin comer alimentos, y cuando comían de carne cruda de animales que cazaban, utilizando sus pieles para vestirse. Después se caso con una joven princesa hija de un rey llamado kamaswami, viviendo entre riquezas, pero al fallecer su joven esposa tuvo que trabajar para mantener a su hijo y a él. Y al final de todo esto ocupa el lugar de su padre, conservando esa economía en la cual vivía cuando era un niño.

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  68. PERSONAJES PRIMARIOS: Siddhartha, FISICAMENTE es una persona de piel bronceada, cabello negro, cara redonda, ojos arraigados, cejas delgadas, nariz aguileña, boca chica altura media, frente altiva y cuerpo fornido. PSICOLOGICAMENTE es una persona alegre, agradable, responsable, honesta, que no se conforma con nada, lucha por lo que quiere hasta conseguirlo y sobre todo con gran corazón.
    PERSONAJES SECUNDARIOS: Govinda, el mejor amigo de Siddhartha, quien lo acompaña todo el tiempo y que lo apoya en las acciones que realiza en la historia.

    PERSONAJES INSIDENTALES: Los samanas pues con ellos comienza el viaje en donde aprenderá las enseñanzas de los sabios, Gotama quien motiva a siddhartha a que logre todos sus sueños, kamala la esposa de siddhartha quien lo apoya en todo momento y kamaswami padre de kamala quien le enseña todo lo que sabe sobre la astronomía.
    PERSONAJES AMBIENTALES: en esta solo pertenecen las personas de los pueblos por donde paso siddhartha y los que lo acompañaban.
    PROYECCIÓN EMOTIVA: Como se desarrolla la historia me despierta sentimientos de tristeza al momento en el que siddhartha, cuando casi muere con las hambres que pasa todo ese tiempo internado en el bosque y con la perdida de su esposa kamala, de fortaleza al mostrar que no se deja vencer por nada y por supuesto de orgullo y superación al conseguir todo lo que se proponía.
    IDEAS PRINCIPALES: La idea primordial del autor es dar a conocer la vida de siddhartha, el esfuerzo que hizo para lograr lo que quería y hacer ver que no hay que esperar nada de nadie sino conseguirlo por nuestros propios meritos.
    ESTILO LITERARIO: El autor con mucha habilidad utiliza la expresión escrita de manera clara pero al mismo tiempo confusa al exponer todas las problemáticas y logros obtenidos por siddhartha así como también las cuestiones sociales que se presentan en la historia.
    ENSEÑANZA OBTENIDA: con la historia narrada aprendí que cuando uno se propone algo, tiene que lograrlo y superar todas las problemáticas que se presenten, porque solo así se logra obtener buenos resultados y satisfacción por nosotros mismos.
    También pude aprender el verdadero significado del esfuerzo, el entusiasmo y el optimismo por lograr tus objetivos.
    OPINIÓN PERSONAL: A lo largo de esta historia de Hermann Hesse , me logro comunicar la idea principal, dándome así un entusiasmo para conseguir todos mis propósitos. Así que de esta manera deseo que otras personas al igual que yo lo lean, para que tengan otra opinión de lo que realmente es esforzarse para conseguir un propósito.

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  69. Nombre de la Alumna: Ana Ivonne Salas Avilés
    Nombre del Libro: El Fantasma de Canterville

    Una familia de americanos compuesta por el señor (ministro de América) y la señora Otis, su hijo mayor Washington, Virginia de 15 años y dos gemelos van a Inglaterra a pasar el verano, después de haber comprado Canterville Chase, a pesar de las advertencias de todo el mundo incluida la del propio Lord Canterville de que se trataba de una propiedad embrujada. Un fantasma habitaba la casa desde hace 300 años, se trataba del alma culpable de Sir Simón de Canterville. Vagaba por la casa tras su misteriosa desaparición, nueve años después de haber asesinado a su propia esposa junto a la chimenea del salón, en el cual aparecía una curiosa mancha de sangre. Pero los Otis una familia moderna republicana, no hacía caso a esas historias. Sin embargo, cuando llegaron a la casa, Mis Otis descubrió con desagrado la supuesta mancha de sangre, la cual mandó inmediatamente a limpiar, (pero ésta aparecía cada mañana) y esa misma noche, el fantasma hizo su primera aparición, despertando con el chirriar de sus cadenas a sir Otis y a los gemelos. La impaciencia y el descaro de los Otis le indignan y se siente obligado a huir. Lleno de ira prepara su venganza, pero sus continuos planes fracasan ante la sangre fría de mis Otis, el ingenio de Washington y las travesuras de los gemelos.
    El fantasma burlado y sin fuerzas encontró el apoyo de una linda niña llamada Virginia. Ella le ayudó a encontrar el descanso profundo, le acompañó al “jardín de la muerte”, llorando y rezando junto a él. Así logró que su alma fuera perdonada y pudiera descansar en paz para siempre, al igual que la casa que quedó tranquila y libre de fantasmas.
    El fantasma indignado y herido por el comportamiento de los Otis, se resignó a recordar hazañas pasadas, cuando causaba verdadero terror.
    Arrepentido por sus pecados, el fantasma impensablemente se volvió tierno y consiguió el perdón y el reposo eterno en el “jardín de la Muerte”.

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  70. ANALISIS LITERARIO:
    Trama o Argumento:
    • La familia Otis se va a pasar el verano en una casa en Inglaterra.
    • Frente a la chimenea aparecen misteriosas manchas de sangre.
    • El fantasma intenta asustar a la familia, pero fracasa.
    • La familia Otis lo molesta provocándole ira y tristeza.
    • La niña Virginia le ayuda a descansar en paz.

    Condiciones sociales:
    La obra se sitúa en la época colonial donde las familias ricas vivían en casas muy grandes, lujosas y situadas en lugares impresionantes.
    Personajes principales:
    • El Fantasma de Canterville
    • La familia Otis
    • Virginia

    Personajes secundarios:
    • Lord Canterville
    • Servidumbre
    Proyección emotiva:
    La trama de esta novela despierta los sentimientos de quien lo lee y algunos son odio, tristeza, decepción e intriga.
    Idea Principal:
    La idea primordial que nos quiere transmitir el autor es que conozcamos los sentimientos de un fantasma.
    Estilo Literario:
    El autor se expresa con mucha claridad, sencillez y propiedad. Convence a los lectores de lo que esta relatando.

    Enseñanza Obtenida:
    Esta novela nos enseña que no es bueno molestar a los demás y que la venganza no es buena.
    Opinión personal:
    Es muy interesante conocer la vida de un fantasma, aunque ésta parezca algo ficticia e irreal.

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